En una auspiciosa presentación, Peñarol en el Campeón del Siglo derrotó a Boston River por 2-0 en los octavos de final de la Copa Uruguay 2023, clasificando a cuartos de final, que jugará el lunes próximo ante el ganador del partido que este martes jugarán Liverpool y Nacional.
El equipo de Diego Aguirre realizó su mejor presentación de lo poco que va de 2024, y mereció la victoria y la clasificación hacia la próxima fase de la copa que une a todas las expresiones del fútbol masculino de Uruguay.
Todo se definió en el segundo tiempo con goles de dos de los futbolistas que llegaron esta temporada: el primero fue de Eduardo Darias y el segundo de Nahuel Acosta.
Por sobre la importancia real de la clasificación a cuartos de final, donde seguro se le vendrá un juego de alta intensidad, sea Nacional o Liverpool, fue trascendente que por primera vez se pudiese asentar en momentos de buen juego del medio hacia adelante, de a ratos con muy buena gestión, algo que igual no pudo extender hacia la zona defensiva, donde la línea final y el arquero Washington Aguerre no pudieron desplegar un juego de calidad y entendimiento.
Gastón Ramírez, jugando al centro, fue un gran aporte al juego aurinegro mientras le dio el naipe.
Buen arranque
Peñarol tuvo un comienzo de alta intensidad que hizo volcar el juego por completo sobre el arco de Boston River. Así fue, por lo menos, en el primer cuarto de hora, cuando los aurinegros estuvieron en más de una oportunidad cerca de anotar el primer gol. Es más, hubo una situación extraordinaria cuando el árbitro pitó una falta técnica del arquero salteño Santiago Silva por haberla agarrado, soltado y vuelto a agarrar, y allí Maximiliano Silvera se avivó y rápidamente la jugó hacia atrás, pero increíblemente Leo Fernández, con el arco libre y al lado del área chica, no pudo encontrar el arco.
Boston River, con un equipo pleno de futbolistas que habían jugado en otros clubes, recién logró liberarse y pasar con cierto peligro a campo contrario más cerca de los 20 minutos, cuando atacó un par de veces tratando de hacer trabajar a Aguerre.
Llegando a la mitad del primer tiempo se puso picante el partido desde el punto de vista de las acciones de gol: en el minuto 24, después de una mala salida de Aguerre, lo tuvo el riverense Emiliano Gómez, pero Damián García la barrió en la línea; unos segundos después en una gran asistencia de Leo Fernández, Eduardo Darias definió apenas por encima del travesaño.
Sin embargo, hubo que esperar al segundo tiempo para que, en una carga profunda iniciada por el floridense Javier Cabrera, más asistencia exquisita de taco de Maxi Silvera, el remate bombástico de afuera del área de Darias abriera el marcador.
Buen final
Todo lo que había sucedido, con buenas intenciones ofensivas, buena dinámica y chispa de todo el frente de ataque del equipo planteado por Diego Aguirre tuvo su premio en el complemento, donde antes y después del golazo de Darias los locales fueron una tromba sobre el arco rojiverde y fueron sumando festejos: primero fue un golazo que al final no lo fue porque no subió al marcador por posición adelantada, después ya con los primeros cambios ofensivos llegó el golazo de Acosta, un futbolista de extrema calidad que seguramente en cuanto pueda afirmarse en la regularidad de una temporada podrá seguir cosechando lo mejor de sus cualidades técnicas, engaño, regate y potencia.
Lo cierto es que se la jugaron para el arranque del jugador que surgiera en Rentistas, en donde fue campeón, y Acosta ganó en carrera, se metió en el área, se escoró a la izquierda y sacó un zurdazo seco como una panadera en la nuca que atravesó las piernas de Silva y se metió en el arco, siendo un gol válido a pesar de la bandera en alto del asistente, porque el VAR tiró las líneas y confirmó que el de Nahuel era un golazo.
Después, a seguir tratando de ser un equipo ofensivo, sólido y afinado, incluso con los cambios. Hacía un tiempo que este Peñarol de Aguirre no conseguía una faena que permitiera el desagote del Campeón del Siglo con risas y tranquilidad.