“Mi familia siempre me regaló pelotas. Mi papá me hacía entrenar y mi abuelo, Víctor, me enseñó a patear. Siempre fui loca por el fútbol y ellos me acompañaron, cada uno a su forma. Mi mamá y mi hermana, por ejemplo, siempre fueron a verme a todos lados”, comienza puntualizando Sindy Ramírez para hablar de su historia como futbolista.
Entre las definiciones de la palabra “familia” que existen, hay una que habla de objetivos: “Grupo de personas, normalmente unidas por lazos legales, que conviven y tienen un proyecto de vida en común”. La puntualización “en común” no suele ser estática. Hay muchas familias que, al contrario de esta consideración, opacan los deseos de proyectos de vida de alguno de los integrantes. Otras, afortunadamente, son la base fundamental para que ese deseo llegue a destino.
La familia de Sindy, sin saberlo, cuando la incentivó a perseguir sus sueños estaba formando a una campeona. Por eso hoy, con 32 años, lo primero que recuerda de cuando su proyecto de vida estaba en la etapa inicial es a sus seres queridos. Con una exquisita carrera futbolística sobre la espalda, no olvida su origen.
Nacían las estrellas
Sindy nació en Sauce el 28 de enero de 1991. Desde muy temprano se interesó por la pelota y empezó a jugar con varones, sin imaginar que de adulta sería una referente del fútbol femenino rioplatense.
El fútbol femenino en el Uruguay de los 90 estaba en un momento crucial. Las pioneras –las primeras jugadoras del fútbol femenino uruguayo– eran protagonistas del proceso de formación de esta rama de la disciplina en el país. Mientras que esas jugadoras –que en su mayoría ya están retiradas– jugaban los primeros torneos informales, con los equipos que iban surgiendo, Sindy Ramírez daba sus primeros pasos con pelota dominada.
El Sportivo Artigas de Sauce la vio crecer. En los 2000 no había escuelitas de fútbol femenino, por lo que fue una más de las que se formaron con varones. Cuando terminó el baby fútbol, a los 12 años, se quedó sin opciones porque no existían los equipos femeninos en esas categorías. Pero su padre le creó un rumbo nuevo, literalmente: creó el equipo de fútbol femenino de Sportivo Artigas.
“Mi papá, Jorge –le dicen Chajá–, creó el fútbol femenino en Sportivo Artigas para que yo no me quedara sin jugar, porque a esa edad ya no podía jugar con varones porque no te lo permitían”, cuenta. Entonces, a los 13 años debutó con el equipo en el Campeonato Uruguayo de fútbol femenino, donde jugó hasta 2005.
Equipos
Sportivo Artigas de Sauce (2004-2005), INAU (2006), River Plate (2007-2008), Club Atlético San Lorenzo de Almagro (2009), Club Nacional de Football (2010), Montevideo Wanderers (2012-2013), Club Atlético San Lorenzo de Almagro (2014-2022), Racing de Avellaneda (Actualmente)
A los 14 años estaba jugando un torneo en el Complejo Celeste cuando el director técnico de la selección mayor de ese entonces, Juan Duarte, se sorprendió con las habilidades de la volante y la convocó directamente al equipo principal de la celeste. Para eso debía pertenecer a un equipo de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), por lo que Sindy se sumó al INAU. En paralelo, comenzó a formar parte de la selección sub 17. Luego, se cambió a River Plate, donde salió campeona en 2007 y logró el subcampeonato en 2008. Ambos se definieron frente a Rampla Juniors, el mejor equipo de la época.
Ya convertida en figura, se interesaron por ella desde el otro lado del río. En 2009 se puso por primera vez la camiseta de San Lorenzo de Almagro y su carrera en Argentina no hizo otra cosa que crecer: fue campeona del torneo local y se clasificó a la primera Copa Libertadores de mujeres del continente.
En 2010 volvió a Uruguay y defendió a Nacional, y si el tricolor tuvo a Sindy, tuvo copa: logró el Campeonato Uruguayo de ese año. Al año siguiente jugó en el Club Vida Nueva de San Bautista y logró campeonar en el torneo de la Organización de Fútbol del Interior.
En 2012 y por dos años volvió a ser parte de la AUF con la camiseta bohemia. Con Wanderers logró el segundo puesto en el Uruguayo de 2012. Volvió a Argentina al año siguiente, donde terminó de consolidarse como una de las piezas fundamentales del cuervo, brillando tanto en fútbol 11 como en fútbol sala.
Títulos
Torneo | Equipo | Año |
---|---|---|
Campeonato Uruguayo | River Plate | 2007 |
Campeonato Uruguayo | Nacional | 2010 |
Primera División Argentina | San Lorenzo | 2015 |
Torneo Apertura Argentina | San Lorenzo | 2021 |
Nota: En San Lorenzo de Almagro, además, Sindy cosechó ocho títulos entre 2015 y 2021.
Pilar celeste
En paralelo a su carrera en la competencia de clubes, disputó con la selección uruguaya, entre otras cosas, la Copa América de 2006 en Argentina, los Juegos Panamericanos de 2007 en Brasil, la Copa América de 2018 en Chile, la Copa América de 2017 de fútbol sala y la Copa América 2022.
Con su trayectoria de 17 años en la celeste, valora que la selección uruguaya de mujeres esté en un proceso de crecimiento desde hace algunos años. “Me parece que un poco también va de la mano con el fútbol local: si bien está en crecimiento, aún no es profesional y eso lo hace estar unos pasos por detrás de otras ligas”, sostiene.
Asegura que para crecer hay un gran grupo y un gran potencial en las categorías menores. “Yo creo que se van a conseguir cosas importantes, pero creo que será fundamental el avance del fútbol femenino en Uruguay para que las jugadoras puedan ser profesionales”, considera.
Sindy es referente fuera y dentro de la cancha para el conjunto charrúa. Su última instancia con la celeste fue la Copa América de 2022, en la que pasó su experiencia en un equipo que es la fusión perfecta entre jugadoras jóvenes y jugadoras maduras. “Creo que, más allá de lo futbolístico, puedo aportar desde la experiencia, ya que llevo casi 17 años vistiendo la camiseta de la selección”, agrega.
La volante es actualmente una de las pocas que quedan en actividad de lo que sería la segunda generación de mujeres futbolistas que disputaron torneos formales en Uruguay.
Referente azulgrana
A lo largo de los más de diez años con la camiseta azulgrana de San Lorenzo de Almagro, Sindy obtuvo diez títulos –ocho en futsal y dos en fútbol 11– y convirtió 112 goles en torneos oficiales. Este año, el club la despidió como la “referente indiscutida y crack de elegante zurda, multicampeona en fútbol sala y 11 que dejó una huella imborrable en Boedo”.
Para la uruguaya, San Lorenzo es su casa. Y lo dice con mucha convicción: “San Lorenzo es mi casa, literalmente hablando: llegué de Uruguay con menos de 20 años y San Lorenzo fue mi hogar, mi refugio”, confiesa.
“Conocí compañeras increíbles, trabajadores y trabajadoras que dan todo por el club, amigos y amigas que me llevo conmigo para siempre. Me tocó ganar, me tocó perder, me tocó ser la persona más feliz del mundo y también llorar mucho de tristeza, pero en todos los casos intenté hacerlo con humildad, compromiso y con mucho respeto por esta camiseta”, sostiene.
Nuevo comienzo
La uruguaya fue presentada como nueva jugadora de Racing de Avellaneda con un original video en el que se le pregunta cómo les dice a algunos objetos, comparando la cultura argentina con la uruguaya desde el vocabulario.
No le resultó fácil llegar a la decisión final. “Fueron diez años muy importantes para mí, en lo deportivo y en lo personal. Fue el primer equipo fuera de Uruguay, y claro que fue difícil al principio, pero creo que aprendí un montón, crecí y viví el crecimiento de la disciplina desde sus inicios. Ganamos títulos importantes en el club, tanto en 11 como en futsal. Creo que lo di todo siempre que estuve adentro de la cancha y también afuera. Fue una gran etapa de mi vida”, analiza.
Sindy insiste con que el cambio de equipo fue una decisión muy difícil de tomar, pero asegura que lo hizo con la tranquilidad de saber que lo dio todo. Racing la convenció desde el primer momento. “Me convenció mucho el proyecto que hay en el club, no sólo por lo deportivo sino también por lo institucional, y por lo que tiene que ver con el grupo. A algunas [jugadoras] ya las conocía, pero las terminé de conocer a todas en la pretemporada y la verdad es que estoy muy contenta. Fueron días muy buenos, de mucho trabajo y mucho compañerismo”, señala.
Con una vasta experiencia en el fútbol femenino argentino, Sindy lo compara con el uruguayo y analiza que también se trata de un fútbol en crecimiento. “Si bien todavía restan muchas cosas, por ejemplo que todas las jugadoras sean profesionales y no sólo un mínimo de 15 contratos, es cierto que en los últimos años se avanzó muchísimo respecto de la competencia sudamericana. El fútbol femenino de Argentina dio pasos muy importantes y hoy tiene una consideración más grande”, explica.
En lo personal, está a gusto por haber hecho su carrera del otro lado del charco. “Llevo tantos años acá y estoy feliz de ver todo lo que se avanzó en materia organizativa, deportiva y futbolística. Siempre valorando eso, vamos a exigir que se continúe en crecimiento y sin retrocesos”, finaliza.