Sven-Goran Eriksson falleció a los 76 años por cáncer de páncreas, enfermedad que le habían diagnosticado en enero de este año. En su momento, el exjugador y entrenador sueco lo hizo público en una emisora radial de su país: “Todo el mundo puede ver que tengo una enfermedad que no es buena, es cáncer, pero tengo que luchar contra ella el mayor tiempo posible.
En marzo fue su última aparición pública en un partido benéfico entre leyendas de Liverpool inglés y el Ajax holandés en Anfield; Eriksson dirigió a los reds en un encuentro que tuvo más de 60 mil personas en las tribunas.
Eriksson tuvo una discreta carrera como jugador entre 1966 y 1975 en diferentes clubes de Suecia. Dos años más tarde empezó a ejercer como entrenador y el camino fue maravilloso. Dirigió a la selección de Inglaterra en dos Mundiales -2002 y 2006-, a México, a Costa de Marfil en Sudáfrica 2010 y a Filipinas, donde se retiró en 2019 luego de no conseguir victorias en la Copa de Asia.
A nivel de clubes, saltó a la fama con el Göteborg de su país, con quien se coronó campeón de la liga sueca y de la Copa UEFA en la temporada 81-82. Eso lo llevó al gran escenario europeo, donde fue entrenador de Roma, Lazio, Sampdoria, Benfica y Manchester City, entre otros.
“Espero que me recuerden como un tipo positivo que intentaba hacer todo lo que podía. No lo lamenten, sonrían. Gracias por todo; entrenadores, jugadores, público; ha sido fantástico. Cuídate y cuida tu vida, y vívela, adiós”, había declarado Eriksson al diario británico Mirror, a modo de despedida con el público futbolero.