En el Campeón del Siglo y con lluvia como cortina musical, Peñarol venció 2-0 a Defensor Sporting. Leonardo Fernández y Alan Medina, dos volantes exquisitos del fútbol uruguayo, fueron los autores de los goles del elenco de Diego Aguirre.
Era un partido de esos bravos. Defensor Sporting llegaba bien y con buenos resultados como antecedentes. Nacional, a la expectativa, barajaba un posible traspié de su rival de todas las horas. Pero Peñarol ganó, demostró otra vez solidez táctica para manejar los partidos y a eso le sumó rendimientos individuales de esos que desequilibran, como el de Leo Fernández, de quien ya huelga decir que es un fenómeno: casi todo, dribleó en el área para acomodar la globa y facturar un hermoso gol.
1. Punto de inflexión
El juego estaba parejo, movido para los dos lados, aunque tal vez con un poco de viento a favor para Peñarol. Y parecía que el primer tiempo se iba así y sin goles. Hasta que, en los minutos finales, cual ficha de dominó que se cae y tira al resto, Guillermo de los Santos se fue expulsado por doble amarilla en la misma jugada, la primera fue por ir a buscar a Leonardo Sequeira, la segunda por gesticular y decirle algo al árbitro Gustavo Tejera. 36 minutos y la viola con uno menos.
Así planteado, Defensor miró el reloj con cariño. Pero no se quedó quieto, porque de contragolpe podría haber puesto el 1-0 en su favor si Claudio Spinelli hubiera pateado mejor un tiro cruzado. Acto seguido, Leo Fernández, que está intratable hace fechas, cuando se parecía que pedía el cambio porque parecía lastimado, la encontró en el área, dejó tres en el camino y pateó fuerte, abajo, para dejar el marcador 1-0 para Peñarol y con fe para el segundo tiempo.
Esas situaciones, en un partido que está apretado y donde no se veían errores por ningún lado, son demasiado pesadas como para desequilibrar el trámite. Peñarol capitalizó casi el único tiro al arco de los primeros 45 minutos.
2. Gol para mantenerse arriba
Álvaro Navarro le buscó la vuelta a su equipo para el segundo tiempo. Mandó dos cambios buscando aire nuevo y reorganización táctica para tratar de buscar el empate con un jugador menos. Quiso, pero no pudo.
Kevin Dawson comenzó a ser importante en el arco violeta. Lo atacaron por varios frentes y siempre respondió bien, sobre todo en un tiro de Jaime Báez, que parecía que se metía. Pasaban dos cosas cuando Dawson atajaba: primero, de sus pies salían las contras violetas para buscar el 1-1; segundo, la sensación de que cada vez tenía más trabajo y eso podía significar recibir un gol y que el partido se le fuera de las manos. Pasó lo segundo: Alan Medina, que había entrado en el segundo tiempo, dejó jugadores por el camino antes de definir con la pólvora seca. 2-0 y Peñarol festejó porque se sacó de encima un rival durísimo.
3. Lo que viene
Con la definición del torneo planteada en un mano a mano entre Peñarol y Nacional, bueno es repasar contra quiénes van a jugar en las dos últimas fechas. En la 14, pactada para los días 26 y 27 de noviembre, el carbonero visitará a Progreso en el Parque Viera, mientras que los bolsos irán a Maroñas para jugar contra Danubio; en la última, Peñarol recibirá en su casa a Fénix y Nacional volverá al Gran Parque Central para enfrentarse a Boston River.