Es muy posible que algunos de estos insumos puedan conectarse con la propuesta del profesor Nicolás Marone #NoMásPecesTrepandoÁrboles, desarrollada en sus clases de matemática en el liceo, en las que el docente presenta a los estudiantes propuestas sobre alguno de los tres temas que sirven como eje: el arte, los deportes y la ciencia. El tema es así: desde esta página se pretenderá, aportando datos precisos, acercar algunos insumos básicos para procurar perfilar los alcances del negocio del espectáculo televisivo de la transmisión de la Copa Nacional de Selecciones de la Organización del Fútbol del Interior (OFI). Mario Cheppi, el nuevo presidente de la OFI, es profesor de Matemática, por lo que el desafío de intentar aportes a con base en los números es mucho más complejo.
De aquí a 2027
Sucede que Cheppi, firmante como presidente del Consejo Ejecutivo de OFI del contrato de venta de los derechos televisivos a Tenfield, dice que no sabe cuál es el verdadero precio de esta gran actividad –la más intensa y sistemática acción sociodeportiva en todo el territorio nacional– y da lugar a entender que como hasta dentro de cuatro años no se sabrá justipreciar el precio de los derechos televisivos, está bien aceptar los tres millones de pesos y 2.000 o 3.500 pelotas (no hay información precisa al respecto). Si en 2022 la OFI entiende que está bien el acuerdo, lo puede extender automáticamente un año más, y si en 2023 aparece una oferta distinta (como sucedió en la Asociación Uruguaya de Fútbol –AUF– con la ropa), Tenfield tendrá derecho a igualar la oferta y seguir con el campeonato de selecciones hasta 2027.
Entre ¿cuánto es? y póngale precio
“No tenemos una vara para medir cuánto vale el fútbol del interior. Se hace un contrato a cuatro años, que no exceda nuestro período. Entonces la empresa va a tener la posibilidad de evaluar si vale lo que pagan, la mitad o 50 veces más. O el valor para nosotros ya no existe y no renovamos el contrato”. Eso es lo que dice el presidente de la OFI. Busquemos entonces algunos datos para tratar de valuar el mecanismo de compraventa, la publicidad, los oferentes y su retorno comercial directo e indirecto.
Según el Censo 2011 del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en Montevideo hay 1.309.108 habitantes, y en el resto del país somos 1.967.106 pobladores. Un permanente e insigne colaborador de estas páginas, el doctor Ignacio Pardo, que es coordinador del Programa de Población llevado adelante por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (Udelar), nos enriquece esta información precisando datos: de los un poco más de 1.300.000 que viven en Montevideo, unos 260.088 nacieron en otro departamento, por lo que potencialmente se podrían sumar al público OFI. De los que viven en Montevideo hay 14.761 provenientes de Artigas, 31.228 de Canelones, 17.526 de Cerro Largo, 14.124 de Colonia, 16.224 de Durazno, 5.711 de Flores, 12.447 de Florida, 12.158 de Lavalleja, 6.512 de Maldonado, 13.800 de Paysandú, 8.289 de Río Negro, 18.097 de Rivera, 9.656 de Rocha, 19.473 de Salto, 9.579 de San José, 15.916 de Soriano, 23.846 de Tacuarembó, y 10.741 de Treinta y Tres. Sin duda que en esa masa de gente hay potenciales consumidores de un espectáculo que conocen y al que fueron fidelizados antes de llegar a la capital. Hay unos 200.000 nacidos en Montevideo que viven fuera de los límites de la capital pero pueden ser de la zona metropolitana.
Redondeando, el público potencial de OFI quizá sea algo así como 2.000.000-200.000+260.000 = 2.060.000, y todos ellos con posible acceso a la señal ya sea por los cables locales asociados a la Cámara Uruguaya de Televisión para abonados, al Consorcio Televisión Digital del Interior, a Cable Visión o DirectTV.
Sacar un tercio
Si, a grosso modo, estableciéramos que un tercio de la población de Uruguay puede ser considerada potencial universo de los que miramos fútbol por televisión (más allá de si nos interesa o no), y por tanto pasibles clientes de aquellas firmas comerciales que buscan retorno pautando anuncios en esas transmisiones, llegaríamos a una cifra bastante parecida entre el potencial público fidelizado a las transmisiones de Tenfield de las competencias de la AUF. De esta manera se podría establecer que el negocio será rentable para sus contratantes. El deporte es el mismo, sus practicantes son uruguayos, conocidos en sus comunidades incluso más que los de la enorme mayoría del fútbol profesional montevideano, y su soporte técnico y puesta en escena será por lo menos iguales a los de la mayoría de los fines de semana.
¿Qué te voy a cobrar?
Actualmente la AUF recibe de Tenfield un promedio de diez millones de dólares anuales, aunque el estudio de la productora española MediaPro, contratada por la AUF para establecer un precio tentativo del fútbol profesional uruguayo, dice que el piso del precio de los derechos televisivos debería rondar los 50 millones de dólares. Misma pantalla, mismos consumidores, mismo formato y un campeonato absolutamente fidelizado entre sus seguidores. Tirándonos muy, muy abajo, extremadamente abajo, incluso para el deprimido mercado de Tenfield, ¿no será que el más importante y jerarquizado campeonato de fútbol de absolutamente todo Uruguay vale por lo menos 1.000.000 de dólares, u 800.000, o hasta 500.000 dólares?
El mundo VTV
Según consta en el Acta 24 del ejercicio 2018-2019 de la OFI, el 11 de diciembre se resolvió aceptar el contrato con Tenfield: “El Prof. Cheppi anuncia que, luego de la sesión, se reunirá una comisión para estudiar el contrato propuesto con Tenfield”. Y se aprueba por unanimidad. No están asentados allí los detalles del contrato, pero de las expresiones públicas de Cheppi se sabe que son 93.500 dólares y 2.000 pelotas. ¿A cuánto le han cotizado las pelotas? A 31 dólares cada globa (la que la OFI usa ahora es Dafelors y cuesta eso) da 6.250 dólares más, para arañar el monto total de 100.000 dólares. No parece una cifra apropiada para tamaño campeonato, tamaña organización, y a partir del nuevo estatuto, tamaña representación en votos en el nuevo Congreso de la AUF, en la Mesa Ejecutiva y en la Comisión de Contralor.
A Tenfield llegaron sin licitación, como lo cuenta el mismo Cheppi a El Observador: “Conozco a la gente de Tenfield, al Tano Gutiérrez de hace mucho tiempo atrás por otras cosas. Soy hincha de Peñarol y fue mi ídolo, jugó en la selección y hoy está dentro de esta empresa. No soy amigo pero sí conocido, tengo una gran simpatía y gran respeto por él pero estoy al medio”. El acuerdo se dio porque “fueron ellos los que se presentaron, nosotros no visitamos a nadie. Yo lo estoy haciendo cuando ni siquiera soñaba con ser presidente de la organización. Yo en una nota en Rivera dije que al fútbol le faltan ingresos, de lo contrario el fútbol del interior muere en el corto plazo. Dije que la TV es algo que nos puede salvar pero no dije Tenfield. En más de una nota lo dije y cuando me tocó, sin soñarlo, llegar a la presidencia, lo manifesté. Seguramente esta gente escuchó el mensaje y un día buscan mi teléfono y de otros dirigentes y nos llaman a todos, y nos sentamos a escuchar la propuesta”.
Fechas pasadas
Sin fútbol uruguayo en la pantalla por dos meses, sin protagonistas populares y masivos en español, con mate, chorizo y tortas fritas, parece un negocio muy apetecible hacerse del campeonato del interior, que sin duda puede generar mucho más expectativa en nuestro mercado que un partido del fútbol peruano, venezolano o ecuatoriano, por hablar de tres ligas que maneja la empresa. Con la buena gimnasia de sus técnicos y el soporte básico de equipos, más el manejo de horarios y días, saldrá un continuado de martes, miércoles, sábados y domingos que generarán una innegable buena oferta para muchísimos de los que a veces nos vendemos por el Sunderland, el Huesca o el Borussia. Ahora, que por no saber el precio, o por la flojísima argumentación de que “no había nada” o “nadie había dado nada hasta ahora” hayan conseguido esta ganga, no les exime de culpa por omisión, error, o intención de ningunear de la peor manera posible al futbolista.
Sin futbolistas no hay fútbol
Errores, omisiones y salidas por la tangente sin hasta ahora una mínima marcha atrás han dejado al futbolista a merced de la prepotencia de quienes compran, que increíblemente, una vez, más se saltean un derecho de las personas –el derecho de imagen– y generan para aquellos que año a año se sacrifican perdiendo horas de trabajo, horas de hogar, vacaciones, una nueva restricción en el criterio de seleccionabilidad: esta vez no alcanza con más o menos andar bien en la temporada, con fajarse a diario para tratar de estar en la selección, con cambiar el horario de trabajo, con pedir días, con no irse con la familia 15 días a la playa. No, esta vez, además de la condiciones deportivas y las administrativas, hay que entregar los derechos propios. Sin negociar ni enajenarlos individualmente, como debe ser, sino cediéndolos de manera tal que “los futbolistas e integrantes del cuerpo técnico no podrán disponer de sus derechos de imagen en contrataciones con terceros sin el consentimiento previo de la selección, mientras se mantenga en vigencia el presente contrato y sus eventuales futuras extensiones, bajo apercibimiento de aplicarse las máximas sanciones económicas”.
Según el comunicado emitido el viernes 21 de diciembre, el plazo para presentar la cesión de derechos de imagen vencerá el 4 de enero de 2019, y se hace público que “el Consejo Ejecutivo resolvió que los Sectores deben comunicar la nómina de jugadores que no firmen para que se borren de la lista para el torneo. Los mismos pueden ser sustituidos por otros que cumplan las mismas condiciones de habilitación de la lista original”.
Como sin jugadores no hay fútbol, los futbolistas se reunirán en Paysandú este sábado para fijar su posición y generar una alternativa de mínimo respeto hacia su función única e insustituible. No será, como expresó Cheppi al borde de la ironía, que tendrían que haber alquilado un estadio y llevar a una tribuna a todos los citados de los 28 seleccionados para, con un altavoz, explicarles por qué debían ceder los derechos. Será con delegados de las 28 selecciones, que seguramente forjarán el gremio de los futbolistas de OFI, subsidiario en derechos de la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales, y procurarán la salida a esta desagradable situación tan distante de la génesis y el espíritu de aquellas nochecitas de verano en las que muchos, muchísimos de nosotros nos enamoramos definitivamente de la pelota, del fútbol y de la camiseta.