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Centro Cultural Miguel Ángel Pareja.

Foto: Mara Quintero

El Centro Cultural Miguel Ángel Pareja y su misión en la comunidad pedrense

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El desafío de interpretar “la cultura en la periferia”

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El Centro Cultural Miguel Ángel Pareja es un espacio comunitario que promueve actividades culturales en la ciudad canaria de Las Piedras. Además de estimular la participación, el aprendizaje y la expresión artística, el centro también fue creado con el fin de reproducir las obras y los pensamientos del pintor Miguel Ángel Pareja sobre el arte y la sociedad. Para Mario Pareja, secretario del centro y sobrino del artista, es “emocionante poder contribuir con la comunidad desde la cultura y mantener vivo el legado de Miguel Ángel”.

Con una amplia variedad de propuestas, el centro opera en extensión y educación; la extensión cultural incluye exposiciones de artes visuales y escénicas, espectáculos musicales, presentaciones de libros y murgas. En tanto, la oferta educativa abarca unos diez cursos y talleres anuales en diferentes disciplinas: artes plásticas para todas las edades, historia del arte, literatura, teatro y danza, entre otros. La metodología que se utiliza es la de la escuela activa, una modalidad que le atribuye un papel preponderante a la experimentación. La herramienta también se utiliza en la Escuela Nacional de Bellas Artes y fue impulsada en gran medida por Miguel Ángel Pareja, influenciado por el maestro Sabas Olaizola, que llevó adelante la Escuela Experimental de Las Piedras, y por Pedro Figari.

Las actividades están abiertas a todo público y en su mayoría son gratuitas; en algunas se cobra un bono de colaboración para poder solventar los gastos que implican. De esta manera, se busca incentivar que la población se acerque al centro, así como tambien se da apoyo a los diferentes artistas locales para que puedan tomar parte y mostrar su trabajo.

Asimismo, Mario Pareja asegura que “hay una línea de trabajo muy fuerte para apoyar a artistas que no son de la zona”, ya que se trabaja con los Fondos Concursables del Ministerio de Educación y Cultura . “Los artistas independientes se presentan y solicitan nuestro apoyo para ejecutar sus obras en el centro cultural”, cuenta el secretario, que además asegura que ya tiene una lista llena de propuestas para 2024.

Ciudad dormitorio y cultura local

El centro cultural se ha vuelto un pilar fundamental no sólo para la comunidad pedrense, sino también para las localidades aledañas. Su área de influencia abarca La Paz, 18 de Mayo y Progreso, por lo que el público estaría comprendido por unas 120.000 personas. Pareja calcula que al menos unas 30.000 personas han pasado por las actividades del centro, sin tener en cuenta los eventos extramuros que se han llevado a cabo en los diferentes barrios de la ciudad, lo que implica que otros cientos de personas se han visto involucradas.

Foto: Mara Quintero

Sin embargo, esta ubicación plantea algunas dificultades, dado que se produce el fenómeno que Mario Pareja describe como “cultura de la periferia”. A nivel histórico, social, cultural y geopolítico, Las Piedras siempre ha sido considerada una ciudad dormitorio a causa de la cercanía con Montevideo, es decir, una ciudad cuya principal función es la residencial y no la de satisfacer necesidades. Por eso, desde el punto de vista cultural, es común que los residentes de las pequeñas localidades busquen explorar las propuestas que ofrece la capital.

Pareja expresa que fue un reto reconocer la demanda del lugar y entender cómo satisfacerla, puesto que “nunca había existido la oportunidad de consolidar la cultura en el medio local”. “Ha sido una experiencia interesante desarrollar la cultura en la periferia del área metropolitana”, dice el secretario, y agrega: “Creo que hemos sido exitosos, porque los eventos tienen una concurrencia increíble”.

Mandato popular

El Centro Cultural Miguel Ángel Pareja funciona como una asociación civil desde 2011, momento en que fue reconocido por el Ministerio de Educación y Cultura. Sin embargo, la idea se remonta muchos años atrás, cuando Miguel Ángel Pareja falleció y le dejó a su hijo, Alfredo Pareja, una colección de 58 obras que para el pintor representaban su evolución plástica a lo largo de su vida. Uno de los principales deseos de Miguel Ángel era que esas obras jamás fuesen separadas. Alfredo tomó el pedido como un gran desafío personal y comenzó a trabajar en la creación del centro y de un museo, que será puesto en marcha próximamente.

La filosofía del artista estuvo muy presente a la hora de encaminar el proyecto; a Miguel Ángel Pareja no le gustaban las galerías y decía que el arte debía tener una apertura popular y ser parte de la cotidianidad. Discutía mucho sobre la dicotomía hombre-artista y hombre-pueblo, y atribuía una gran responsabilidad a los artistas, que debían cumplir un rol activo y difundir el arte en la población. Es así que el centro comienza a funcionar bajo una línea de pensamiento muy marcada: tenía que ser un espacio abierto a la comunidad.

Desde sus inicios, la asociación ha batallado por seguir en pie, ya que, como dice Mario Pareja, “la financiación de la cultura siempre es un problema”. Es gracias a los diferentes apoyos gubernamentales, empresariales y la labor voluntaria de la localidad que la asociación subsiste. El centro comenzó a funcionar en 2012; mediante un comodato entre la Intendencia de Canelones, AFE y la asociación civil se les otorgó un local que se encuentra anexo a la estación del ferrocarril. Si bien al principio estaba en muy malas condiciones edilicias, con el correr del tiempo las fueron mejorando hasta lograr la sede de hoy en día, que tiene una capacidad para albergar hasta 80 personas.

A pesar de las adversidades que se han presentado, como los escasos recursos, la pandemia, la construcción de la vía férrea del Ferrocarril Central –que eliminó la entrada principal del local–, entre otras, Mario Pareja es optimista y sigue trabajando para que la asociación cumpla su cometido de propagar el arte. Como secretario, intenta manejar el centro bajo el enfoque de una empresa con fines mixtos: “los eventos que tenemos no son sólo culturales, sino socioculturales”, explica. “La comunidad se reúne en un espacio, hay reencuentros entre quienes hace tiempo no se veían, y las personas quedan satisfechas de recibir un servicio cultural de calidad”.

Foto: Mara Quintero

Toda la familia Pareja ha participado activamente en la consolidación del centro y la preservación de las obras de Miguel Ángel a lo largo de los años. Actualmente la directiva está integrada por diferentes familiares, pero Mario sabe que es imprescindible “mantener la objetividad en la gestión”. Aunque es imposible negar la vinculación sanguínea, el secretario entiende que puede malinterpretarse: “No queremos que la gente nos vea como un centro sólo de la familia Pareja”.

¿Quién fue Miguel Ángel?

Miguel Ángel Pareja fue un artista multifacético: se destacó en la pintura, pero también fue ceramista, muralista, mosaiquista y diseñador. Además fue bancario, empleado de almacén rural, maestro de dactilografía en la Escuela Experimental de Las Piedras, profesor de dibujo en enseñanza secundaria y profesor de pintura y mosaico en la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA), donde fue director durante dos períodos, en 1964 y 1968. Entre sus maestros resaltan el uruguayo Manuel Rosé y el frances Roger Bissiere.

Nació el 25 de agosto de 1908 en Montevideo, de pequeño se trasladó a Las Piedras, ciudad en la que vivió la mayor parte de su vida y su principal lugar de creación artística. Influenciado por los intelectuales de la época y abocado en su labor docente, Pareja fue coautor de una nueva currícula para la universidad, un modelo revolucionario basado en la enseñanza activa. Esto se relaciona estrechamente con su dimensión humana y su preocupación social de llevar el arte al pueblo; al frente de la ENBA, Pareja promovió las intervenciones artísticas urbanas, es así que se dieron las primeras ferias de artesanías y las pintadas murales realizadas en Barrio Sur y Dolores.

Falleció el 27 de julio de 1984 en Montevideo, dejando atrás una gran herencia cultural, primordialmente plástica, pero tambien pedagógica y filosófica. Sus obras se encuentran en varias colecciones, tanto privadas como en museos nacionales y extranjeros, pero seleccionó y dejó a su hijo una colección de obras que serán la base del futuro museo.

Ese museo es uno de los faros de la gestión actual del centro cultural. Para Mario Pareja, los próximos años vienen cargados de luz y esperanza: “Creo que el futuro del centro cultural es muy positivo y aún hay mucho por hacer”, afirma.

Aunque el secretario reconoce que los medios de comunicación prestan poca atención a las actividades culturales que ocurren en el interior, desde la asociación se plantean lograr una mayor difusión y atraer a personas jóvenes con nuevas ideas: “En los últimos dos o tres años se ha acercado gente que no estaba vinculada al centro cultural ni a nosotros familiarmente; eso nos gratifica”.

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