A menos que juegues en el Club Corralito, es imposible vestir los colores de Nacional y Peñarol al mismo tiempo. Se puede sí pasar de uno para el otro, porque los deportistas que hacen del fútbol su profesión, aunque sigan teniendo la ilusión y los sueños de niños, están trabajando y, aunque a veces duela, cambian de trabajo.
El carioca de nacimiento y paulista de crianza Leonardo Hernriques Coelho se transformó en jugador de Peñarol al vincularse oficialmente con la entidad aurinegra apenas un par de meses después de haber jugado su último partido con Nacional, equipo al que llegó en 2022 y con el que fue campeón uruguayo.
Peñarol compró la ficha de Leo Coelho al Atlético San Luis de México y además acordó un contrato de trabajo con el brasileño por tres temporadas.
Los aurinegros ya suman tres incorporaciones al plantel que este año dirigirá Alfredo Arias. Además de Coelho sumaron al mediocampista Sebastián Rodríguez, quien años atrás, al igual que el zaguero brasileño, fue campeón con Nacional, y al atacante ex internacional celeste Abel Hernández, que vuelve a Peñarol después de una larga trayectoria intercontinental.
Coelho, que empezó su carrera en la AUF en Fénix, había sido negociado oportunamente al Atlético San Luis de México club, que dio a préstamo su ficha a Nacional en 2022 y se la vendió a Peñarol en estos primeros días de 2023.
Más kilómetros que la Onda
Su primer club de competición en Brasil fue el Penapolense, de la ciudad paulista de Penápolis, casi a 500 kilómetros de la enorme urbe sudamericana de San Pablo. El club de Penápolis lo cedió al Paraná Sporte Clube del sureño estado de Paraná, después fue al Río Claro de la ciudad paulista, a los tres meses a los juveniles de Santos, después a Portuguesa, a Comercial de Ribeirao Preto, hasta que finalmente, en agosto de 2019, llegó con su boné (gorrito de visera) a Fénix para que unos meses después Juan Ramón Carrasco con su incontinencia verbal promoviera su nacionalización porque era “más que Diego Godín”.
El zaguero central afirmó su juego en Capurro hasta ser transferido a México, al Atlético San Luis, donde jugó diez partidos en un semestre, y desde allí fue contratado por Nacional, donde estuvo menos de un año pero le alcanzó para ser uno de los mejores y salir campeón uruguayo.
Ahora, sin ser el primero, y seguramente lejos de ser el último, pasará a escribir su historia en Peñarol.
Coelho será el segundo extranjero en vestir en este siglo las camisetas de Nacional primero y de Peñarol después, pero el brasileño es el primero en hacer la transferencia directamente. El canadiense argentino Lucas Cavallini había sido primero jugador de Nacional desde las formativas, debutó en primera división en Juventud de Las Piedras, volvió a Nacional para ahí sí jugar en primera, fue para Fénix, y de ahí a Peñarol, desde donde se fue a México y después a Canadá.
Desde los inicios del fútbol ha habido decenas de futbolistas que vistieron las dos camisetas, aunque con pase directo de uno a otro seguramente no hubo mayor gesta que la de Ernesto Pinocho Vargas, que fue campeón de la Libertadores de América con Peñarol y Nacional sin haber jugado en otros equipos en el medio.
De pases directos de club a club también se recuerdan los de Rodolfo Abalde, Rubén Pereira -que en 1993 jugó en Nacional y en 1994 se fue a Peñarol- y Néstor Pajarito Montelongo, aunque sin el éxito de Pinocho. También es larga la lista de jugadores que fueron campeones y hasta ídolos en las dos instituciones.
Seguramente el de mayor identificación como ídolo donde jugara fue Luis Alberto Cubilla, que fue campeón de América y del mundo con Peñarol en 1962 y con Nacional nueve años después, en 1971.