Es histórico: Naomi Osaka, japonesa de 20 años, en su primera final de Gran Slam venció 6-2 y 6-4 a Serena Williams y se consagró campeona del US Open. Enorme, “un sueño”, dijo Osaka, de padre haitiano y madre nipona, residente en Estados Unidos desde niña, luego de obtener el torneo en su primer año como profesional. ¿Nace una estrella? Probablemente. Ya había avisado, en el Indian Wells de este año, cuando se coronó tras ganarle Daria Kasatkina y conseguir su también primer campeonato WTA.
El partido fue dominado por Osaka. Hizo valer su saque, logró quebrar en varias oportunidades y cada vez que fue puesta contra las cuerdas por Williams respondió bien desde el fondo. Serena, por su parte, no le pudo encontrar la vuelta al juego ofensivo de la nipona (no aprovechó cinco de las seis bolas de break de las que dispuso y cuando quebró Osaka lo recuperó rápidamente) y se fue frustrando. La ex número 1 del mundo recibió una advertencia luego de recibir órdenes de su entrenador en el segundo juego del segundo set. Ahí se puso a discutir con el árbitro y este le puso otra advertencia y estuvo al borde de ser descalificada.
Más allá de eso, nada debería borrar la gran campaña de Osaka en el torneo. Justa campeona. Serena quedó con 23 Grand Slam ganados, por lo que recién el año que viene podrá intentar alcanzar a la máxima ganadora, la australiana Margaret Court.