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Carnicería en el Mercado Agrícola de Montevideo.

Foto: Ricardo Antúnez, adhocFOTOS

La génesis del acuerdo para mantener por un mes el precio de la carne, y la disputa por las causas entre frigoríficos y carnicerías

3 minutos de lectura
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Desde la industria niegan un aumento del precio de 25% en el año y creen que hubo “una falsa denuncia” de los carniceros, que esperan repuntar las ventas tras una caída que atribuyen a los valores del abasto.

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Leído por Andrés Alba.
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Tras gestiones realizadas desde el Instituto Nacional de Carnes (INAC) y otros representantes del gobierno, se llegó a un acuerdo a dos bandas con la industria frigorífica y los carniceros para congelar por 30 días el precio de los cortes con hueso y rebajar más de 100 pesos el asado de tira. Esta última medida fue aprobada en el Parlamento y se prevé que llegue al público el jueves, mientras que para los restantes cortes con hueso regirán las listas de precios del viernes pasado, sin poder modificarse los valores. Todas las partes se comprometieron a que la rebaja y el congelamiento llegue a lo que paga el consumidor final.

Esto surge como parte de otros acuerdos con actores privados que promovió el gobierno, como con productores para mantener por un mes el precio de los huevos o la liberación de la importación de pollo, en busca de contener la suba de precios. La inflación se ubicó en 8,8% en los últimos 12 meses a febrero, y la carne pesa 7% dentro de la canasta que mide el índice de precios del consumo (IPC). Los analistas esperan que siga cercana a 9% en los próximos meses y desde el gobierno se atribuye este episodio a los coletazos en los mercados internacionales por la guerra que inició Rusia.

Alfredo Belerati, presidente de la Cámara de la Industria Frigorífica, dijo a la diaria que el sector tiene algunas “complicaciones” por el conflicto bélico, ya que, por ejemplo, subieron los costos de insumos para producir, y hubo principalmente menudencias de carne que no pudieron ser colocadas en el mercado ruso.

Respecto de los precios de exportación, expresó que “están en niveles históricamente altos”, pero desde antes de la guerra, por factores como la fuerte demanda de China y Asia, que no se vio modificada. En agregado, Uruguay y Brasil aprovecharon la caída en las exportaciones argentinas, relacionada con medidas del gobierno de Alberto Fernández que restringió las ventas al exterior para priorizar el consumo interno.

Mientras tanto, los carniceros, eslabón final de la cadena en el caso de la carne no exportada, sufren una retracción de las ventas por un aumento del precio de la media res que estimaron en 25% en el año.

“El consumo interno es importante, no puede ser castigado por embates desde el exterior que presionan los precios al alza. Eso enseguida se notó en las ventas, había aumentos casi que semanales de todos los cortes y la gente se encuentra con que no le rinde el dinero. Se termina volcando al cerdo o pollo que tiene precios más estables”, expresó a la diaria el presidente de la Unión de Vendedores de Carne, Alfonso Fontenla.

Sobre la suba de precios, Belerati dio otra versión, que deslindó a los frigoríficos: hay “un mercado muy transparente y con competencia clara”, en donde los precios suben “en la misma medida que el precio de la hacienda”, que sí tiene relación directa a los valores de exportación. “Cuando sube el ganado, sube el precio interno; cuando baja, igual. También juega en la ecuación el tipo de cambio, pero no es el caso [el dólar está estable]. Los carniceros hablaron de subas de 25% y los datos del INAC que se pueden verificar dicen que el precio del abasto subió en lo que va de 2022 10%, y por ejemplo el del asado 3,7%”, sostuvo.

El representante de la industria dijo que la versión de los carniceros “falta a la verdad” y es “una denuncia falsa” que busca dejarlos “como los malos de la película” a los frigoríficos. Agregó que son comentarios “que alejan al consumidor, traen preocupación y generaron una campaña absurda, por la que ahora tuvimos que salir a calmar al mercado y dar tranquilidad a la gente”. Según planteó, esa alarma por el aumento de 25% no fue tal, provocó los contactos con el gobierno y el acuerdo para congelar los precios.

Congelados

“El gobierno nos planteó la preocupación por el precio de la carne. Tuvimos una reunión y dijimos ‘busquemos cómo podemos hacer’, nosotros damos una mano sin problema. Sí que desde el gobierno haya alguna señal, como sacar el IVA a la carne con hueso; eso no [se puede, fue la respuesta], bueno que sea al asado. Por nuestro lado, congelamos los precios de la carne por 30 días para salir de esta circunstancia de la que no somos arte ni parte, tenemos sólo los golpes por las consecuencias”, indicó el presidente de la Cámara de la Industria Frigorífica.

Al no ajustar las listas de precios por un mes, según lo pactado con el gobierno por parte de los frigoríficos, se mantendrá el precio en las carnicerías. “Nos da tranquilidad que no habrá un remarque [de los precios del abasto] y podemos ver si puede surgir una promoción en particular con algún corte”, dijo Fontenla desde la visión de los carniceros. Sobre el acuerdo, evaluó: “Para el asado exonerado de IVA no vamos a tener margen de ganancia. Mientras que al congelar los precios, los frigoríficos sacrifican cortes que no van a poder vender al exterior y son volcados al mercado interno, así se asegura una buena calidad. El gobierno cede algo de la recaudación, y todos buscamos que se dinamicen las ventas”.

Lo que se “pactó”, dijo Fontenla, es vender el kilo de asado a 230 pesos, cuando hoy está entre 300 y 350 pesos. La fórmula es así: “Si los frigoríficos cumplen con la cantidad destinada al mercado interno [un millón y medio de toneladas]”, se baja más de 100 pesos “sin el IVA [una tasa de 10%] y con los carniceros sacrificando su margen de ganancia”. Se espera que el nuevo precio comience el jueves, y si bien no se trata de un valor obligatorio, el presidente de la Unión de Vendedores de Carne dijo que estará en la mayoría de los 2.500 puntos de venta que hay en el país.

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