Con su segunda victoria consecutiva, Uruguay aseguró su clasificación a la próxima fase del XIV Campeonato Sudamericano de fútbol de salón que se está llevando a cabo en la ciudad de Sopó, Cundinamarca, a escasos 40 kilómetros de la capital de Colombia, en plena sabana de Bogotá, a 2.500 metros de altura sobre el nivel del mar.
La selección celeste, dirigida una vez más por el floridense Pablo de Palleja, que acaba de coronarse campeón nacional con la selección de Canelones, sumó su segunda victoria en dos días al derrotar el martes en los 40 por 20 metros del gimnasio de Sopó a la selección chilena por 5-1. El lunes, en el primer partido del campeonato, que no se jugaba a nivel de selecciones desde hace 11 años, los uruguayos aplastaron a Ecuador por 16 a 3 con tres goles de Santiago Suárez, Marcio Gentil, Ignacio Morella, dos de Vicente Romero y Román Cedres, y uno de Martín Aldave, Luciano González y Carlos Bruschini.
El partido correspondió al grupo C que uruguayos y ecuatorianos comparten con Brasil
El martes, en el interzonal que completa los tres partidos de cada selección por grupo (hay un grupo de cuatro selecciones y dos de tres), Uruguay venció por 5-1 a Chile con doblete de Santiago Suárez y uno de Luciano González, Marcio Gentil y Román Cedres.
El elenco celeste, vicecampeón mundial en 2023, ya logró la clasificación a la próxima fase y el miércoles a las 19.00 de Uruguay resolverá su posición para cuartos de final, porque para esa instancia los ocho clasificados se ordenan del primero al octavo en cuanto a los puntos obtenidos en la primera fase, de ahí se ordenan los cuartos con primeros contra octavo, segundo con séptimo, tercero con sexto y cuarto con quinto.
El grupo A está liderado por Paraguay, seguido por Venezuela, y cierran Perú y Panamá. En el grupo B, donde están la selección local Colombia, que además de su gran juego tiene como aliado el jugar a 2.500 metros sobre el nivel del mar y el conocimiento de la pelota con la que se juega allí, tiene también a Argentina y Chile, y el grupo C, el nuestro, que nos tiene como líderes, seguido por Brasil, que venció a Ecuador, pero perdió en el interzonal con Argentina, y los ecuatorianos, que parece serán los primeros eliminados del torneo.
Es la tercera vez que Colombia alberga la competencia. La primera vez fue en 1979 en el estadio El Campincito de Bogotá, donde el título lo obtuvo Brasil. La segunda fue en 2014, cuando la selección Colombia obtuvo su primer cetro en este nivel. Después se discontinuó como Sudamericano porque se apuntó a la disputa de los campeonatos panamericanos, ampliándose el alcance de la justa a la parte norte del continente.
Vivimos un momento único de la disciplina creada en Uruguay, que logró un desarrollo y una masividad en el mundo que la FIFA, en su intento de poseerla, terminó invadiendo y quedándose con el negocio, pero no con su espíritu, porque todos saben o deberían saber que, jugando para millones o para unos miles, lo que se juega es el viejo fútbol de salón, el que nació en Montevideo, en la esquina de Colonia y Río Negro, en donde está ahora ubicado el Juventus, pero donde estaba la Asociación Cristiana de Jóvenes en 1930.
Albion de Pan de Azúcar consiguió ser campeón sudamericano de clubes primero, y mundial después, y en el deporte que la FIFA se apropió, pero que seguro no es más que el fútbol de salón nacido en Uruguay en 1930 al que le cambiaron dos o tres cositas para apropiarse; Peñarol fue campeón de América.
Tras 11 años, ahora reaparece en la escena internacional el Sudamericano de Selecciones, con la participación de diez equipos que representan a todos los países de la región sur y que agrupa la Confederación Sudamericana de Fútbol de Salón que actualmente preside el uruguayo Mario Giménez.