Este martes a las 21.45 en el estadio Fonte Nova de Salvador, Bahía, Uruguay jugará ante Brasil su último partido de 2024, y por tanto también el último hasta el año que viene de la clasificatoria mundialista para Estados Unidos, México y Canadá 2026, que tiene a los de Marcelo Bielsa en posición de clasificación desde hace 11 fechas, tantas como se han jugado desde que comenzó la Eliminatoria.
Después del agónico y épico triunfo ante la selección de Colombia en el estadio Centenario, la celeste ha quedado en el segundo escalón de la tabla junto con Colombia, a tres puntos de Argentina (22) y con dos unidades más que Brasil (17), y tres más que Ecuador y Paraguay (16), por lo que cualquier resultado lo mantendrá en la zona de los cupos de clasificación directa, con la diferencia de que si pierde y se da una serie de resultados puede llegar a quedar sexto de cara a los partidos de marzo de 2025, primero ante Argentina en el Centenario y luego con Bolivia en El Alto. Por el contrario, ganando o empatando quedará con aire suficiente en la tabla y además significará un buen cierre de temporada, que no fue todo lo buena que se podía proyectar tras el cierre de 2023 con los triunfos ante Brasil y Argentina.
El antecedente inmediato de un buen partido con un equipo que, aun sin algunos de los que se podrían considerar fijos, mostró cohesión y brillo en el retorno de Rodrigo Bentancur, así como un auspicioso debut a sus 30 años de Rodrigo Aguirre en la selección mayor, deja establecida la idea de que el partido ante uno de los grandes expositores del fútbol mundial como lo es Brasil puede estar a la altura de los seguros niveles de competencia del seleccionado uruguayo.
Para los brasileños es una oportunidad directa de seguir ascendiendo en la tabla después de haber llegado a estar en la sexta colocación apenas unos meses atrás. Si consiguen la victoria quedarían en la tercera o hasta en la segunda colocación.
Bielsa y la alegría
El técnico, que se contagió de esa inconmensurable emoción de lograr la victoria cuando parecía que se escapaba la alegría y nos sumiríamos en la medianía de un nuevo empate (el triunfo del viernes fue el único del año por Eliminatorias después de tres empates sin goles y una derrota en Lima ante Perú), deberá por lo menos hacer una variante obligada para el partido en el estadio bahiano, en el que Uruguay ganara su duodécima Copa América en 1983 cuando Carlos Aguilera cabeceó un centro perfecto de Venancio Ramos. Esa noche el Pato no se enteró de su gol porque mientras cabeceaba la pelota uno de los enormes zagueros brasileños, Mozer, cabeceaba la cabeza del uruguayo, que quedó perdido por un rato.
El cambio que obliga cambiar a Bielsa será el del lateral derecho, dado que Nahitan Nández otra vez vio la amarilla y volvió a sumar de a dos amonestaciones, lo que representa la suspensión por un partido. El fernandino ya fue liberado y retornó a Arabia Saudita, donde juega en el Al-Qadisiyah.
Por lo expuesto en las prácticas antes de viajar a Brasil, el lugar de Nández será ocupado por Guillermo Varela, el lateral del Flamengo que, sin dudas, tuvo el viernes sus mejores momentos con la celeste jugando unos minutos como lateral izquierdo al sustituir a Marcelo Saracchi, y fue determinante en la jugada del tercer gol, buscando la primera descarga de Rodrigo Bentancur, después ganando terreno y controlando una pelota difícil que puso en el área para que la pelearan Darwin Núñez y Facundo Pellistri antes del gol del inmenso Manuel Ugarte.
Por raro que parezca, Varela ha jugado en dos mundiales, Rusia 2018 con Óscar Tabárez y Qatar 2022 con Diego Alonso, sin haber jugado antes ni un minuto de Eliminatorias, hasta que en estas clasificatorias para 2026 debutó con Bielsa el 10 de setiembre de este año ante Venezuela.
Aparentemente también podría haber otra variante y sería el ingreso de Ugarte, que fue el eje central y hasta zaguero en la mayoría de los partidos de Bielsa, y quien saldría de la oncena sería Rodrigo Aguirre, de enorme debut en Montevideo. Así las cosas, el mediocampo uruguayo sería el del imaginario popular de los futboleros de estos días con Ugarte al centro, Federico Valverde por derecha y Bentancur un poco más despegado hacia delante.
De celeste
De esta forma el equipo uruguayo jugaría con Sergio Rochet; Varela, José María Giménez, Mathías Olivera, Saracchi; Valverde, Ugarte, Bentancur; Pellistri, Darwin y Maximiliano Araújo.
La lista de 11 suplentes, porque Uruguay llegó con 22 futbolistas a Bahía, será con Santiago Mele, Franco Israel, Nicolás Marichal, José Luis Rodríguez, Juan Martín Rodríguez, Nicolás Fonseca, Facundo Torres, Brian Rodríguez, Cristian Olivera, Luciano Rodríguez -que juega en el Bahía, precisamente- y Rodrigo Aguirre.
Al igual que Nández, Santiago Bueno fue liberado para que volviera a su club, el Wolverhampton, dado que la distensión muscular que acusó al llegar a Uruguay no le permitió estar ante Colombia y tampoco podría recuperarse para estar frente a Brasil.
Otro dato a tener en cuenta son los futbolistas que ya tienen amarilla y que si ven una segunda quedarían suspendidos para el partido ante Argentina en marzo de 2025. Ellos son: Valverde, Ugarte, Josema, Brian Rodríguez, Darwin, Fonseca, Bentancur y Aguirre.
Brasil
Brasil, que viene de empatar con Venezuela 1-1 en Maturín, aparentemente utilizará una oncena muy parecida a la que empató con la vinotinto, pero con una variante obligada dado que, como Uruguay, tiene suspendido a su lateral derecho, Vanderson, por dos amarillas. En su lugar el técnico Dorival colocará al conocido Danilo, por lo que la verdeamarela jugaría con Ederson; Danilo, Marquinhos, Gabriel Magalhães y Abner; Bruno Guimarães, Gerson, Raphinha; Savinho, Igor Jesus y Vinicius.
Dorival probó también al delantero del Botafogo Luiz Henrique, con Igor Jesús volcado por derecha, pero aparentemente el delantero del fogão quedará entre los suplentes.
El equipo será muy distinto a aquel que cayó en la primera rueda ante Uruguay en el Centenario 2-0 y que era dirigido por Fernando Diniz, y también será bastante distante del que el mismo Dorival puso en Las Vegas en la Copa América cuando Uruguay le ganó por penales.