Los albicelestes lograron un enorme triunfo en su visita a Sayago, en un partido que tuvo de todo. El corazón y la garra pudieron más. Los jugadores de Cerro, que hasta el viernes no sabían si jugarían el torneo, entrenaron por su cuenta y no pudieron hacer una pretemporada completa, dejaron el alma para defender su juego y salir por todo. Fue 3-1 el resultado final.
Un gol tempranero, al que se sumó la expulsión de Leandro Zazpe, condicionó el partido y eso les vino como anillo al dedo a los dirigidos por Jorge González. A los 18 minutos los visitantes pudieron abrir el marcador, con un disparo que tapó el golero cervecero Martín Rodríguez. En el rebote la calzó Facundo Peraza con un bombazo para marcar el gol, pero en el camino Zazpe, como el mejor golero del mundo, la desvió con la mano y ahí se complicó para los locales. Expulsión para el lateral, penal y gol que convirtió Pablo Olivera con zapatazo al ángulo.
El 4-3-3 que planteó el entrenador albiceleste fue efectivo y compacto, muy directo, con poco traslado de balón. Racing se acomodó después de la expulsión y pasó del 4-4-2 inicial a un 4-4-1. Juan Tejera debió poner a Facundo Bonifazi para cerrar la línea de fondo. Justamente en el mejor momento de los albiverdes en el complemento, el recién ingresado vio la roja debido a una discusión con Martín González, que también fue expulsado. La buena vino por el penal que le cometieron a Líber Quiñones, que él mismo cambió por gol. Cerro sintió el ritmo del partido pero fue paciente; en contraposición, a los de Sayago les resultó cuesta arriba afrontar el partido con nueve jugadores.
En el final, cuando el tiempo se terminaba y parecía que el encuentro terminaba en empate, los dos tuvieron oportunidades de convertir, pero fue Cerro el que pegó a tiempo e hizo dos goles que le permitieron cerrar la victoria. Primero fue Diego Casas, que recibió el pase de Nahuel Roldán, y luego un contragolpe de Federico Puente, que había ingresado un rato antes.