Ingresá

Hogar&jardín | ¡Mamá, quiero plata!

Menos de 1 minuto de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago
Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

El día que decidimos empezar a darles a nuestros peques una mesada para algunos de sus gastos abrimos la puerta a una catarata de pedidos como el del título. Obviamente que darles a los chicos una mesada no es una mala decisión, porque es una forma de introducirlos en el manejo de la economía propio del mundo adulto. Ellos no sólo aprenden a gastar, sino también a dosificar, a ahorrar y a cuidar los equilibrios. Pero lo que seguramente no sospechábamos cuando decidimos establecer esta transferencia monetaria, sobre todo si lo hicimos después del 1º de marzo, era que el temible keynesianismo, esa especie de marxismo-leninismo disfrazado con los ropajes de la institucionalidad republicana, iba a volver a formar parte de las prácticas económicas aceptadas por los gobernantes. Si bien no es momento de juzgar los deslices de nuestros bienintencionados líderes en estos tiempos difíciles, sí tenemos, como madres, la responsabilidad de no permitir que este tipo de ideologías permeen los cerebros en formación de nuestros hijos. ¿La solución? Mandarlos a leer 30 páginas de Adam Smith cada vez que nos pidan plata. Cuando entiendan el daño que le están haciendo a la economía familiar van a abandonar esta molesta costumbre.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura