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Williams Martínez, de River Plate, y Federico Rodríguez, de Danubio, ayer, en Jardines del Hipódromo. Foto: Pablo Vignali

David Terans volvió a darle el triunfo a Danubio en otro partido apretadísimo; con cuatro goles en cuatro fechas, gobierna en la Curva de Maroñas

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Si se prepara para patear un tiro libre, la gente de Danubio saca el celular, comienza a filmar y se para para gritarlo. Si no se la pasan, se escucha siempre algún “¡Dásela a David!”. Terans manda en la Curva y hace pelear a su equipo en lo más alto. Si bien llega con tres triunfos y un empate en cuatro partidos, hasta ahora el equipo dirigido por Pablo Peirano no ha ganado por dos goles de diferencia y ha tenido que trabajar los encuentros de principio a fin. River Plate fue otro que no se la hizo nada fácil, sobre todo al plantarse firme en la zona defensiva. Es que el darsenero venía de hacer tres goles en la fecha anterior a Atenas, pero este domingo, en el ataque, no existió. Federico Cristóforo no tuvo que hacer ni una sola atajada en todo el partido.

Pablo Ceppelini fue el jugador más peligroso del primer tiempo. Remató en un par de ocasiones desde fuera del área, pero sus disparos se fueron apenas por arriba. También tuvo otra, desde el borde de la medialuna, que casi llegó a desviar Federico Rodríguez y terminó cruzando toda el área y se fue pegada al palo. A la franja le sigue costando generarle situaciones a su goleador. Lo manda a la guerra todo el tiempo. Federico ha mostrado su faceta de gladiador, pero hasta ahora, en cuatro partidos, no le ha llegado un solo pase por abajo que pudiera controlar dentro del área. Por el lado visitante, Facundo Boné fue el mejor de la ofensiva al generar infracciones y mostrarse siempre libre por la izquierda.

“¡Hoy hay que ganar!” y “¡Mandá el cuadro pa’ delante!” se escucharon más veces que el “Vamos, Danubio, todavía” en Jardines del Hipódromo. El gol no llegaba y la gente comenzó a desesperarse. Peirano cambió nombres, pero mantuvo el esquema de un solo punta y tres volantes de ofensiva. Cuando faltaban diez para el final llegó un centro de Gonzalo Camargo que Terans alcanzó a conectar con el borde del área chica y fue la única imposible para Nicola Pérez.

Recién en ese momento River Plate se decidió a ir al frente. Hasta el gol se mostró más que conforme con el resultado. Casi todos los intentos murieron en centros que parecían cambios de frente, salvo uno que Juan Manuel Olivera logró cabecear para que pasara cerca. El que regaló la delicia del partido fue el francotirador Carlos Grossmüller. Eso de aguantar la pelota cuando se va ganando Maravilla lo hace a su manera y con estilo. Tiró flor de caño que hizo parar a toda la platea.

Con el triunfo Danubio se mantiene como uno de los tres invictos del campeonato. Sumó 10 puntos, al igual que Peñarol, y está a dos de Nacional. En la próxima etapa deberá visitar a Montevideo Wanderers en el Parque Viera, mientras que River Plate, que jugará con Torque, se mantuvo con cuatro puntos en la misma cantidad de juegos.

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