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Diego D'Alessandro, entrenador de la selección uruguaya de futsal. Foto: Andrés Cuenca

En todas las salas

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El director técnico de las selecciones uruguayas de futsal, Diego D’Alessandro, conversó con la diaria sobre sus experiencias y su carrera en el exterior y la llegada a la coordinación de todas las categorías de fútbol sala en Uruguay. Habló sobre lo que le depara el futuro cercano a la mayor, lo que vendrá más adelante para los juveniles, los Juegos Olímpicos de la Juventud y la aprobación de un proyecto que intentará integrar el futsal femenino y masculino a nivel nacional.

–¿En qué etapa de la preparación para la Liga Sudamericana están?

–Estamos en una primera fase, trabajando con la selección sub 19 y la mayor. Es una selección en desarrollo, por lo que no fueron tenidos en cuenta los jugadores del proceso que ya participaron en la Copa América y las Eliminatorias. La idea es probar gente nueva que a veces no tiene mucha chance de estar debido a los pocos amistosos que tenemos, por lo que se vuelve complicado darles espacio para que generen experiencias en el futsal internacional, que es muy distinto del que se juega a nivel local. La Asociación Uruguaya de Fútbol [AUF] me dio la derecha para que haga la elección que quiera; por ejemplo, en el grupo con el que estamos trabajando ahora hay dos jugadores de Urupan de Pando, club que no participa en el Campeonato Uruguayo de futsal. Para ello tuve un contacto con el director técnico de la selección uruguaya de fútbol de salón, Pablo de Palleja, y dentro de ciertos parámetros él me recomendó algunos jugadores. De los que están ahora se puede agregar alguno más porque, como en todo deporte amateur, alguno capaz que no puede zafar del laburo, entre otros contratiempos que puede haber.

–El futsal y el fútbol son muy similares, pero difieren en algunos aspectos. ¿Cómo combinás los dos tipos de jugadores?

–El juego es prácticamente el mismo. En el fútbol de salón cambian básicamente tres reglas, que son pequeñas cosas: el golero no puede sacar para el otro lado de la cancha con la mano, los laterales se sacan con la mano, y el golero no puede pasar la mitad de la cancha y por detrás puede jugar las veces que quiera. Son cosas chicas que cambian la fisonomía del juego, pero básicamente es casi lo mismo.

–¿Cómo se toma esta nueva competencia, la Liga Sudamericana?

–Este nuevo torneo fue creado por el Departamento de Desarrollo de la Confederación Sudamericana de Fútbol, por lo tanto, se tiene muy en cuenta para ese desarrollo de algo novedoso. A su vez, el formato de competencia es distinto a las anteriores modalidades de disputa: la liga se divide en dos zonas, norte y sur. En el sur están Uruguay, Argentina, Chile, Paraguay y Bolivia; en el norte, las demás selecciones. El torneo se juega en la categoría sub 19 y en la mayor, y se suman los puntos, por lo tanto el ganador del campeonato sale de los puntos que sumen las dos categorías. El que se quede con la serie enfrenta al ganador de la otra serie. Este torneo lo tomamos como una experiencia de desarrollo, en la categoría sub 19 como previa a la Copa América sub 20 que se va a jugar el año que viene.

–¿Qué evaluación hicieron el cuerpo técnico y los jugadores de la participación y el cuarto puesto logrado en la Copa América de Argentina?

–Hubo distintas evaluaciones: ¿por qué el cuarto puesto y no el tercero? Hicimos todo para estar en el podio, pero ¿qué faltó para lograrlo? Analizamos todas las posibilidades, los errores cometidos, pero la evaluación final es muy buena porque logramos un crecimiento, varios jugadores se afianzaron, la idea de juego se pudo llevar adelante y se empezó a acercar más a lo que queremos, se logró una identidad de los jugadores con el proceso que se está llevando a cabo. Sin duda, hubo muchas cosas positivas, pero algo nos faltó.

–¿Con los juveniles sub 17 en qué están? El año que viene se juegan los Juegos Olímpicos de la Juventud.

–Todas las categorías tienen sus particularidades y sus complicaciones. El mayor problema de esta sub 17 es la captación de jugadores, que es bastante pobre. Para que esto funcionara nos basamos en la sub 17 del año pasado; es un grupo chico pero está compuesto por jugadores que, en un 80%, estuvieron en el grupo del año anterior. Todavía tienen edad porque se están preparando para los Juegos Olímpicos de la Juventud del año que viene, y la competición es en la categoría sub 18. Con muchos de ellos hay un conocimiento previo, ya saben cómo se trabaja y las reglas que hay que respetar, que a veces parecen detalles tontos pero son importantes. Son chicos que todavía están en el liceo o en la UTU, y perdemos muchos que aún están en el interior, que es una de las dificultades que tiene Uruguay, y, en especial, este deporte. No es fácil encontrar una solución. Se tendrían que organizar centros en distintos lugares, y eso sería una movida grande que implicaría la implementación de una logística importante para un deporte como el nuestro, que no dispone de muchos recursos.

Pelos y señales | Diego D’Alessandro de la Hera nació en Montevideo en 1974 y durante su carrera como jugador de futsal en Uruguay pasó por los clubes Banco República y Peñarol. En ambos consiguió varios títulos como jugador y como entrenador. En los carboneros comenzó como preparador físico en las divisiones juveniles y en 1998 pasó a ser el director técnico de las categorías formativas; luego, en 2004 dio el salto a primera. Pero seguía jugando: de 2007 a 2010 pateó pelotas en Real Cornedo, equipo del municipio Cornedo Vicentino, una localidad situada en la provincia de Vicenza, en la región italiana de Veneto, que adoptó como su casa. En ese lugar hizo patria y se paseó por Cornedo Sport con el fútbol femenino y categorías juveniles –después también dirigió a los varones–, pero también estuvo al frente de Atlético Arzignano Cornedo, de Futsal Cornedo y de la selección femenina de la región de Veneto. La frutilla de la torta fue, luego de su retorno al país, ser convocado para hacerse cargo de la selección uruguaya, a la que ya había dirigido en 2013 en la categoría sub 21.

–¿Cómo ves la actualidad del Campeonato Uruguayo de futsal?

–Este año, en algunos aspectos, perdió un poco de nivel porque dos de los jugadores más importantes fueron a jugar a Argentina. Pero, por otro lado, las propuestas de juego que he visto se acercaron, desde mi punto de vista, al nivel internacional. Tenemos muchos problemas de infraestructura, como les pasa a otros deportes, como por ejemplo el handball, y eso te limita porque los equipos entrenan mucho menos de lo que deberían: hay que pagar los gimnasios, el campeonato tiene determinado costo, entonces la cosa no es sencilla. Después no hay mucho de qué agarrarse si vas a jugar con Venezuela y ellos entrenan los cinco días de la semana y en algunos casos hacen doble horario, mientras que nosotros entrenamos tres veces por semana.

–En estos años has estado a cargo del proyecto de coordinación de todas las selecciones. ¿Cómo lo estás llevando adelante?

–Llegó en un momento inesperado para mí, más allá de que era un sueño. Hasta que llegué yo, las selecciones tenían un director técnico que se repetía en algunos campeonatos pero que por lo general se iba cambiando. Se entrenaba solamente 45 o 60 días antes de un torneo, mientras que ahora las prácticas son constantes. A esta altura se puede decir que en mayores se ve un proceso y ahora en sub 17 y en sub 19, en donde se repiten nombres de jugadores, también podemos empezar a hablar de un proceso. Pero todo lo nuevo tiene sus dificultades. Hay dirigentes que no reciben dinero por lo que hacen, por lo tanto tienen sus horas ocupadas, tenés que ver cuándo los llamás, qué conseguís, qué limitaciones económicas hay. Pero obviamente, lo que estoy haciendo me gusta, está buenísimo y lo disfruto.

–¿Conseguís dejar de pensar en la selección mientras realizás tus otras actividades?

–La cabeza maquina todo el tiempo. Además de tener esta responsabilidad de coordinar las selecciones masculinas de Uruguay, está la pasión que tengo por este deporte, porque lo llevo en la sangre, lo jugué toda la vida. De repente, uno tiene otros proyectos en su vida que, aunque no son de la selección, muchas veces tocan el fútbol sala. A veces logro sacar la cabeza del tema, tal vez menos de lo que debería, pero la pasión también genera eso, que por momentos no te des cuenta de que estás trabajando.

–¿De tus años como jugador y entrenador en Italia qué incorporaste para el trabajo en Uruguay?

–Organización e intensidad. Además, en los años que viví allá tuve la posibilidad, durante muchos años, de dedicarme por entero al fútbol sala y de poder formarme. Con un vuelo low cost estaba en un rato en España y hacía un curso, o los españoles iban hasta Italia, o donde vivía había alguna posibilidad de estudiar. Viví de cerca ese primer nivel, me codeé con esos entrenadores de primer nivel, entonces el aprendizaje fue muy grande. Pero mucho de lo que pude hacer allá fue una fermentación de lo que llevé de acá: de los años que jugué, de los entrenadores que tuve, de mi formación en el Instituto Superior de Educación Física, de los cursos que hice en Uruguay. Significó poder estar en eso durante 24 horas y que todo me diera tiempo de pensar, reflexionar y crear ideas.

–La Secretaría Nacional del Deporte [Senade] aprobó un proyecto para el desarrollo del futsal femenino y masculino a nivel nacional, que presentaste junto con Noelia Díaz. ¿Cuándo comenzará a implementarse y por qué era tan necesario?

–El proyecto de desarrollo del fútbol sala femenino y masculino lo presentamos con Noelia Díaz, representante de la Mesa Ejecutiva de Fútbol Sala de la AUF. La idea surgió cuando supimos de la existencia del Fondo Celeste de la Senade. En agosto se llevará a cabo el lanzamiento, y en setiembre tiene que arrancar la primera capacitación; esa es la idea inicial. El proyecto nació para tratar de superar los problemas de los juveniles: la intención es hacer un torneo femenino y masculino sub 15 a nivel nacional. La mayoría de los chicos que juegan a esa edad disputan los Juegos Deportivos Nacionales, un evento increíble del que hay que estar cerca para aportar. A su vez, creemos que falta un poco de formación técnica, entonces una de las patas del proyecto tiene que ver con la capacitación de quienes están entrenando los equipos de las instituciones, los liceos, la UTU, para encarar la preparación para los Juegos Deportivos Nacionales, y de quienes después vayan a dirigir esas selecciones departamentales. Lo primero es la capacitación, que es en lo que estamos ahora: tuvimos reuniones con los secretarios de las intendencias, presentamos el proyecto y siete departamentos mostraron interés. Después de eso, hay que armar los torneos regionales para jugar luego la fase final nacional. En esos regionales va a haber una visualización de jugadores. Lo que pretendemos, junto con las intendencias, es que esto sea una semilla para los campamentos regionales. Estos nos pueden dar un conocimiento real de los jugadores a nivel nacional para, de algún modo, llevar un trabajo paralelo que genere una base a la hora de llegar a la selección. Si tenés una base en distintas regiones, eso te da la chance de trabajar 15 días o un mes con chicos y chicas que ya tienen un idea, un conocimiento de la organización de la selección.

En desarrollo | La Liga Sudamericana se llevará a cabo en Buenos Aires, entre el 16 y el 20 de agosto. La selección está trabajando con un grupo de 16 futbolistas: Ignacio Curti, de Elbio Fernández; Sebastián Mernies, de Dolores; Juan Betarte y Sebastián Noy, ambos de Old Christians de Colonia; Marcio Gentil y Carlos Bruschini, ambos de Urupan de Pando; Juan Ríos y Manuel Tangari, los dos de Banco República; Lucas Torrazza y Felipe Volz, ambos de Nacional; Luciano Cosentino, Emiliano Hidalgo y Juan Manuel Romero, los tres de Malvín; y Gabriel Debat, Christian Gaitán y Guillermo Goerki, los tres de Peñarol.

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