Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
La oposición social y política al gobierno nacional aún está en un proceso de acomodamiento, que se prolongó y se complicó por la emergencia sanitaria y la postergación de las elecciones departamentales.
En la agenda para los próximos meses se instaló ahora la decisión de impulsar una campaña de referéndum contra la Ley de Urgente Consideración (LUC). De todos modos, hay asuntos pendientes.
Por un lado, todavía no se definió qué artículos de la LUC se quieren someter a una consulta popular, ni cuál será el procedimiento elegido. Por otro, una parte del FA piensa que priorizar la oposición a esa norma es un error porque prevé la aprobación de otras contra cuyos contenidos (por ejemplo, los que estaban en el proyecto original de LUC y quedaron por el camino) será más pertinente usar la misma herramienta derogatoria.
En cuanto al procedimiento, siempre se trata de reunir el apoyo de 25% de las personas habilitadas para votar, pero eso se puede hacer por un “camino largo”, recolectando directamente tal cantidad de apoyos, o por el “camino corto” de reunir firmas de 2% del padrón electoral para que se convoque a lo que se ha dado en llamar un “pre referéndum”. O sea, una jornada con mesas de votación habilitadas por la Corte Electoral para que quienes desean la realización de un referéndum expresen esa voluntad, y se vea si llegan o no al 25% requerido.
Las dudas entre ambos caminos no se refieren a cuál de los dos es el mejor para conseguir el mismo objetivo, sino a que los objetivos de quienes prefieren una u otra alternativa son en parte distintos.
El “camino largo”, por el que ya se definió la Intersocial, implica un proceso de organización y movilización que puede desarrollarse durante un año entero, y hay sectores sociales y políticos convencidos de que esto es necesario y será beneficioso por sí mismo, con independencia del resultado final. En cambio, quienes piensan que priorizar la derogación total o parcial de la LUC no es la mejor opción para fortalecer al campo opositor prefieren un proceso más breve, y reservar energías para otras batallas.
Además, hay una cuestión de momentos políticos. El “camino largo” terminaría en un referéndum a mediados del año que viene, y el “corto”, en una primera consulta a comienzos de diciembre de este año. Es claro que el estado de la opinión pública puede ser muy distinto en cada caso.
Otra de las variables que están en juego se refiere a la percepción popular de qué actores son relevantes para la definición de las grandes cuestiones nacionales.
Durante los gobiernos del FA, y debido a su mayoría propia en el Parlamento, se instaló durante mucho tiempo una situación en la que los debates internos de esa fuerza política eran lo decisivo, y esto acotó mucho el margen de acción opositor. A los integrantes de la “coalición multicolor” les interesa mucho que ahora pase lo mismo, no sólo porque debilitaría al FA, sino también porque crearía un escenario muy adecuado para la proyección hacia las siguientes elecciones, y esto es claramente lo que le sirve, por ejemplo, a Cabildo Abierto.
Hasta mañana.