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Bruno Cetraro y Felipe Klüver entrenando en el Lago Calcagno, el 2 de mayo.

Foto: Sandro Pereyra

Cetraro-Klüver, la dupla olímpica de remo, emprendió un vuelo que los llevará por México, España y luego a Tokio

2 minutos de lectura
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Leído por Andrés Alba
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Era uno de esos días propios de mayo, cuando el frío de a poco empieza a apretar pero el solcito sirve de aliciente para compartir la actividad al aire libre, más cuando de deporte se trata. Conversando tranquilamente, después de varias horas de entrenamiento y sabiendo que aún quedaba el trabajo de la tarde por venir, estaban ellos. Sabedores de que cada sesión es clave para el gran objetivo que se viene.

Las voces de Bruno Cetraro y Felipe Klüver se mezclaban en una charla animada sobre el remo en Uruguay; recordaban aquel 5 de marzo cuando, en Río de Janeiro, consiguieron el oro en el preolímpico y la clasificación a Tokio 2021. “Va a estar lindo, a pesar de todo”, tiró con una sonrisa dibujada en su rostro Cetraro. La mirada cómplice dirigida a su compañero del doble par ligero, bote que ya se pintó de celeste en Atenas 2004 (Rodolfo Collazo y Joe Reboledo), Pekín 2008 (Collazo y Javier García) y Londres 2012 (Collazo y Emiliano Dumestre). Ahora es el turno de ellos y, por cierto, no lo quieren desaprovechar. “Estamos metiendo como locos”, contó Klüver, “Osvaldo [Borchi, su entrenador] nos tiene cortitos, pero nos encanta, porque queremos llegar con el máximo de posibilidades a la competencia”.

Acaban de comenzar un camino con varias paradas. La primera en México, más precisamente en la ciudad de Yucatán, donde Klüver integrará la selección uruguaya que buscará la clasificación (entre hoy y el domingo) a los Juegos Panamericanos de la Juventud 2021 en Cali. Junto a él competirán por este objetivo, en diferentes botes y conformaciones, otras jóvenes promesas del remo nacional: Luciano García, Martín Zócalo, Leandro Rodas, Eric Seawright, Nicole Yarzón, Zoe Acosta, Ynela Aires, Cloe Callorda y Paulina Centurión.

Pero también viajó Cetraro, porque como él dice, no hay tiempo que perder en la preparación para la cita japonesa: “Los días corren y hay que seguir creciendo cada día un poco más”. Desde Yucatán, los dos olímpicos y su entrenador viajarán a la ciudad de Villa Victoria, donde hay una pequeña laguna en la altura (2.570 metros sobre el nivel del mar) cerca del Distrito Federal. Realizarán una estadía de entrenamientos de casi un mes, para luego volver a subirse a un avión rumbo al viejo continente. “La puesta a punto final será en España”, contó Cetraro, ya que los espera la localidad de Tuy, en Galicia, un lugar donde ya supieron estar en 2020 y que potenció la chance de la clasificación olímpica. La dupla no sólo entrenará ahí, además competirá en diversas pruebas de exigencia: “La puesta a punto para llegar con todo a los Juegos”, explicó Borchi.

“Al principio nos subimos al bote como conocidos y hoy somos hermanos”. Felipe Klüver

Con los saludos de la familia, los deseos de buena suerte y la alegría por afrontar el desafío que tienen por delante, el domingo partieron a un periplo que los verá retornar después de cumplir el máximo sueño de cualquier deportista. Luego de pasar por México y España, partirán el 15 de julio directo a Japón a realizar la adaptación final, principalmente al horario, y quedar prontos para vivir la experiencia. “Va a ser hermoso”, le comentó Cetraro a Klüver. “Ni que lo digas”, contestó el mercedario, que valoró cómo fue evolucionando el vínculo con su compañero: “Al principio nos subimos al bote como conocidos, y hoy somos hermanos”.

Un par de horas de charla pasaron con los olímpicos, su entrenador y Fernando Ucha, presidente de la Federación Uruguaya de Remo y también impulsor de este buen momento deportivo. Luego fue momento de recordar lo que había que hacer: descansar y prepararse para el turno de la tarde.

Borchi anticipó: “Es muy exigente, muchachos”. Y esas palabras, que pudieron augurar caras largas o pesadumbre, fueron en cambio el anticipo de grandes noticias para dos que saben remarla. Así fue que, con perfil bajo y en silencio, han trabajado por grandes logros, por su sueño celeste en tierras niponas y por llegar a ser olímpicos en la disciplina que más medallas le ha dado a la bandera que llevan en su bote.

ASC.

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