Todo es Cerro. Su barrio, su casa, su familia, su amor. Ahí se crio y de ahí no se va. Pateó la guinda, fue a la escuela, al liceo y luego volvió, pero con otro rol, cuando empezó a dar clases como maestra, tarea que desempeñó durante 35 años. Hoy está ahí, a unas cuadras del Tróccoli, al que ingresará como presidenta, la primera del fútbol uruguayo electa en las urnas.
Graciela Castro milita y da lo mejor de sí. Lo lleva adentro: son los valores que mamó en su casa y que jamás negocia. Su viejo la llevaba de piba a la cancha y el amor nació solo, sin forjarlo. “Antes de decir mamá y papá dije: ‘Cerro, Cerro’. Era otra época. El barrio estaba en auge, entre los frigoríficos y la clase obrera que estaba económicamente bien y tenía una fuerza muy grande. Había pocas cosas y se fue poblando de a poco. Yo volvía al liceo caminando a través de los campos. Siempre jugaba al fútbol de niña; no había muchos varones de mi edad, entonces con las mujeres jugábamos al fútbol también. A todos nos regalaban una pelota, una camiseta de fútbol, y yo tenía mi camiseta de Cerro”.
Ese amor jamás pereció. Seguía en el barrio, y en la escuela, con una vocación que se fue dando. Decían que Graciela se portaba mal en la escuela, solamente por hablar, algo que con el tiempo, con la cancha y el barrio, se empezó a valorar más. “Eran más estrictas las maestras con eso. A mí me encanta que los niños hablen, que cuestionen, que pregunten, que me digan que no es así. La vocación de maestra no sé de dónde me viene, porque realmente no las quise mucho a mis maestras”.
Los valores no se tranzan, aun en las difíciles, y somos lo que somos, no lo que tenemos. “Papá y mamá me enseñaron a ser honesta, solidaria, es esencial eso. Me enseñaron, primero que nada, a ser buena persona, a caminar por la calle con la frente en alto. Que me señalen como buena persona que merece ser llamada así. Lo demás es un valor agregado. Tengo raíces muy arraigadas de la infancia, con principios muy fuertes. Eso voy a dejar en Cerro. Tengo parar aportar mi persona, mi experiencia, porque dinero no tengo. Estoy dispuesta a dejar la vida en Cerro”. Han sido días muy agitados, con un teléfono que no para de sonar y reuniones de aquí para allá, pero le gusta.
El fin de semana pasado Graciela Castro resultó electa presidenta con 131 votos por la lista 3, bajo el lema “Todos por Cerro”. La lista 2, de la agrupación “Héctor da Cunha”, tuvo 99 votos con Marcos Lombardi a la cabeza, mientras que la lista 1, del lema “Para seguir avanzando”, tuvo 92 votos con Alfredo Jaureguiverry, actual presidente, rumbo a la relección. La actual directiva, que asumirá en diciembre, estará compuesta por Graciela Castro (presidenta), Jorge Mendoza (vicepresidente), Inés da Rosa, Carlos López, Daniel Lambach, Robert Arzola, Marcos Lombardi, Ricardo Faccio, Efraín Prieu y Jorge Urquiola.
¿Cómo van a trabajar? ¿Qué cosas comenzarán a aplicar?
Nuestro primer paso es atraer a todos a la cancha: la gente se nos ha retirado del club. Hay una gran masa de asociados que ya no está, queremos volver a enamorarlos. Nuestro plan de trabajo abarca lo social, lo presupuestal y lo deportivo. En lo primero, más allá de los socios, queremos que se acerquen y que aquel que no pueda pagar la cuota venga a apoyar al club, porque hay muchas tareas. En lo deportivo primero debemos hablar con [Fernando] Petete Correa, que tiene contrato hasta el 31 de diciembre, y veremos qué hacemos. Lo presupuestal es incierto, pero luego lo tendremos más claro. Queremos apostar a las juveniles. Todo está relacionado y depende uno de lo otro.
¿Por qué se alejó la gente del club? ¿Tiene que ver con algunos manejos de la directiva?
Puedo pensar muchas cosas, pero si las digo no sería ético por qué no sé qué piensan los demás. Quizá tenga que ver con cosas que pasaron en lo deportivo, o en el club; cada persona tiene su visión. Quizá habría que haberlo manifestado en el momento.
¿Cómo se piensa reenamorar a esos hinchas? ¿Qué tiene de particular el albiceleste?
El amor existe. Es como un matrimonio que se va desgastando. Hay que volver a reenamorar a esos hinchas. Los colores se llevan en el corazón. Hay que hacer un nuevo contrato entre el club y su gente. El hincha de Cerro, más allá de que añoremos ganar un campeonato, siente los colores, está y alienta al equipo. El hincha pide que dejen todo en la cancha, aunque pierdan, y eso los jugadores lo saben. El jugador que entra a Cerro tiene esa particularidad, porque aquel que viene al club se da cuenta que tiene que dejar todo porque la gente aplaude eso.
¿Qué expectativas tenés? ¿Qué cosas traés de tu experiencia?
Estoy con muchas ganas y buenas expectativas. Conocemos mucho a los hinchas, fuimos maestras de varios. Hemos trabajado ahí. Lo tomo como un desafío. Queremos hacer talleres, encuentros para generar intercambios. Me quiero reunir con los muchachos de la hinchada, ellos se nos presentaron y hemos estado hablando. Vamos a generar acuerdos, las puertas están abiertas. Queremos ver qué podemos darles y qué nos darán ellos a nosotros. Entradas no, por supuesto. Queremos ver cómo podemos aportar, viajes o cosas, mutuamente. Escucharlos, porque eso es lo que más necesitan. Que sepan que son importantes para el club, que el club los necesita. Como docente sé que es desgastante escuchar a todos, pero es importante.
Traigo mi experiencia en comunicación. En 35 años de trabajo siempre hablé con las personas, jamás tuve un problema. Busqué generar acuerdos, negociar. En lo deportivo no soy una gran erudita, pero sé porque siempre estuve metida en esto. Intentaré apoyarme. El fútbol siempre estuvo y está en mi casa, veo, me informo.
¿Qué tipo de presidenta vas a hacer? ¿Cómo van a trabajar en lo económico?
Esto es todo por consenso, de esa forma vamos a trabajar. No voy a ser presidencialista, sino una presidenta que apoye lo que el grupo decida. Las asambleas tienen que estar, la gente a veces no se entera. Hay que citar asambleas más seguido, que se saquen las dudas, escuchar, explicar. A lo mejor el descontento que hay parte desde ahí. Vamos a buscar espónsores, a generar contactos, a recorrer el barrio, y sabemos que tenemos un socio comercial, que es el grupo [Casal-Tenfield]. Eso no es de ahora, es de años atrás. Tenemos cosas para explotar que aún no están siendo explotadas, como ayuda del exterior, estacionamiento, la llegada de socios. Si bien el Tróccoli es muy grande cuando citás, salvo alguno de los grandes que traiga mucha gente, no viene tanta por la zona, porque tienen temor. Si traemos a los nuestros tendríamos una gran entrada.
¿Piensan reunirse a negociar con Tenfield?
Queremos reunirnos con el grupo porque no podemos desconocer a nuestro socio comercial, tenemos que negociar con ellos. Tenemos deudas porque todas las directivas anteriores las fueron contrayendo. Habrá que ver cómo negociaremos con ellos.
¿Cómo será el trabajo en juveniles?
Es el futuro del club. Necesitamos que se muestre y se vea, siempre estamos sacando jugadores. Queremos un director técnico que muestre nuestros jugadores, más allá de que siempre se traen jugadores. No le vamos a decir a un técnico a quién poner, pero queremos que los jugadores nuestros se vean. Tenemos excelentes jugadores.
En la actual directiva hay otra mujer maestra, y Rampla Juniors tuvo como presidenta a Isabel Peña. ¿Cómo ves el rol de la mujer en nuestro fútbol?
Muchos deben decir que están de acuerdo pero se nota la desigualdad. Nosotras debemos ganar el lugar y los puestos en los que nos sintamos capacitadas. Es difícil cambiar la mentalidad. Hay mucha violencia hacia la mujer y por suerte las mujeres se están manifestando más, intentando ganar su lugar en la sociedad, y por eso ocurren las cosas que ocurren. Es lo correcto lo que está haciendo la mujer, aunque no es aceptado por muchos. Es importante que las mujeres se acerquen en todas las áreas de la sociedad, más allá de que haya una cuota política, por ejemplo, nos podemos ganar los lugares. Debemos luchar por ello y se puede conseguir.