Cuando Valentín Melgar, que no estuvo más que en unos minutos del partido, atajó su tercer penal y dio la clasificación para semifinales a la selección de Lavalleja, quedó conformado el cuadro de semifinales de la Copa Nacional de Selecciones que comenzará este sábado: Lavalleja, vicecampeón del Este, empezará recibiendo a Guichón, vicecampeón del Litoral, y Salto, campeón del Litoral Norte, habrá de ser local en la ida ante Florida, campeón del Sur y el único que consiguió puntaje perfecto en los cuartos de final al ganar los dos partidos frente a Tacuarembó.
Sólido como Piedra (Alta)
Florida, con Fernando Bruno y su amplio cuerpo técnico, está otra vez entre los mejores cuatro. Parece haber mucho de causalidad en las sólidas exposiciones del equipo albirrojo y su proceso de entrar entre los mejores, muy acompañado y vinculado con el pueblo. Florida viene de ganar cuatro partidos decisivos en forma consecutiva, los dos de las finales del Sur ante Durazno y los dos de cuartos de final de la Copa Nacional, a lo que debería agregarse que no ha perdido ni un solo partido desde que está en fases de definición (empató en San José con Ecilda Paullier, le ganó en el Suppici a Colonia, obtuvo en Durazno el título del Sur y ganó en Tacuarembó en la ida de los cuartos de final).
El sábado en la noche, ante una grandísima cantidad de vecinos que por miles están llegando al Campeones Olímpicos, derrotó con muchísima autoridad a la buena oncena de Tacuarembó, 2- 0 con un gol y una asistencia de su figura más determinante en esta etapa, el duraznense Kevin Lacuesta, que se ha insertado en el corazón de todos los floridenses por su compromiso y su condición de humilde crack. El otro gol lo hizo el dinámico Brian García. Con un global de 4-1 y los seis puntos, en las esquinas de la ciudad resuena la marcha “A Florida” y aquello de “Cuando esas penas se van / y se siente renacer / el corazón da esperanza / con otro nuevo querer”.
Entrando en la historia
El partido más importante de la historia del fútbol de Guichón fue la revancha de cuartos de final ante Zona Oeste de Maldonado. Hubo penales, y a la una menos diez de la madrugada decenas de guichonenses que viajaron los casi 500 kilómetros que separan su pueblo de Maldonado, y otros tantos que llegaron desde Montevideo, donde viven o trabajan, estaban con el corazón en la boca ante lo insoportablemente emocionante de ver cómo la tanda de penales se estiraba y se estiraba. Hasta que llegó el penal número 11 para los guichonenses. Fue Giancarlo Echeveste, uno de los hijos del director técnico, uno de los que cada día llegan desde Piedras Coloradas, donde los Echeveste viven y tienen su panadería, el que pateó y se quedó con toda la gloria de la clasificación.
En la rotonda de la 4, en el empalme con la 90 los estaban esperando el camión de Aceredo y un montonazo de autos y motos para iniciar el ingreso triunfal al pueblo. Los gurises de la roja -casi todos tienen veintipocos años- dejaron el ómnibus en el que estaban viajando desde hacía siete horas y se pasaron en la caja para desandar las calles de tierra y el asfalto entre la gente que endomingada como corresponde, salió a saludar a sus héroes que pasaron por la plaza a eso de las 11 de la mañana gozosamente amanecidos y con el triunfo.
Una cosa bárbara Guichón, una epopeya de pueblo, como ya ha pasado en tantos lugares de nuestro país a los que el fútbol les hizo trascender y vivir momentos para siempre que nunca se olvidarán.
El especialista
La llave entre Lavalleja y Río Negro fue muy, pero muy pareja, y después de dos empates definieron por penales. Cuando Gerardo Cano ordenó el cambio de golero, a poco de que terminara el partido, todos pensaron, y bien, que Melgar era un gran atajador de penales. Y sí, lo era, porque atajó los tres primeros penales albicelestes, mientras que los serranos Marcelo Martínez, Santiago Genta y Valentín Martins anotaban los suyos para ganar la definición 3-0.
Salto otra vez
Con gran goleada y un gran partido, Salto noqueó a Durazno y por diferencia de goles logró convertirse en semifinalista. Les costó a los salteños ponerse arriba en el marcador, a pesar de que estaban mejor que su rival, pero a los 40 minutos Nicolás Fagúndez anotó el primero, apenas un minuto después Agustín Suárez puso el segundo, y para que fuera una catarata, a los tres minutos del complemento Paolo Tabárez el tercero. El marcador se cerró con otra anotación de Fagúndez, y el 4-0 no se movió ni con un penal para los duraznenses que atajó Carlos Regueira.