Cualquiera que esté por fuera del deporte, o más bien del fútbol, debe tener una mínima idea –o la sensación– de que Liverpool ganó el título merecidamente. El negro de la cuchilla, el del barrio de Belvedere, fue campeón del Torneo Intermedio. En Primera División, nada menos. Y con River Plate, un gran rival. Fue un partidazo el jugado en el Franzini, una gran final entre dos equipos que con sus estilos fueron al frente y lograron que quienes no son hinchas estén a la altura del sufrimiento. Una final sin las luces de la marquesina, que se transformó probablemente en el mejor partido definitorio desde aquella de 2014 entre Wanderers y Danubio. Fue bien jugada, hubo lindos goles, festejaron los ganadores y los que se fueron masticando el dolor de la derrota aplaudieron a rabiar. Muchas gracias, jugadores.
Un realizador
Paulo Pezzolano, el entrenador de Liverpool, tiene tan sólo 36 años. Como jugador fue campeón de la Segunda División Profesional en 2015. Después se fue a Torque, jugó, colgó los botines y pasó a ponerse el buzo de director técnico. Con ese joven club también fue campeón de la B en 2017, y el destino lo llevaría en 2018 a volver a pasearse por Belvedere, Lomas de Zamora y la República de Liverpool, el complejo donde se forman los cracks, como Sebastián Cáceres y Nicolás Acevedo, por nombrar sólo a dos gurises que la rompen toda: tiene sólo 20 años.
Después de la vuelta olímpica, la copa, las medallas y los abrazos, el Papa Pezzolano, artífice del campeonato, habló con la prensa: “[Es] una alegría enorme por ellos [los jugadores]; se rompen el alma todos los días. Muy contento por Liverpool, por su gente, una institución que necesita su premio. Tengo 36 años. Para mí, lograr esto es espectacular”. Agregó sobre el club: “Es un equipo que quiero mucho. Los torneos largos son complicados. Esta oportunidad no la podíamos dejar pasar”. El Intermedio les viene como anillo al dedo a aquellos que no coquetean tanto con la gloria, y Liverpool le supo sacar el jugo. “Liverpool, más que un título, tiene muchos triunfos internamente”. Tal vez esa sea la clave del club que preside José Luis Palma hace una eternidad. “Él hace las cosas a su manera, pero las hace”, esbozó Pezzolano, que guardará la tarde en su memoria, por “quedar en un rinconcito de la historia de Liverpool”.