Las primeras fotos del partido fueron de un Peñarol errático pero sólido, de una visita parca, pero cómoda. Ninguno pasó zozobras, hubo un par de sombreros y una llegada para cada lado. La primera recién fue a los 20 minutos, antes no fue ni estudio: una somnolencia vespertina, destellos en la lucidez de unos pocos. Ambos equipos le fueron echando aceite y aparecieron las primeras sociedades. Gargano y Laquintana, Gargano y Bentancourt, Gargano y Carrizo, Gargano y todos. Como contrapartida, los paréntesis de Maxi Cantera, la presencia de Ángel Rodríguez y Facundo Píriz en el medio de la cancha.
La primera partió de los pies de Gargano, que como en una receta por el aire se la dio a la cabeza a Bentancourt, que está aplomado en la delantera. La confirmación de que ganarse el puesto existe. La bajó para Matías Aguirregaray, que, aunque en orsái, remató cruzado y la dio contra el palo. La jugada fue anulada por el línea. Minutos después, tras un pase sutil de tango de Cantera, Eduardo Darias remató mordido, pero avisó.
Llegando a la media hora de las cosas, los argentinos del equipo aurinegro combinaron por un lado y se acercaron al área. Musto, muy inteligente, le hizo de polea a Carrizo, que quedó en posición de tiro. En una demostración de atención intensa, Juan Manuel Ramos interceptó el remate del compañero, aunque es cierto que no suponía un peligro, y la colocó antes de irse a festejar cerca del banderín del córner. Recién cuando llegó a la esquina entendió que lo que estaba pasando era una belleza.
Eduardo Darias es un jugador importantísimo en Deportivo Maldonado. Empujó al equipo en la desventaja. Pero es cierto que los fernandinos se deshilacharon sobre el final del primer tiempo. Laquintana creció muchísimo e hizo una demostración de destreza poética con el balón. La bajó con el revés del zapato y tiró un caño, todo en una baldosa.
Empezó el segundo tiempo con casi todo el estadio en un hermoso ritual cantando que no son como los putos de Nacional. Aunque lo de la Copa Libertadores me parece una hermosa obsesión. Y lo de Fito Páez, un gol de la mitad de la cancha. “El que no salta es de Nacional” fue más acorde, incluso una belleza, como otros tantos rituales rítmicos de esa murga arcaica; ¿es parte del folclore o el folclore es diverso?
Enzo Borges entró desde el inicio del segundo tiempo y al ratito ya tuvo la primera picardía. Es un tremendo delantero. A los diez provocó una jugada polémica que revisó el VAR. El partido cobró otra vida. Peñarol es un equipo con oficio. Cantera creció cuando creció el equipo y eso pasó con Borges. Lo sintió Peñarol. Qué belleza el fútbol, jugarlo es un privilegio onírico. Enzo Borges provocó una nueva acción en el área y aprovechó el error inferido por su ejercicio del nueve. Con toda la serenidad, la empujó al trampero y empató el partido.
Deportivo Maldonado se defendió con pragmatismo, pero se quedó con uno menos faltando diez para el final. Peñarol impartió su grandeza. Maldonado jugó con el tiempo. La presión lo fue llevando a soportar. Borges también defendió. Fue silbado por momentos el equipo del este. Qué artimaña la de hacer tiempo. Con la pelota o sin ella. Hizo su negocio. El Depor y Peñarol igualaron en el Campeón del Siglo.
Detalles
Estadio: Campeón del Siglo.
Árbitros: Javier Burgos, Santiago Fernández, Sebastián Silvera.
Peñarol (1): Kevin Dawson; Matías Aguirregaray, Ramón Arias, Edgar Elizalde, Juan Manuel Ramos (87’ Facundo Bonifazzi); Damián Musto (74’ Rodrigo Saravia), Walter Gargano, Federico Carrizo (74’ Lucas Viatri), Bryan Olivera (58’ Máximo Alonso); Ignacio Laquintana, Ruben Bentancourt. Entrenador: Mauricio Larriera.
Deportivo Maldonado (1): Guillermo Reyes; Guillermo Cotugno, Paulo Lima, Martín Ferreira, Diego Romero; Mathías Tellechea (46’ Alex Silva Quiroga), Facundo Píriz, Ángel Rodríguez (46’ Rodrigo Muniz –76’ Joaquín Varela–), Eduardo Darias (87’ Sebastián González); Maxi Cantera, Matías Belloso (46’ Enzo Borges). Entrenador: Francisco Palladino.
Goles: 27’ Juan Manuel Ramos (P), 68’ Enzo Borges (DM).