El rodamundo, explican las directoras y curadoras del festival, Paula Martell y Sofía Arocena, es ese cactus seco que rueda por el desierto y que hemos incorporado como imagen icónica a partir de su aparición recurrente en los westerns. Cuando, en 2021, preparaban la primera edición de este festival y buscaban un nombre con el que pudieran comunicar el concepto de la idea que tenían en mente, eligieron esta palabra que remite a la belleza de los desiertos floridos que surgen en las tierras áridas cuando, de vez en cuando, llueve.
“Tiene vínculo con las artes escénicas: es importante que te lleven, que vayas, que tengas la posibilidad de ir a ver espectáculos, que la semilla se plante. Por eso hablamos de ‘germinando futuros escenarios’: estamos dejando semillitas y la idea es ir activando y plantando esa sensibilidad, ese acercamiento al teatro como un lugar de capacidad, de imaginación, de poder simbolizar, de poder abstraerme, de poder soñar, de poder entender cosas de mi vida que están pasando en el escenario y empatizar con lo que está sucediendo”.
Humbi Humbi. Foto: Difusión
“Nosotras empezamos el festival con la idea de generar una cartelera para infancias y adolescencias durante todo el año porque vemos que es una carencia: hay una atomización súper grande en las vacaciones de julio y algo en setiembre. Hablamos de tener experiencias felices porque si no se tiene una experiencia feliz no se vuelve al teatro. Por eso es tan importante cuidar el espectáculo que van a ver las infancias y las adolescencias: que sean de calidad, que tengan un contenido de pensamiento crítico para ellos, que reflejen sus intereses, que haya un cuidado tanto en lo escenográfico como en la iluminación, en el vestuario y, por supuesto, en la dirección, la dramaturgia, lo actoral”, afirman.
Rodamundo tuvo su primera edición en 2021, en plena pandemia, cuando recién se estaban habilitando aforos a 50%, con las participaciones de compañías extranjeras vía streaming. Martell destaca que fue “una buena experiencia que desde la comunidad teatral tuvo tremenda apertura y recibimiento”. Este año presentarán 19 espectáculos, cinco de ellos extranjeros, en cuya curaduría buscaron abarcar la diversidad de las artes escénicas –teatro, danza, títeres, improvisación y narración oral– y contemplar condiciones que favorezcan la accesibilidad. “Al festival siempre lo atraviesa un eje social, y este año es el camino a la accesibilidad. Decimos camino porque nos damos cuenta de que muchas veces, cuando uno genera un contenido artístico, está dejando a mucha gente afuera sin querer. La idea es habilitar y tener los cuidados técnicos que implican que todo el mundo pueda disfrutar del espectáculo: lengua de señas uruguaya, cuidados para las personas con TEA y con síndrome de Down, que tiene un espacio de contención, la música va a determinados decibeles, nunca hay apagón y hay una luz de sala a un porcentaje, no puede haber luces estroboscópicas. En eso contamos con el apoyo de la Secretaría de Discapacidad de la Intendencia”.
Romeo y Julieta de bolsillo. Foto: Difusión
Dos semanas de escena
Para el sábado 9 a las 15.30 en el teatro Solís anuncian la Gran Fiesta de Apertura, con actividades para toda la familia en el hall, donde se presentarán Opa! Payasos, el mago Matías y habrá maquillaje artístico. Luego, a las 17.00, se presentará Latasónica en la sala principal (las entradas están a la venta por Tickantel).
Hasta el 24 de setiembre se sucederán 19 espectáculos –entre ellos Humbi humbi, Pero... ellos comenzaron, Villazul, Letu Ruibal– en 52 funciones, en el teatro Solís, la sala Hugo Balzo del Auditorio Nacional Adela Reta, la sala Zitarrosa, la sala Lazaroff, el Centro Cultural Artesano y el Centro Cultural de España, en Montevideo, y en el Complejo Cultural Politeama, en Canelones. Las organizadoras destacan que hay una semana lectiva que permite trabajar con extensión, y una segunda semana que coincide con las vacaciones y es ideal para que se pueda ir en familia. Sobre la curaduría comentan: “La selección de espectáculos fue realmente linda de hacer. Nos fuimos a Buenos Aires a ver espectáculos, también nos llegaron propuestas y de acá fuimos a ver todas las obras. Nos parece importante ser una plataforma de contenidos de calidad y eso implica que estamos muy en contacto con compañías que vienen trabajando desde hace muchísimos años y que está increíble el trabajo que hacen”.
Villazul. Foto: Difusión
Con respecto a las novedades de esta segunda edición adelantan: “Traemos una compañía argentina con casi 30 años de trayectoria, Teatro Ciego, con la obra Mi amiga la oscuridad, que saca la verticalidad y la jerarquía de los sentidos, y al pasar al sentido de la vista al último lugar nos invita a descubrir desde otros lugares sensoriales lo que es la oscuridad. También va a estar la compañía valenciana Imaginart con una propuesta para bebés de 18 meses a tres años, una experiencia interactiva, con proyecciones con sensores, en la que los niños están en el tapete en el espacio escénico. Ellos también van a presentar Una ciudad en sombras. Desde Mendoza llega La fiesta del Dragón Dorado, que es una compañía musical que propone una fiesta y cuentan varias historias de este dragón”.
Por otra parte, destacan la inclusión de propuestas para adolescentes, con Voz y voto, de la compañía Tea Pot, “que tiene que ver con la voz de las adolescencias, donde ellos proponen los temas, se discuten, es a través de improvisación”; la participación de Pipokas; Romeo y Julieta de bolsillo; Ni un pelo de Lope, “una obra de L’Arcaza que trae La dama boba de Lope de Vega al día de hoy”; y Ta propia, “que tuvo su estreno en El Galpón en febrero y es una obra increíble, con adolescentes en escena, en la que también trabajan adolescencias que estuvieron privadas de libertad, algunos en el Inisa, y nos cuentan la cotidianidad de ellos. También está la tecnología en escena: lo que uno muestra en redes, lo que uno es”.
Ta propia. Foto: Difusión
La programación completa se puede consultar en www.festivalrodamundo.com.