Hace dos semanas que la policía uruguaya busca al delincuente coloniense Hugo Pereira, quien se fugó caminando, vestido de operador penitenciario, del centro penitenciario de Santiago Vázquez. Pereira carga con una larga lista de antecedentes penales, entre los cuales se encuentran varias fugas carcelarias, de un lado y otro del Río de la Plata. Es además una persona ampliamente conocida en Colonia del Sacramento.
A pesar de las habilidades demostradas para escabullirse de las prisiones, en esta última reclusión en Santiago Vázquez el narcotraficante habría ganado la confianza de los evaluadores de la conducta penitenciaria, que le concedieron el trabajo de atender al personal del establecimiento.
El mecanismo utilizado para la evasión hace sospechar que Pereira contó con ayuda, dentro y fuera de los límites del centro penitenciario. Así lo reconoció el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, quien anunció la realización de sumarios a funcionarios que trabajan en Santiago Vázquez.
“Es preocupante, va a haber sumarios adentro [de la Unidad 4], no puede salir un narcotraficante a pie de la cárcel. Vamos a ver cómo fue. No sabemos quiénes son los que colaboraron. Se disfrazó y salió caminando; hay sospechas de que pudo haber habido ayuda”, dijo el ministro del Interior Y reconoció que los presos “a veces se nos escapan”. Heber agregó que la Dirección Nacional de Inteligencia y la Fiscalía investigan la fuga del delincuente coloniense.
La visión del jefe de Policía de Colonia
El jefe de Policía de Colonia, Johnny Diego, definió a Pereira como “un delincuente más” de ese departamento. No obstante dijo que “hace unos años Pereira tuvo como una aureola de capo mafia, pero que ya no la tiene más”. Explicó que los primeros antecedentes penales de Pereira se remontan a la década de 1990. Pereira, que hoy tiene 60 años, alternó el tráfico de drogas con otras modalidades delictivas, como el hurto.
Diego recordó que Pereira realizó robos “muy importantes” que incluso “le dieron apariencia de Robin Hood, porque robaba a gente con dinero”. Entre los golpes más recordados de la carrera delictiva de Pereira aparece el robo, en 2007, de un cañón del siglo XIX que estaba alojado en el edificio de la Prefectura Naval de Colonia del Sacramento.
El jefe de Policía recordó además el frustrado intento de ingresar mediante un túnel a una sucursal del Banco Holandés, también en Colonia del Sacramento, a principios de este siglo, desarticulado por la policía mientras estaban en los preparativos.
De planificar atracos espectaculares Pereira pasó a liderar una una red de narcomenudeo en tierras colonienses, que fue desmembrada en 2021 por la Operación Guaraní I montada por la Fiscalía y la Jefatura de Policía de Colonia.
Diego participó en los allanamientos en la finca que vivía Pereira y varios de sus cómplices, donde pudo constatar “el estilo de vida y el día a día que llevaban”. “Pereira tenía algún negocio de local bailable y venta de bebida, pero detrás de ello lo que había era distribución y venta de drogas al menudeo”, explicó el funcionario policial.
Agregó que a pesar de haberse transformado “en un delincuente más, él se sentía un tipo poderoso, que nadie lo iba a tocar. Y mucha gente se sorprendió cuando fue detenido”.
Hugo Pereira ha desarrollado parte de su carrera delictiva junto a un hermano suyo que está en el centro penitenciario de Libertad, en el departamento de San José, tras haber sido detenido también en la Operación Guaraní.
El jefe de policía coloniense participó en el allanamiento de esa vivienda: “había usurpado una mansión en la zona del Real de San Carlos y la habían transformado en una tapera, porque arrancaron el inodoro, la bañera y hasta los azulejos del baño”.
Un alto funcionario policial, ya retirado, explicó a la diaria, que la trayectoria delictiva de Hugo Pereira “se asemeja a la del 90% de los delincuentes”, que inician su carrera, tienen un momento de esplendor, realizan golpes que le dan cierto dinero y luego “entran rápidamente en la decadencia”.
“En el interior del país, delincuentes que en realidad son de poca monta ganan cierto prestigio entre sus pares, porque, por suerte, no hay un gran desarrollo de la actividad delictiva. Pero lo que termina pasando con ellos es que mueren pobres y muchas veces traicionados por sus socios que buscan adueñarse de los territorios”, dijo.
Tras haber concretado la última fuga, Pereira es buscado en Colonia del Sacramento, donde la policía ya hizo inspecciones oculares.