Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
El Senado recibió ayer a tres jerarcas del Poder Ejecutivo convocados para explicar, en régimen de comisión general, cómo fue posible que alguien con el historial de Alejandro Astesiano haya sido designado y mantenido en una posición de alta responsabilidad, que incluía la convivencia cotidiana con el presidente Luis Lacalle Pou, así como acceso a información y contactos que lo hicieron muy valioso para la organización criminal internacional que integraba.
Los convocados fueron el ministro del Interior, Luis Alberto Heber; el prosecretario de Presidencia, Rodrigo Ferrés; y el director de la Secretaría de Inteligencia, Álvaro Garcé, pero hay que señalar algo evidente. El oficialismo ha insistido hasta el cansancio en que no hay nada que reprocharle a Lacalle Pou, porque este procedió de buena fe y sin haber tenido acceso a información clave sobre Astesiano, pero la oposición no comparte esa opinión benévola. Lo que ocurre es que el Parlamento no puede convocar al presidente de la República para que explique su conducta, salvo en el “juicio político” tan mentado en los últimos días.
La estrategia de los jerarcas y de los senadores oficialistas que hicieron uso de la palabra (casi todos del Partido Nacional) se desarrolló en torno a tres ejes. Por un lado, se buscó minimizar el papel de Astesiano, tanto en el grupo de delincuentes del que formaba parte como en la custodia presidencial. Por otro, se planteó una defensa cerrada de Lacalle Pou. Finalmente, se reiteró el habitual intento de contraataque, con múltiples acusaciones a frenteamplistas por hechos anteriores.
La insistencia en que los cómplices de Astesiano cometían delitos por lo menos desde 2013 no puede disimular que, desde que Lacalle Pou lo eligió para dirigir a su grupo de custodia, el grupo criminal accedió a privilegios que le permitieron entrar tranquilamente en la Torre Ejecutiva para organizar sus fechorías, en un alarde de impunidad que indigna.
Los legisladores frenteamplistas, que en esta ocasión tuvieron como orador principal a Alejandro Sánchez, hablaron en todo momento de que hubo irresponsabilidad y negligencia por parte de Lacalle Pou, sin la menor insinuación de que haya participado en los delitos por los que se detuvo a Astesiano. Sin embargo, los oficialistas se comportaron como si se estuviera acusando al presidente de falsificar pasaportes. Es un procedimiento similar al de quienes, en el juego de la mosqueta, se esfuerzan por dar la impresión de que la pelotita no está donde realmente está.
Por último, se repitió el espectáculo lamentable de que se pretenda disminuir la responsabilidad propia señalando otras ajenas que, a veces y para peor, no son comparables o ni siquiera son reales. Este procedimiento infantil, que podríamos llamar vostambienismo, se utiliza muy a menudo en los niveles inferiores de las riñas mediante internet sobre cualquier asunto, desde el fútbol hasta los conflictos internacionales, pasando, como en este caso, por la política local. En cualquier circunstancia, como es obvio, no les quita ni un gramo de gravedad a las conductas propias, y tiene la nefasta consecuencia de generalizar el desprestigio.
Hasta mañana.