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Gerardo Trigo en la Cantina del 25 de agosto, en el barrio Villa Dolores.

Foto: Mariana Greif

La Sociedad Urbana Villa Dolores buscará la conexión comunitaria a través de la comida, el aprendizaje y la charla

5 minutos de lectura
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La idea es articular dos locaciones cercanas: el Club 25 de Agosto y una casa particular, a media cuadra, donde se está armando una huerta y una gran cocina-laboratorio, frente al zoológico.

Se le ocurrió a Gerardo Trigo, que quiere forjar un “espacio con valores republicanos”: “Todo empieza por revitalizar los viejos clubes, que surgen históricamente desde lo social, de la necesidad del barrio de tener un salón comunitario, y después, por liderazgos, van tomando disciplinas deportivas. Dejé La Cantina del 25, que tengo hace cinco años –mis hijos la están gestionando, son la cuarta generación de bolicheros–, porque quiero dedicarme a esto. En el salón de arriba se nos ocurrió armar algo como las asociaciones gastronómicas vascas, que son clubes con membresía, donde después se consume al costo. La vamos a llamar Sociedad Urbana (en vez de sociedad rural o criolla) Villa Dolores. Vamos a hacer hincapié en gastronomía y cultura; en los clubes se cocina; nosotros vamos a dar talleres de cocina”.

“Estoy armando una grilla de gente que trabajó conmigo los últimos 40 años: el gordo Jorge Oyenard, José Shaw, Mario Del Bo, y un paquete más grande, por ejemplo, Leo Lagos va a coordinar un ciclo de ciencia, va a estar el antropólogo Gustavo Laborde, el flaco Carlos Demasi, Gabriel Quirici, Gonzalo Moratorio, Ana Silva. Queremos mezclar la cocina, los cursos, las catas, con una tertulia, que puede ser desde ciencia hasta historia o filosofía y arte. Vamos a hacer de vino, de whisky, de té, de café; van a haber talleres específicos sobre un plato, acompañado de un maridaje de esa conversación. Eso es en grandes líneas: combatir los espacios virtuales, pensar en el barrio como la extensión de tu casa, volver a capitalizar los clubes”, agrega don Trigo.

Las membresías se organizarán a través de pagos anuales de 100 dólares o mensuales de 500 pesos. En este esquema la sociedad no obtendrá ganancias de sus actividades. Los miembros podrán reservar su participación en el calendario hasta 48 horas antes al evento. De verse colmada la capacidad, se programará uno nuevo; por el contrario, si quedaran vacantes, se abrirá la posibilidad de que lleven un invitado, que podrá optar por pagar la cuota. Si aun así siguen quedando cupos libres, se abrirá la actividad al público en general. Los días que no haya actividad, los socios podrán reservar los salones. Vale aclarar que están convocando “al sentimiento del barrio”, pero que cualquiera puede asociarse.

“Siempre fuimos personas de bares, no de clubes. Mi madre y yo, por ejemplo, fuimos la imagen de la última edición de Boliches en Agosto. Cuando vinimos para acá nos dimos cuenta de lo rico que es esto y logramos transformar el club, que era un lugar del que la familia se había ido. Se logró revertir eso, el club nos agradece y ahora nos alquiló el salón social”, dice don Trigo.

Huerta de la Cantina 25 de Agosto. Foto: Mariana Greif

La sociedad funcionará en el Club 25 de Agosto, donde dispondrá de un salón con cocina, bodega, equipamiento y almacén como para recibir a unas 60 personas. La huerta, ubicada a 50 metros, proveerá las verduras y productos orgánicos; allí se contará con una cocina-laboratorio y un cuarto de ahumados. El plan es realizar cursos de huerta, embutidos, fiambres, conservas, carnicería, panadería y parrilla. La sociedad también patrocinará un grupo de compras y realizará promociones de productos y marcas a precios de distribuidor.

Con estos titulares en carpeta y una serie de estatutos rectores, la asociación civil quedará inscripta en el Ministerio de Educación y Cultura y celebrará su primera asamblea a fines de noviembre, cuando se proclamarán las autoridades fundacionales y se hará “una comilona, un gran festejo”.

Va a haber un día de jam para que participen “los músicos del barrio”, como los presenta Trigo para referirse a “los Buscaglia, los Ibarburu, Mandrake, gente de la vuelta”.

“Creo que a la pandemia esta le echamos la culpa, pero lo único que hizo fue abrirnos los ojos. Nos habíamos alejado del barrio, ya no tratábamos con los vecinos. Creo en el barrio como la primera prolongación de tu casa, como cuando sos chico, cruzaste a la vereda de enfrente y te sentís reconocido. Tengo la experiencia del Trigo viejo, allá en Pereira y Berro, que era guarida y casi hubo matrimonio con la Escuela de Bellas Artes. Yo me crie en ese bar, donde los vecinos eran conocidos. Después el desarrollo comercial me llevó a otros barrios y me hice más ‘cosmopolita’, perdí el sentido de pertenencia. A Dios gracias, mi derrumbe económico me hizo volver”, dice el bolichero.

“Me había quedado sin trabajo a los 54 años y arranqué con un mediotanque. Si venías con dos amigos y me pedían tres cervezas, tenía que ir al supermercado a buscarlas. Esto se ha ido conformando: hoy es un lugar de encuentro, con muy buena onda. También hay gente que viene y notás que se alucina con que hay un club de barrio. Yo qué sé, está muy bueno. Yo no tengo credenciales, pero cuando comencé en gastronomía muchas veces me dejaban sentarme a la mesa de los miércoles de Candeau, en el bar Hispano, por ejemplo. Y yo cerraba el Trigo con Jaime, con Los Olimareños, con el Sabalero, conversando. No estoy inventando nada; quiero generar eso que se perdió”.

Para ponerse en contacto: gallegotrigo@gmail.com o La Cantina del 25 (José Luis Bado 3186 / 2628 8635).


Foto: Difusión

Finde cabrón en Mercado Ferrando

Este fin de semana Mercado Ferrando (Chaná 2120) y la Embajada de México en Uruguay invitan a celebrar la previa del Día de los Muertos con gastronomía y actividades. Se trata de una celebración tradicional mexicana que honra a los difuntos, que se realiza durante el 1º y el 2 de noviembre. Esta festividad prehispánica sumó elementos católicos tras la llegada de los conquistadores, y fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2008.

Las propuestas gastronómicas que se extienden durante el fin de semana incluyen tacos de cochinita pibil y totopos con frijoles refritos, elaborados por el flamante local de Ollas, especias mexicanas, galletas y agua de jamaica en Samud, pan de muerto en Atelier Cataleya, cerveza picante y tequilazos en OPB, poke con pico de gallo en Ola Poke, croqueta de alambre de chorizo con espuma de tortilla de maíz y mayonesa de chipotle en Vení Mañana, fainá relleno de chiles picantes y salsa para pizzas por Il Gufo, libros de autores mexicanos seleccionados por Librería Del Mercado, nachos con guacamole y quesadillas para combinar en Mundano, hamburguesa con salsa tatemada, guacamole, totopos y papas con salsa de jalapeño y cilantro de La Burguesa y objetos de bazar para cocina mexicana para revisar en Cilantro.

Aparte de eso, hoy a las 15.00 hay una actividad para niños, un taller de realización de una piñata mexicana. Mañana, a partir de las 12.00 se llevará a cabo una exposición de cuadros de Soraya Herrera y una feria de emprendedores en el nuevo espacio de Mercado Ferrando. Para terminar habrá una cena show que incluirá una serenata de mariachis.

Ruta del gin Beefeater en regreso doble

En el mes del gin tonic y en el marco de la campaña #TheSpiritOfLondon, Beefeater relanza La Ruta del Gin, que se extenderá hasta diciembre. El recorrido larutadelgin.com, presencial o virtual, por diversos bares de Montevideo y Colonia, invita a probar el trago que marca el calendario a precios promocionales. Beefeater London Dry Gin se presenta con notas secas y picantes tradicionales de esta bebida, es suave y de buen cuerpo, con una combinación cítrica equilibrada, lo que junto a las nueve gamas de especias o botánicos que contiene marcan su estilo desde 1863. La mejor manera de tomarlo, o por lo menos la aconsejada, es simple: en un copón con mucho hielo, una parte de gin, tres partes de tónica, una rodaja de naranja y otra de limón.

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