Cotidiana Ingresá
Cotidiana

Misión Comedor.

Foto: Federico Gutiérrez

Tan puesto como informal: inauguró Misión Comedor, la pata gastronómica de Magnolio Media Group

3 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago
Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Pongamos que es media tarde de un sábado, pasada la hora prudente del brunch. Parque Rodó es una zona caliente, donde los sitios que recién levantaron cortinas se llenan y la experiencia dice que los buenos que se mantienen también están a tope o se quedaron sin ingredientes. Pero a esa altura de Pablo de María, más abajo de Bulevar España, la calle sigue empedrada y todavía a su ritmo. Se llega con el dato firme, no de boyar por el barrio, aunque la casona se presenta sola en su imponencia, con la pinta inocultable de estar de estreno. No deja dudas de que es ahí, donde se instalaron las radios Del Sol, El Espectador y Latina, que tienen su sala de espectáculos, Magnolio, y su restaurante, Misión Comedor.

Hay hambre en el cuadro como para pedir dos platos, culpa de tanto postergar la comida, que ya está más cerca del almuerzo-merienda. Igualmente el horario de la casa lo permite, las porciones son medianas y las opciones varias, razones de sobra para duplicar la ración. Y un extra: toda una zona de la carta diurna, con huevos, panceta, palta y quesos sobre panes de masa madre, cumple los requisitos de una cafetería de especialidad como se lleva, mientras platos como los canelones de espinaca y salsa blanca, los capellettis a la Caruso y el pastel de cordero braseado apelan a la memoria afectiva (de abuela o de fonda bien entendida).

Hay una atemporalidad clásica, entre palmeras, ladrillos a la vista y sillas vienesas, de tal modo que uno puede figurarse en ese escenario lo mismo un club de jazz que un salón de té. El personal acaba de sobrellevar el sobregiro del primer fin de semana cuando atiende, para ese entonces, a grupos de amigas con sus bebés, que van a pasar la tarde, compartiendo el espacio con un turista leyendo una novela y alguna pareja novelera. Álvaro Russi, uno de los cuatro socios, habla de no perder ese eclecticismo de público, que se diversifica aun más con la propuesta de tapas de la noche (escabeche de carne de caza, tuétano, mermelada de cebolla y pickles de rabanito, croquetas de pescado a la vasca, burrata en tostada).

Russi sigue en paralelo con Pez Globo, Santiago Ottonello con El Mingus, Manuel González con Demorondanga y el cuarto impulsor del proyecto, Gonzalo Pereira, el único que no es gastrónomo, viene del rubro textil. Son amigos de la misma generación y “el concepto estuvo claro desde un principio”, dice Russi, aproximadamente unos siete meses antes de que, entre varias propuestas rondando, la responsabilidad del lugar recayera en ellos. Tenían en mente, “más que un restaurante, generar un multiespacio de toda hora para todo público: económico, honesto, lindo. El contexto en el que estamos ya habla mucho; queríamos estar alineados a lo que proponen la radio y también el auditorio. Creemos que la gente quiere salir y pasar un buen momento, más allá de ir a un restaurante y que te atiendan con protocolo. De alguna manera en eso queremos transmitir lo que somos, desde un servicio un poco más distendido, más informal, pero en un espacio tremendo”.

Se pusieron de acuerdo en unificar en Misión Comedor todo lo que veían que estaba en el aire, tomando referencias de acá y de Buenos Aires. De día el énfasis está puesto en el aspecto de “comedor”; de noche, con la barra a pleno y un hip hop, la onda va mutando. Pero no pretenden que nadie se sienta intimidado. Tienen el compromiso de atender a un centenar de plazas, teniendo en cuenta que afuera pueden sentarse unas 20 personas y que hay una cava para eventos que todavía no habilitaron. Al tiempo que van tomándole el pulso al tráfico de clientes, sin descuidar a esos casi cautivos, que trabajan en las emisoras y toman el salón como una especie de cantina de trabajo, el plan es ir generando eventos artísticos y gastronómicos, poniendo en diálogo, además, el patio interior del complejo Magnolio.

Misión Comedor (Pablo de María 1015). Lunes de 8.30 a 19.00, martes a sábado hasta 0.30 y los domingo de 11.00 a 0.30. Ofrecen varios tipos de huevos, salchichas artesanales, palta y papas rosti para los desayunos. Sábados y domingos hay brunch hasta las 18.00. La comida entre panes (refuerzos, hamburguesas) sale todo el día. Cuando consiguen, tienen pesca fresca. Hay jugos prensados y vinos por copa. Aconsejan compartir los postres, como la carrot cake con pistachos. Toman reservas al 2418 0335.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura