Un pozo de aguas termales quizás termine de cambiar la suerte de Rivera como destino turístico, principalmente de brasileños, que cruzan a la ciudad norteña atraídos por las oportunidades de compra y entretenimiento que les ofrecen freeshops y casinos. Se está definiendo una “pequeña Las Vegas”, observa Santiago Alonso, vocero del proyecto Termas de Cuñapirú, que sumará opciones de recreación y relax, mientras apunta a que el visitante permanezca más días. De hecho, el grupo inversor privado recibió apoyo y asesoramiento de los responsables del complejo termal Amsterland, ubicado al otro lado de la frontera, en Santana do Livramento, para realizar la prospección en territorio uruguayo. Así lo recalcó el empresario Raúl Ferraz, integrante del grupo local, quien dijo al diario vespertino Jornada, de Rivera, que Amsterland “fue el puntapié inicial”. La idea comenzó hace unos tres años, a raíz del descubrimiento de aguas termales en la zona. Los inversores indicaron que la perforación –858 metros bajo boca de pozo (a través de rocas sedimentarias, alcanzando el basamento cristalino)– alcanzó una profundidad que llegó a la formación Yaguarí, de aguas mesotermales, mineralizadas y ligeramente salobres, “a diferencia de los centros termales tradicionales basados en baños recreativos, estimulantes, sedativos, sin aplicaciones terapéuticas. Se persigue tener un potencial de diferenciación del producto termal, poniendo énfasis en tratamientos terapéuticos de última generación, lo que permitiría atraer nuevos segmentos de turismo”, indica el proyecto.
“Se tramitaron los permisos en la Dinama [Dirección Nacional de Medio Ambiente], se hicieron estudios de impacto ambiental y finalmente, el mes pasado, se finalizó la obra del pozo termal, con la buena noticia de haber obtenido un gran caudal de agua con temperaturas en origen de hasta 38 grados”, dijo a la diaria Santiago Alonso, quien estimó la apertura del complejo termal y spa Pinares del Cuñapirú para el año que viene. También explicó que están en conversaciones con posibles inversores brasileños interesados en sumar infraestructura hotelera.
El emprendimiento se llevará adelante en un total de 40 hectáreas, un área verde a cinco minutos del centro de la ciudad y a tres de la futura terminal de ómnibus, próximas al arroyo Cuñapirú. Ese predio fue ocupado hasta fines de los años 90 por un campo de golf, que terminó abandonado. “En este momento la Intendencia de Rivera está diseñando las calles y demás aspectos de la urbanización del área para su posterior desarrollo como emprendimiento termal, parques y viviendas”, agregó Alonso. El grupo técnico encargado del proyecto es encabezado por el geólogo Jorge Montaño. “Las deducciones resultantes mostraron una gran coherencia y se estableció como hipótesis de trabajo que la futura perforación tendría un caudal que cubriría la demanda de agua prevista, no sería surgente y se obtendría una temperatura inferior a la obtenida en pozos termales del litoral del país”, señala el proyecto, que concluye que “la cantidad de agua cubriría la demanda del emprendimiento termal a partir de un abastecimiento planificado y eficiente. Respecto de la temperatura sería necesario implementar un escalón de ascenso para cubrir ciertas etapas del año, épocas frías”.
Dado que el emprendimiento se hace en alianza con la Intendencia de Rivera y el Ministerio de Turismo, un último punto del proyecto refiere a la inclusión social, ya que cinco hectáreas serán cedidas por los inversores para la construcción de un centro termal público.