La empresa láctea carmelitana Calcar atraviesa un momento complicado debido a la baja de exportaciones y a una pérdida progresiva de productores remitentes que afecta la capacidad de elaboración de diversos productos, tras haber sorteado una crisis financiera a principios de este año gracias la obtención de un crédito del Banco República.
Calcar posee dos plantas industriales en el departamento de Colonia: una en Carmelo, donde se elaboran productos para la exportación, y otra en Tarariras, dedicada a abastecer el mercado interno. En total, trabajan unas 180 personas.
El dirigente de la Asociación Laboral de Trabajadores de Calcar (Altrac), Luis Guigou, confirmó a la diaria que esa cooperativa atraviesa “un escenario complejo”, en el cual el sindicato avizora “un posible cierre de la planta de Carmelo” con base en las versiones aportadas por legisladores de ese departamento. La situación originada “es muy tensa” porque “se comenta acerca de envíos al seguro de paro y del cierre parcial o total de la planta de Carmelo, pero todavía no tenemos información oficial al respecto”, comentó el sindicalista.
Mientras tanto, la dirección de Calcar “juega a la mosqueta”, dijo Guigou, y comentó que en las últimas horas la empresa “levantó” una reunión fijada en la Dirección Nacional de Trabajo (Dinatra) e informó que “no tiene previsto enviar trabajadores al seguro de empleo ni cerrar ninguna de las plantas industriales”.
Pero el sindicato de funcionarios y la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) desconfían del proceder de los responsables de esa empresa, que apuntaría a generar una reestructura con pérdida de puestos de trabajo incluida.
Como telón de fondo del presente de Calcar aparece la instrumentación del Fondo de Reconversión de las Industrias Lácteas que sería aprobado este miércoles en la Cámara de Diputados tras haber obtenido el visto bueno de los senadores. Ese fondo, de 10 millones de dólares, aportaría recursos a empresas de economías enclenques siempre y cuando presenten proyectos de reconversión. Entre las destinatarias estaría la cooperativa carmelitana.
Los trabajadores de Calcar “no nos oponemos a una reestructura, pero no queremos ser la variable de ajuste”, comentó Guigou, y recordó que “ya hemos sufrido pérdida salarial y de puestos de trabajo” debido a las sucesivas crisis que esa empresa ha atravesado. “En ningún lugar del articulado de ese fondo de reconversión se contempla la posición de los trabajadores ni de los pequeños productores”, denunció el dirigente lácteo coloniense. “Debería haber una salvaguarda de los puestos de trabajo, sobre todo en ciudades chicas, donde cada salario resulta muy importante para la economía local”, agregó.
Guigou opinó que en caso de llevar adelante una reestructura Calcar debería apuntar a los cargos gerenciales: “hay una estructura macrocefálica, porque hay un puesto gerencial cada siete operarios de planta”.
Malas gestiones
En tanto, el dirigente de la FTIL Enrique Méndez, dijo consultado por la diaria que el futuro inmediato de Calcar estará marcado por la instrumentación del Fondo de Reconversión de las Industrias Lácteas, el cual apunta “a que los trabajadores nos hagamos cargo de las malas gestiones empresariales”.
En el sector lácteo “hay dos industrias que atraviesan momentos muy complejos, que son Calcar y Claldy” debido a “los impactos de malas gestiones empresariales”, en las cuales “hubo inversiones desacertadas y niveles de endeudamiento muy importante”.
El dirigente de la FTIL señaló que el posible escenario de cierre de la empresa coloniense “ha sido adelantado por actores políticos locales” en el marco del tratamiento del fondo de reconversión para ese sector industrial. “Sin tener culpas de esta situación, los trabajadores de esta empresa están poniendo todo de sí para salir adelante, mientras que, en paralelo, ingresa al parlamento un proyecto de reconversión que no tuvo en cuenta la opinión de trabajadores y pequeños productores lácteos”.
Para Méndez, “es totalmente injusto e irresponsable que este proyecto de reconversión deje la reglamentación del mismo a un Poder Ejecutivo que no garantiza que se mantengan todos los puestos de trabajo y, a la vez, pretenda entregar fondos a cambio de reestructuras que afectarán a los trabajadores”.
En este caso, “el peso de la masa salarial en la estructura de costos de Calcar no es lo que la vuelve inviable”, por lo cual “la reducción de la misma no será solución para empresas que tienen altos niveles de endeudamiento que se arrastran por la incapacidad de gestión que tuvieron en el pasado”, concluyó Méndez.
Colman: "Versiones que han llegado"
El martes 27, en una rueda de prensa que realizó en Carmelo, el diputado nacionalista por Colonia, Mario Colman, aseguró que el Fondo de Reconversión de las Industrias Lácteas “apunta a conservar todos los puestos de trabajo”. “Calcar es una empresa importante, que elabora productos de calidad gracias a la experticia de sus empleados”, comentó.
Para Colman, “el fondo lechero permitiría salvar a algunas empresas que atraviesan momentos difíciles, y que requieren una solución más profunda y de fondo, para que no se pierdan puestos de trabajo”. “Es difícil pero ese es el compromiso”, agregó.
No obstante, el diputado reconoció que un posible cierre de la planta carmelitana “es una versión que me ha llegado; es un planteo que ha hecho la empresa frente a sus acreedores”.