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Julián Schweizer.

Foto: Camilo dos Santos

Julián Schweizer: “Compito porque me gusta surfear”

8 minutos de lectura
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El medallista de plata panamericano de longboard en 2019 se preparó en Indonesia para volver a la competencia más importante de su ciclo olímpico en busca de su sueño dorado.

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“En el longboard el crecimiento es exponencial”, dice Julián Schweizer sobre la disciplina en la que él es un exponente protagónico, “porque Uruguay es perfecto para andar en longboard (tablas de más de 9 pies –2,75 m–), no siempre hay olas grandes, pero siempre hay olas”. Es un match, un resultado del gusto por una actividad y buenas condiciones en las que practicarla. “Con una tabla larga, vos precisás una espuma para divertirte, y casi todos los días del año podés hacerlo”, explica sobre las bondades de la costa local.

Su ola preferida es La Aguada, aunque si hablamos del mundo, Las Flores en El Salvador y Malibú en California, se llevan su reconocimiento. La cuenta pendiente es con África, con buenos destinos a los que no ha ido a surfear todavía. Su última preparación fue en Indonesia. “Lo elegí porque es un lugar en donde hay muchas izquierdas y Punta de Lobos –sede los Juegos Panamericanos– es un pointbreak de izquierda”.

Tras una buena temporada, los resultados permitieron cumplir algunos objetivos: Julián está clasificado al igual que Inés Beisso en la rama femenina y que Lucas Rodríguez en SUP race, a los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, objetivo máximo al que puede aspirar hoy en día un longboarder dentro del ciclo olímpico. Lo consiguió con la combinación de resultados al ser segundo en el Panamericano de surf, donde abrochó el cupo para el país, y 14° en el Mundial, donde lo confirmó para sí, luego de tener una mejor participación que Ignacio Pignattaro.

“Empezaron a surgir competidores con buenos resultados a nivel internacional, superfuertes, que ponen a Uruguay dentro del mapa mundial”, dice, y se sabe uno de ellos. “Es algo impensado hace diez años. Están EEUU, Brasil, Perú y Uruguay ahí, arriba de Costa Rica o México, centroamericanos que históricamente tienen mucho más surfing que Uruguay”, recuerda.

En su primera participación en Juegos Panamericanos, Julián se quedó con la medalla de plata, al igual que en el actual Panamericano de la disciplina. Las dos veces el vencedor fue Piccolo Clemente, el rival a vencer, el amigo y el referente. Un competidor peruano de 40 años al que Schweizer se acerca cada vez más en nivel. Tanto como para haber quedado a 0,4 puntos en la final en Santa Catalina, Panamá. O como para haberlo vencido en la segunda serie del Mundial, donde avanzaron primero y segundo respectivamente.

“No quiero adelantarme a nada. El nivel está parejo y pequeñas decisiones en el momento van a afectar mucho al resultado”, comentó sobre la competencia que tendrá en los Panamericanos. “Por eso quiero estar concentrado”.

Con dos puntajes suyos en el top 10 de las mejores marcas del reciente Mundial, Julián revela: “Me ganó la ansiedad en ronda 5 y un par de errores en una serie apretada hacen que te quedes afuera. Por lo que analicé, la ansiedad me ganó, porque yo sabía que podía seguir avanzando mucho más. Eso me terminó costando quedar afuera”, se lamentó, al no poder repetir su ingreso al top 10 mundialista. “La situación va a ser distinta a la de Lima 2019”, asegura Schweizer “donde nadie esperaba que el surfing llevara una medalla, y hoy en día capaz que el entorno está expectante para que el surfing tenga una medalla; pero yo no espero nada. Que el surfing hable”.

De vuelta en la charla sobre el crecimiento del surf, el surfista considera que “va a seguir creciendo, y es un deporte que, en los lugares históricos, es muy de tradición familiar”. A él le gustaría soñar que en Uruguay va a empezar a pasar eso. “Que las generaciones de surfistas de ahora, que crecieron un montón, van a empezar a transmitir eso a sus hijos y capaz que el día de mañana vas a la playa y vas a ver lo que se ve en California, que surfea hasta la abuela, surfea el padre, surfea el nene, y toda la familia haciendo playa y deslizándose sobre las olas en la modalidad que sea. Capaz que soy muy utópico, me gusta pensarlo así”, dice y se lo imagina.

Su aspiración de profesionalismo lo llevó a buscar oportunidades en patrocinadores y mecenas, con los que financia su carrera. Su trabajo está acompañado por el de otros, su equipo, con preparador físico, psicólogo deportivo y entrenador técnico. Esa preocupación es la que Julián pone en la preparación, y parte del resultado, es que parezca sin esfuerzo.

“Uno de los puntos del criterio de juzgamiento de longboard es que parezca que lo lográs sin esfuerzo. Muchas veces ves surfear a un longboarder que anda muy bien, y parece que es superfácil, aunque en realidad es difícil, pero el surfista normal se ve más identificado”, comenta. Que parezca sin esfuerzo.

¿Cómo te fue en la primera parte del año?

Este verano en Uruguay quedé campeón nacional una vez más. No es mi objetivo, pero lo tomo como parte del entrenamiento cuando estoy acá: hacer las fechas del circuito nacional. Ahí empezó la pretemporada para los dos eventos que tuve: el Panamericano de la PASA (Asociación Panamericana de Surf, por su sigla en inglés) en Panamá, y una semana después, el Mundial de la ISA (Asociación Internacional de Surf) en El Sunzal, El Salvador.

Estuve desde el 1º de marzo allá, prácticamente un mes y medio entrenando en El Sunzal. Conociendo la ola, el entorno. Para mí es superimportante, cuando uno va a competir, conocer la rompiente, pero también el pueblo adonde vas. Dónde comer, a las personas locales. Son boludeces, pero te hacen sentir más cómodo, como si fueras parte del pueblo. Estuve un mes concentrado en esa ola. Se da la casualidad de que la ola de Panamá y la de El Salvador son muy parecidas. Eran dos pointbreaks de derecha, una ola de fondo de piedra, que siempre rompe igual y desde el mismo lado. Entrenar para el Mundial y para el Panamericano iba a ser el mismo entrenamiento.

De ahí nos fuimos al Panamericano en Panamá, con toda la delegación. Éramos tres competidores de tablas largas, también estaban los de tablas cortas y un competidor de SUP race. Fuimos como un equipo, que muchas veces en el surf uno viaja solo. Creo que sumó que hayamos ido como equipo con un técnico y un cocinero, en grupo. Si bien es un deporte individual, está bueno tener un grupo porque se contagian las cosas buenas y las cosas malas se dispersan un poco más, o por lo menos esa es mi opinión.

Logré un segundo puesto en el Panamericano y dos semanas después encaré el Mundial en una nueva posición para mí, fue raro. Si bien antes todo el mundo me conocía, siempre llegaba más de perfil bajo, sin que la gente esperara mucho de mí. No sólo a nivel nacional, sino internacional. En este Mundial, mi entorno esperaba y estaba muy ilusionado, y a nivel internacional empecé a tener mucho reconocimiento y fue como una nueva posición que me tocó vivir en este campeonato.

¿Cómo lidiás con eso? ¿Te cambia el foco?

Depende, yo lo intento canalizar para el lado positivo y que me dé más confianza. Uno de esos factores que me llamó la atención fue por ejemplo que me invitaron a la conferencia de prensa. Invitaron a dos atletas, a la campeona defensora en mujeres, y a mí por el lado de los hombres. Es la primera vez que invitan a un uruguayo a una conferencia de prensa en el ambiente del surf a nivel mundial. Fue un reconocimiento que no esperaba, teniendo a un montón de personas para mí mucho más favoritas que yo. Me hizo abrir los ojos y ver que me tienen en el radar internacional y no sólo en el clima que se genera alrededor mío. No sé lo que pasará en el futuro, pero es una nueva posición a la que me tendré que ir acostumbrando.

A mí siempre me gusta ir sin muchas expectativas, underground, y es lo que intento mantener. A veces la expectativa crece e intento canalizarlo de la mejor manera. Yo lo tomo como para corroborar que el camino que estoy haciendo es el correcto. Es el mismo encare que voy a tener para Santiago. Yo estoy seguro, aunque el resultado no fue el mejor, que di todo de mí para la preparación. Lo que yo puedo asegurar es prepararme con mi 200%, con mi foco 100% en lo que yo puedo manejar. Llegar con todos los checks que yo quiero listos, para que a la hora de competir tenga más confianza y pueda estar seguro de lo que hago. Después se verá si avanzo yo o avanza otro de los rivales que también se van a preparar de la mejor manera. Para mí lo más importante es sentir que yo di el 200% para llegar a ese momento de la mejor forma.

¿Qué es lo que te engancha al surf? ¿La competencia, la práctica, la preparación?

Compito porque me gusta surfear. A mí lo que me encanta es surfear y encontré la forma de poder surfear todo el día siendo un surfista competitivo y haciendo del surf una carrera. Las partes que más disfruto son las partes de pretemporada en las que perfecciono la técnica y estoy 100% enfocado en surfear y en la parte física y no tanto en la parte táctica y de competencia. Sin duda soy alguien competitivo, y me gusta la competencia. Mi fin es surfear, cuanto más tiempo pueda pasar en el agua, más feliz soy, el surfing es lo que me hace feliz.

¿Hay una filosofía de fondo o solamente el gusto por la actividad?

Es un combo. Creo que el surf es una gran filosofía para la vida por muchas razones. Es un deporte en el que nuestra cancha cambia todo el tiempo, es la naturaleza. Eso te enseña mucho. Uno muchas veces pasa remando toda la vida para estar parado diez segundos, que es lo que dura una ola. En una sesión de surfing promedio recreacional amateur uno rema 10 km en una hora y media para agarrar seis olas, de promedio de 20 segundos por ola. La recompensa es muy corta para todo el tiempo que uno tiene que pasar remándola literalmente. Es como la vida misma. A veces las olas están buenas y hay veces que te matás a palos.

Ese contacto con la naturaleza te hace estar mucho más consciente de tu entorno, del medioambiente. A mí el clima me cambia el día completamente. Capaz que vos estás dentro de la ciudad y llueve o hay viento y te pasa más desapercibido. A mí si hay viento norte o sur, me cambia completamente el día de entrenamiento. Si llueve y hay 3 grados menos o si hay sol y está un poco más calentito, también. Estoy todo el tiempo en contacto con la naturaleza.

Qué es lo que me motiva a competir, es algo que todavía lo charlo con mi psicólogo. Por qué elijo competir y por qué elijo superarme día a día. Yo en un momento pensé que era algo normal y que todas las personas querían ser las mejores en el rubro que hacen, y después charlando con mi psicólogo y con muchos amigos me di cuenta de que no, que no es algo normal.

¿Qué conjunto de habilidades se precisan para surfear en longboard?

Para empezar es muchísimo más simple porque es más estable que una tabla corta. Una vez que evolucionás un poco, mover el longboard es más complicado que mover la tabla corta. La mayor diferencia es que vos caminás de la cola hacia la punta y de la punta hacia la cola. Para hacer eso necesitás las mismas habilidades que para mover una tabla corta.

Y hacés maniobras sobre la tabla.

La maniobra top del longboard es el hang ten, que ponés los diez dedos de los pies hacia afuera de la punta de la tabla. Esa es la mejor maniobra y la que mejor se puntúa. Es por la que la mayoría de los longboarders andamos en esa tabla. Por esa sensación de ir flotando arriba del agua, parados en la punta de la tabla.

Schweizer en los Panamericanos

Martes 24
08.00 Clasificación ronda 1
Jueves 26
08.00 Repechaje ronda 1
Viernes 27
12.20 Clasificación ronda 2
Sábado 28
09.36 Repechaje ronda 2
11.12 Clasificación ronda 3
Domingo 29
09.58 Clasificación ronda 4
12.32 Repechaje ronda 3
14.56 Repechaje ronda 4
Lunes 30
11.20 Final por medalla de bronce
12.30 Final por medallas de oro y plata

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