Camila Rivarola es una de las luchadoras de artes marciales mixtas (MMA) uruguayas de mayor crecimiento profesional en los últimos años. Entrena y compite en Europa, pero en diciembre llegó a Uruguay y participó en un entrenamiento social.
En una jornada a beneficio de Mujeres con Alas, en el Centro de Entrenamiento de Deportes de Combate, Rivarola conversó brevemente con Garra, entre abrazos, saludos y fotos de las participantes que se acercaron al evento con el objetivo de poder aprender y recibir sus consejos.
Camila Rivarola, Uruguay, 32 años. Récord profesional: 4 victorias, 3 derrotas, 1 empate.
Voló temprano
Durante la última dictadura cívico-militar en Uruguay, la familia Rivarola emigró a Suecia, donde Camila empezó a transitar su vida cuando tenía apenas un año y medio de vida. Nacida en Montevideo, criada en Estocolmo, vivió en Francia y a sus 32 años recorre el mundo gracias al deporte.
De niña y adolescente practicó fútbol, pero luego se dedicó a la carrera universitaria en Comunicación y dejó el deporte de lado por un tiempo. En su familia, los estudios siempre fueron prioritarios y nadie vislumbraba un futuro en los deportes. A los 21 años, como forma de canalizar su energía, comenzó a practicar kickboxing de forma amateur. Tras cinco años de entrenamiento, los resultados fueron sorprendentes y, tras la insistencia de sus entrenadores en que debía dar un paso más, comenzó a pelear y competir.
Obtuvo dos campeonatos suecos de kickboxing y se llevó dos medallas de bronce en mundiales de la disciplina.
MMA
Se refiere a las Mixed Martial Arts, expresión inglesa que alude a las artes marciales mixtas. Se combinan técnicas de diferentes especialidades para el desarrollo de una disciplina deportiva o de defensa personal. A nivel profesional, las MMA están consideradas como el deporte de mayor contacto ya que permiten golpes con las manos, los codos, los pies y las rodillas, además de avalar los agarres y los derribes. Incluyen movimientos y acciones de boxeo, karate, taekwondo, kickboxing, judo y lucha libre, entre otras disciplinas.
En ese momento decidió dejar su carrera estudiantil para dedicarse por completo al deporte en forma profesional. Ya ha peleado en grandes eventos y en 2021 firmó un contrato por cinco peleas con Combate Global, una franquicia del deporte que tiene su sede en Nueva York y apunta a captar público latino y para la que también ha peleado el uruguayo Gastón Reyno.
Rivarola no se apresura a ponerse a pensar en lo que vendrá. Sus entrenadores quieren, confían y la apoyan para que el sueño de su paso al Ultimate Fighting Championship (UFC) pueda concretarse, pero ella prefiere no especular.
El 3 de diciembre resultó ganadora por decisión unánime del jurado contra la estadounidense Stephanie Frausto, en su segunda lucha en combate global, tras haber perdido en su debut en agosto por decisión dividida con la chilena Caroline Gallardo.
Camila remarca que el MMA es mucho más que un golpe. “El deporte no es violento, es mucho más cuidado que el boxeo, en donde el golpe va directo a la cabeza. Acá la mezcla de tantas artes marciales te protege más”, asegura. Ella aconseja practicar la disciplina, aunque cree que el nivel profesional “no es para cualquiera”. “En cada lucha, yo me peleo con mi adversario y mis demonios”, sentencia.
Mujeres con Alas
Es un grupo de apoyo y acompañamiento de y para mujeres que hayan sufrido o sufran violencia de género, coordinado por Luna Muñoz. Darío Gutiérrez, presidente de la Asociación Uruguaya de Artes Marciales Mixtas, fue el facilitador del vínculo entre Mujeres con Alas y Rivarola, buscando vincular a Camila en actividades que generen un impacto social, ayudando y colaborando en diferentes causas, para poder aportar desde el deporte una herramienta de autoconfianza.
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