Décadas atrás, pasear por la avenida 18 de Julio admirando vidrieras de los negocios y explorando galerías era un paseo recurrente para muchos. Así lo atestiguan imágenes y relatos de quienes conocieron la avenida montevideana iluminada y repleta de tiendas. Ese paisaje se perdió por muchos motivos, pero lo que no ha cambiado es su impronta de calle principal y, por ende, su ritmo ajetreado. El tránsito es alocado, las bicicletas no la tienen fácil y atravesar la avenida en ómnibus puede llevar un largo rato. Es por eso que desde 2015, la Intendencia de Montevideo (IM) ha presentado propuestas para revitalizar la icónica calle y agilizar la circulación favoreciendo el cuidado ambiental.
Ese año, el arquitecto y urbanista danés Jan Gehl hizo un estudio en el que determinó que sólo 8% de las personas que circulan por 18 de Julio lo hacen en vehículos particulares, pero ocupan 27% del espacio. Los peatones, en cambio, constituyen 30% pero usan 15% de la avenida. “A partir de ahí se empezó a trabajar”, dijo a la diaria el director de Movilidad de la IM, Pablo Inthamoussu.
No obstante, el proyecto de reforma de 18 de Julio propuesto por la comuna en agosto del año pasado fue cuestionado y no siguió adelante. El presidente de CUTCSA, Juan Salgado, presentó algunas críticas al proyecto porque, entre otras cosas, se proponía reducir la flota de ómnibus que circulan por hora y la sustitución de algunas líneas por vehículos eléctricos. En estos meses, la IM elaboró un nuevo proyecto, que incorpora las opiniones y discrepancias al anterior, pero mantiene los objetivos principales.
“Lo que definimos fue llegar a los mismos objetivos planteados en el proyecto original, pero hacerlo de forma más gradual, con una lectura más política del asunto y generar las menos resistencias posibles para que el proyecto tuviera andamiento”, sostuvo Inthamoussu.
El objetivo principal del proyecto es la revitalización urbana de la avenida para reforzar “su carácter de convivencia, lugar de encuentro y significancia para la ciudad” por medio del impulso de la “movilidad sostenible”, el cuidado ambiental y “revalorizar el espacio público”.
Las reformas implicarán un gasto de alrededor de diez millones de dólares y está previsto que comiencen en febrero del año que viene y culminen en diciembre. Tanto el director de Movilidad como el arquitecto responsable del proyecto, Juan Vespa, coincidieron en que los tiempos preestablecidos son suficientes para culminar las obras; Inthamoussu añadió que “no tiene nada que ver” con la entrada en campaña electoral.
En líneas generales, Vespa explicó que mediante la ampliación y recuperación de veredas, refacción del pavimento, nueva señalización y nuevos carriles, se busca favorecer el uso de la bicicleta, agilizar el transporte público y garantizar la circulación peatonal. En correlación, se pretende desestimular el uso de vehículos particulares con una restricción de velocidad de hasta 30 kilómetros por hora en carriles compartidos con bicicletas. Además, entre lunes y viernes de 16.00 a 19.00 estará prohibida la circulación de autos en el sentido saliente de Ciudad Vieja. Quienes circulen en auto tendrán que respetar el ritmo de los ciclistas y no podrán rebasarlos. Todo esto se fiscalizará por medio de un sistema de cámaras.
El arquitecto añadió que las reformas serán distintas a lo largo de la avenida. En el “tramo Centro”, que va desde la plaza Independencia a la calle Ejido, donde hay 13 metros de calzada y seis de vereda, las bicicletas y autos particulares compartirán carriles centrales y se construirán carriles “sólo bus” contra el cordón.
La estructura cambia al llegar al “tramo Cordón”, que va desde Ejido a Bulevar Artigas, cuenta con 18 metros de calzada y tiene un ancho de vereda variable. A partir de allí las bicicletas pasan a compartir carril exterior con ómnibus y los autos podrán circular en doble sentido por el centro a una velocidad máxima de 45 kilómetros por hora. En el semáforo de Germán Barbato, frente a la explanada, se establecerá una luz específica para los ciclistas para indicar el cambio de carril y evitar accidentes.
En materia de transporte público se continuará con la racionalización progresiva de líneas de ómnibus, que ya se redujo 20%. “De cada cinco ómnibus que entraban en Ciudad Vieja en las horas base entra un ómnibus menos”, comentó Vespa. Inthamoussu afirmó que se continuará con la medida de forma gradual para evitar molestias a los usuarios con el corte de algunos recorridos y transbordo obligatorio. Además, se incorporarán diez unidades eléctricas en el recorrido CA1.
Por otra parte, el proyecto incluye la amplificación de la explanada de la IM, mejoras en las plazas, la renovación de paradas de ómnibus, puestos de vendedores ambulantes y quioscos y la instalación de bancos y papeleras.