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Camiseta alemana del Mundial México 1986, en el Museo Historia en Telas.

Foto: Natalia Rovira

Antoine Yapor, el mayor coleccionista uruguayo de artículos deportivos

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Los cazatesoros del fútbol uruguayo: tercera parte - Historia en telas.

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Con más de diez años de trayectoria y más de 1.000 artículos deportivos en su poder, entre los que hay más de 700 camisetas, el museo Historia en Telas es el más grande entre los coleccionistas uruguayos.

La camiseta no es ropa

“La camiseta es testigo de muchos acontecimientos. Nuestro lema es: de Uruguay al mundo, somos tres millones pero tenemos mucho para dar tanto futbolísticamente como desde las colecciones”, contó Antoine Yapor, el dueño de Historia en Telas, que sueña con construir uno de los museos más grandes de colecciones futbolísticas, y va por buen camino.

Cada una de las piezas que descansan en las habitaciones que conforman la exposición, perfectamente acondicionadas, ordenadas y presentadas, es 100% auténtica. Lo que lo hace diferente a las demás colecciones es que la mayoría fueron obtenidas directamente de sus protagonistas.

Antoine Yapor compra y vende camisetas, pero también acumula otros elementos como botines, utilizados a lo largo de los años dentro del fútbol uruguayo y en el exterior.

El joven se considera coleccionista desde hace siete años, pero había empezado a guardar camisetas mucho tiempo antes. Tenía seis o siete elementos importantes, de esos que no vendían en las tiendas. Hasta que llegó el momento en que se reconoció como coleccionista, cuando un amigo le manifestó querer comprarle una camiseta que tenía puesta, él se negó y ahí se enteró de que era coleccionable. En ese momento conoció el mundo de la compra, venta y trueque de piezas históricas y quiso formar parte.

Hasta ese entonces sólo poseía indumentaria del equipo del que es hincha. Pero rápidamente comenzaron a llegarle ofertas, “no monetarias, sino de valor, de esas que servían para tener como comodines y luego cambiar o canjear por otras con los demás colegas”, contó. Las redes sociales jugaron un rol esencial para la construcción de su colección, porque pudo hacer canjes y cambios con gente de otros países, para lo que tuvo que viajar en varias ocasiones.

Oro de reyes

Luego empezó a enfocarse en sus dos grandes ídolos: Luis Suárez y Edinson Cavani. Una de las originalidades de su colección son los botines de estos dos ídolos uruguayos: “Son piezas distintivas, difíciles; cuando ves a un jugador lo primero que le pedís es la camiseta, no es común encontrar botines”, explica. Tiene más o menos 12 objetos de cada uno.

La mayoría de sus camisetas son de selecciones. En cuanto a equipos uruguayos, acumula una suma importante de casacas de Peñarol y Nacional y algunas de distintos clubes internacionales, como Boca y River de Argentina, o los equipos de los que formaron parte sus ídolos salteños.

Todas sus camisetas fueron utilizadas en juego, “no tengo ni una de tienda, eso lo destaco porque es primordial a la hora de sumarla a mi colección, esa es mi condición”, contó.

Sus bienes son variados. Empezó por clubes, luego sumó selecciones y ahora tiene del fútbol sudamericano, europeo, de selecciones, de mundiales, su colección es mucho más abarcativa que al principio. “Por eso mi colección es muy respetada, tanto acá en Uruguay como también afuera”, sostuvo.

Bandera de Nacional firmada por Rosa Luna en el Museo Historia en Telas

Foto: Natalia Rovira

Única e irrepetible

Uno de los elementos que más se destacan en su caja fuerte de tesoros es una bandera de Nacional firmada por Rosa Luna, un objeto con muchísimo valor histórico más que monetario.

“Todos sabemos quién fue Rosa Luna. La tipografía es bien característica, denota que no era una persona que estaba acostumbrada a tener una firma personal, puede haber diez firmas de ella y son todas distintas. La guardo con mucho cariño, no sólo por lo que representó ella para Nacional, sino para todo el pueblo uruguayo, para la gente humilde, sobre todo”, explicó.

Llegó a través de una funcionaria de un hospital, que notó el amor que Yapor le pone a su museo y decidió donársela. Entre cuatro paredes abundan los momentos, los recuerdos, la historia. Sólo con mirarlas se puede sentir el bullicio de algún que otro partido, incluso sin haber estado allí.

Hay medallas, botines, banderines oficiales intercambiados en partidos, entre otros objetos que tienen el rol de trasladar la memoria de quienes los observan a muchos años atrás.

Colecciones de camisetas de Uruguay y del exterior en el Museo Historia en Telas.

Foto: Natalia Rovira

Tesoros mundiales

Otra pieza destacada es la camiseta verde de Alemania, hecha con una tecnología que se llama climatlate. Fue utilizada en el Mundial de México de 1986, en el que hizo mucho calor, por lo que es de una tela muy liviana, algo que ya se aplicaba en esa época para que los jugadores no sufrieran el peso de la camiseta.

Es una pieza muy importante porque Alemania disputó la final contra el campeón Argentina. “Esta camiseta le dio un plus, porque Alemania sólo jugó dos partidos con su alternativa; esta es la verde, la usó sólo en la final contra Argentina y antes contra Uruguay. Ahí fue donde Rudi Völler, que era el 9 goleador de esa selección alemana, intercambió la camiseta con Eduardo Acevedo. Gracias a él la tengo”, contó Yapor.

Es muy buscada por los coleccionistas, súper limitada, porque la producción que había antes no es la misma que ahora: por lo general se fabricaban dos camisetas por jugador, por lo que son muy difíciles de conseguir.

La mayoría de las piezas de selecciones que tiene fueron usadas contra Uruguay. Muchos uruguayos jugaron y juegan en Europa, por lo que acá siempre se consiguen camisetas internacionales de muchísimo valor. “Nosotros también nos enfocamos mucho en los grandes jugadores nuestros, como Fabián O'Neill, Paolo Montero, Cavani, Suárez. Es un honor guardar esas camisetas con las que defendieron el escudo de la selección”, declaró el dueño de Historia en Telas.

La camiseta no es ropa

Cada camiseta tiene su historia y representa un momento puntual para el jugador que la utilizó, bueno, malo, más o menos, pero siempre importante. El valor de las telas está en las anécdotas que los jugadores les cuentan a los coleccionistas cuando adquieren sus casacas.

“Ahí te das cuenta de que el valor se lo da lo que representa para uno. No es fácil entregar una camiseta para que alguien más la cuide. No es ropa, es algo que se defiende, que se sale a luchar por obtener, es lo más importante para conservar y preservar la historia del fútbol de este modo”, finalizó el coleccionista, que también muestra sus tesoros en su cuenta de Instagram @historiaentelas.

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