Los franceses fueron mejores. No hay reproches, no los debe haber para el plantel uruguayo. Se fracasó en el quinto intento luego de los cuatro partidos ganados que llevaron a la selección a quedar entre los ocho mejores de la Copa del Mundo. No se pudo dar el gran paso porque el rival predominó casi parejamente en todo el desarrollo del encuentro aupado en una muy buena posesión de pelota y tomando la iniciativa permanentemente.
La rápida pérdida de la iniciativa
El partido comenzó con jugadas confusas dentro de un trámite parejo que, luego de los 15 minutos, se fue transformando en un dominio moderado pero in crescendo de Francia. El rival tomó la iniciativa y manejó muy bien la pelota. El equipo celeste acercó algunas pelotas al área rival y hasta pudo sacar réditos de ello. Pero cada vez más, Francia mostraba un juego colectivo que a Uruguay le era muy dificultoso elaborarlo.
Stuani y Suárez mostraban insuficiencia en la función atacante, la media cancha de buen tránsito que tanto se ha elogiado últimamente estuvo muy ocupada en las tareas defensivas, sin poder desdoblarse adecuadamente en la creación de juego y posibilidades de ataque, mientras Francia hacía correr la pelota por todas sus líneas y en algunos pasajes se floreaba.
Iban 39 cuando llegó el primer minuto fatal. La mayor posesión de pelota daba sus frutos. Hubo una falta porque el rival nos movía la pelota. De la falta llegó el centro y el cabezazo del gol.
Ese asunto de “la posesión”
Hubo un tiempo donde la suma de la posesión –medida y alimentada por las televisaciones– era el primer dato y parecía que quien la tuviera mayor estaría automáticamente más cerca del triunfo. Obviamente, esa conclusión era inexacta en tanto hay distintas formas de situarse en poder de la pelota más tiempo que el rival. Últimamente vino la réplica: muchos nos quisieron hacer creer que tener la mayor posesión de la pelota no importaba en absoluto. Ni tanto ni tan poco, porque está claro que si un equipo tiene mayor posesión de pelota, en esos momentos no correrá riesgos y si lo hace moviendo hacia los dos lados y utilizando todas las líneas, la defensiva, la del medio juego, la del enlace entre medio juego con el ataque y también con participación de los delanteros, esa posesión hará aparecer huecos en la defensa rival. Claro, la posesión la podrá hacer mejor un equipo con jugadores de alta calidad técnica, pero todos la podrán intentar en situaciones de armado de ataques.
Ayer Francia superó a Uruguay en ese rubro claramente y, por lo tanto: 1) Uruguay tuvo menos la pelota y 2) Francia construyó mejores situaciones ofensivas, acercándose a las posibilidades de gol en mayor cantidad y calidad.
Telón final
No alcanzó con la prodigalidad física de los primeros minutos, la que fue destacada por el Maestro. Torreira y Nández la lideraron y estuvo bien. Tabárez comentó que se habló de eso en el vestuario en el entretiempo y afirmó en la conferencia de prensa que como “no mejorábamos se hicieron los cambios”, que fueron delantero por delantero –Maxi Gómez por Stuani– y, decreciendo en calidad técnica, Cristian Rodríguez por Bentancur. En ese momento hubiera caído mejor alguien que mejorara la producción de ataques desde la zona de creación de fútbol. El único de los 23 elegidos por Tabárez que pudo haber dado eso, estando en el banco a disposición, era Giorgian de Arrascaeta (seguramente pesó en el hecho de no ser llamado la defección del partido inicial ante Egipto u otras consideraciones que se desconocen). Se apostó al vértigo del Cebolla quien, efectivamente, logró tirar al arco dos veces en una misma jugada pero poco más. A esa altura, es cierto, el equipo no funcionaba nada habiendo quedado muy tocado anímicamente en tanto, dos minutos después de que entraran, a los 60, se pasó a perder 2-0.
¡Cómo se sintió la falta de Cavani! En estas mismas páginas, hay un esbozo del balance muy favorable de la actuación uruguaya en este torneo que realiza, desde Rusia, Rómulo Martínez Chenlo y se comparte totalmente. No hay más que ver cuántos países de la élite del fútbol dejaron el torneo antes o mucho antes que la celeste. Pero sobre el partido que nos deja afuera en cuartos de final también cabe compartir la expresión del Maestro: “Nos ganaron bien, nos queda la tristeza por no haber podido concretar lo que sonábamos”. Estuvo muy bien compartir ese sueño y estará muy bien alimentarlo siempre, alentando llegar lo más alto posible.