Ingresá

Viñoly asegura que su proyecto del hotel San Rafael pretende armonizar con el resto de los edificios horribles de Punta del Este

Menos de 1 minuto de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

“No es mi culpa si el lugar está lleno de torres espantosas, yo tengo la responsabilidad de no ir contra el paisaje”, aseguró el arquitecto.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

A fines de mayo, el arquitecto uruguayo Rafael Viñoly y el empresario hotelero italiano Giuseppe Cipriani presentaron ante la Junta Departamental de Maldonado un proyecto para reformar el hotel San Rafael de Punta del Este, que generó polémica porque incluye una torre de más de 300 metros de altura y 66 pisos. Luego de la presentación, Cipriani aseguró que la obra “generará cerca de 5.000 puestos de trabajo en la industria de la construcción, ya que no sólo se trata de la construcción del complejo de edificios, sino también del sarcófago que tapará el adefesio de 300 metros”. Esta parte del proyecto será similar al sarcófago que se construyó para cubrir el reactor dañado de la planta de Chernobyl, en Ucrania. “En ambos casos se trata de obras muy importantes porque tienen como objetivo tapar algo muy dañino, así que involucran mucha mano de obra especializada”.

Ante las numerosas críticas recibidas, Viñoly defendió su proyecto indicando que “busca ser amigable con su entorno y armonizar con el resto de los edificios horribles de Punta del Este”. El arquitecto aseguró: “No es mi culpa si el lugar está lleno de torres espantosas, yo tengo la responsabilidad de no ir en contra del paisaje. Si en el lugar hubiera edificios elegantes y que armonizaran con el paisaje natural, el mío también lo haría. Pero ahí de natural no queda nada, así que algo de esas características desentonaría demasiado. Eso sí que sería un crimen urbanístico”.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura