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Señal de ajuste

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Plaza Colonia cerró el Clausura con empate con Danubio.

En la tribuna estaba la fiesta. La previa al partido que jugaron ayer de tarde Plaza y Danubio en el Suppici coloniense se vistió de música, reconocimientos y premiaciones. Otra vez, como cuando en Rocha una copa de la Asociación Uruguaya de Fútbol se alzó en una capital del interior. Premio merecido al mejor equipo del Clausura. Con la vista puesta en lo que viene, el partido de ayer terminó con un enorme 0-0 entre los locales y Danubio.

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El campeón del Clausura hizo la lógica tras conocer los resultados del sábado. Puso una oncena titular sin los habituales titulares, para reservarlos para el trascendental partido del domingo 12 con Peñarol, que puede definir el Campeonato Uruguayo. Eduardo Espinel, entrenador pata blanca, no quiso arriesgar nada: ni posibles lesiones, ni factibles suspensiones. Lo hecho, hecho está, y hay que apuntar con todo a los objetivos.

Del hecho al trecho, el partido -con aproximadamente 3.500 personas en las tribunas- salió parejo. De un lado, la tranquilidad de Plaza pese a su formación inédita pero respaldada por un 4-4-2 que le dio los mejores resultados en la temporada; del otro, el entusiasmo de un Danubio al que desde que lo dirige Leonardo Ramos la ecuación de los resultados le da saldo positivo. Con defensas bien paradas y atentas, más lo trabado en la mitad de la cancha que no permitió, ni para uno ni para otro, buenas generaciones de fútbol, el cero se tragó la tarde.

Pese a los intentos, hubo pocas jugadas de gol. Apenas dos en el primer tiempo -una chilena del zaguero danubiano Renzo Ramírez que dio en el travesaño y un tiro cruzado de Mariano Bogliacino que se fue afuera- y otro tanto en la parte complementaria -Jorge Graví estrelló una pelota en el palo, hubo un tiro libre de Leandro Sosa que salió apenas y bien pudo ser gol de la franja, Plaza se anotó una de Federico Puppo en la que el delantero pata blanca no definió bien-. Fue eso y poco más: un partido trabado en la mitad de la cancha, bien marcadas las puntas para que nadie desbordara, buenas contenciones aéreas por ambas defensas.

Cuando faltaban 15 minutos para que el final, Danubio quedó con diez tras la expulsión de Ramírez. El zaguero ya tenía amarilla cuando cortó un ataque de Puppo y se fue por doble amonestación. Pero Plaza no lo capitalizó bien, aunque también convendría decir que Danubio se las ingenió tácticamente para disimular ese jugador de menos, e incluso contó con una posibilidad de convertir que controló bien el joven arquero coloniense, Nicolás Guiring.

Lo dicho: a Plaza le importa lo que viene. Cuando pise el Centenario el domingo que viene, sabrá que sólo le sirve una victoria para seguir en la lucha por quedarse con el premio gordo de la historia. Estará en el lugar indicado, a la hora señalada, por méritos y merecimientos, qué mejor. En sus manos y en sus pies tendrá la posibilidad de seguir escribiéndola. Ya dejó una enseñanza para el resto: la historia es un perpetuo volver a creer que sí se puede.

El resto de la fecha

La última etapa del Torneo Clausura se cerró ayer con otros tres partidos en los que no había nada en juego, salvo los puntos que se acumularán para la tabla del descenso del próximo torneo.

En el estadio Luis Franzini, Defensor Sporting derrotó 1-0 a Fénix con gol de Martín Rabuñal; en el Nasazzi, Villa Teresa se despidió de la Primera División derrotando a River Plate 2-0 con goles de Gabriel de León y Martín Arguiñarena; en tanto, en el Campeones Olímpicos de Florida, Sud América superó 1-0 al descendido El Tanque Sisley, con un gol de Gonzalo Vega.

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