El dato
La desigualdad, medida a través del índice de Gini, aumentó 1,1 puntos porcentuales (pp) desde la pandemia y pasó de 38,3 a 39,4. Además, los ingresos que obtuvo el 10% de mayores ingresos en 2023 fueron 11,7 veces superiores a los que percibió el 10% de menores ingresos. Este ratio en 2019 había sido 11,1. El aumento de la desigualdad producido durante la pandemia no sólo no se revirtió parcialmente, sino que mantiene una tendencia creciente.
El contexto
¿Qué indicadores se usan para medir la distribución del ingreso?
Los gráficos muestran dos indicadores clásicos para medir la desigualdad de ingresos: el índice de Gini y el ratio de ingresos entre el decil 10 y el 1. El índice de Gini es un indicador que varía entre cero y 100. En un extremo, toma el valor 100, en un caso hipotético de desigualdad absoluta en el que un solo individuo concentra la totalidad del ingreso. En el otro extremo, toma el valor 0, en el hipotético caso en el que la sociedad es completamente igualitaria en materia de ingresos. Este índice se calcula a partir de la multiplicación del coeficiente de Gini (que varía entre 0 y 1) por 100. En efecto, un aumento del índice de Gini implica una mayor desigualdad de ingresos en la sociedad, mientras que su baja refleja una mejora en la distribución del ingreso.
Por su parte, el ratio de ingresos entre el decil 10 y el 1 es el cociente entre el ingreso que obtiene el 10% de mayores ingresos (último decil) y el 10% de menores ingresos (primer decil). Al igual que el índice de Gini, los aumentos del ratio indican una mayor desigualdad. Por ejemplo, en 2019 en Uruguay el ratio de ingresos era 11,1, lo que implica que el decil más rico se apropiaba de poco más de 11 veces más ingreso que el decil más pobre.
Es reconocido que las encuestas de hogares no logran capturar de manera precisa los ingresos de las personas de muy altos ingresos (la cola derecha de la distribución), por lo que suelen subestimar el nivel de desigualdad de ingresos de la sociedad.
¿Qué fuente de información se utiliza para su cálculo?
Ambos indicadores se calculan a partir de la Encuesta Continua de Hogares (ECH) que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE). Sus resultados son publicados de forma anual por dicho instituto. Es reconocido que las encuestas de hogares no logran capturar de manera precisa los ingresos de las personas de muy altos ingresos (la cola derecha de la distribución), por lo que suelen subestimar el nivel de desigualdad de ingresos de la sociedad. Por este motivo su análisis suele ser complementado por estudios que utilizan como fuente de información registros tributarios, para contribuir a capturar con mayor precisión los ingresos muy altos. Por ejemplo, los estudios que se dedican a analizar al 1% de la población de mayores ingresos, quienes suelen tener ingresos de magnitud y composición muy diferente al restante 99%.1
Pese a estas limitantes, los indicadores que resultan de las ECH aportan valiosa información, y permiten hacer un seguimiento de la evolución de la desigualdad a lo largo del tiempo y facilitan la comparación entre países.
¿Qué sucedió con la desigualdad de ingresos en Uruguay en 2023 respecto a 2022?
La desigualdad de ingresos en Uruguay no registró variaciones en 2023 respecto al año inmediatamente anterior, en tanto las diferencias en las estimaciones estuvieron dentro del margen de error, según informó el INE. En 2023, el índice de Gini fue 39,3 y el ratio de ingresos, 11,7. En 2022, dichas estimaciones fueron de 38,9 y 11,6 respectivamente.
Al estar dentro del margen de error estadístico, no puede afirmarse que la desigualdad de ingresos haya variado en 2023 con respecto a 2022.
¿Qué sucede si se analiza su comportamiento desde la pandemia?
Si se amplía la mirada, se observa que la desigualdad viene mostrando una trayectoria creciente, producto de la suma de variaciones anuales que individualmente consideradas no son significativas, pero que en el global sí lo son.
Medida a través del índice de Gini, aumentó 1,1 pp desde la pandemia, y pasó de 38,3 a 39,4. Pese a que el INE no publicó los márgenes de error para el Gini, se trata de una magnitud relevante para un indicador que suele variar poco.
Según el Panorama social de América Latina y el Caribe (2023), de 12 países de la región analizados, nueve lograron alcanzar en 2022 niveles de desigualdad inferiores a los que registraban antes de la pandemia. Uruguay es uno de los tres países analizados que no lograron retornar a los niveles previos.
Por su parte, el ratio de ingresos desmejoró 0,6 pp de 2019, cuando el último decil obtuvo ingresos 11,1 veces mayores a los del primer decil. Como muestra el gráfico, el mayor valor de esta serie desde el retorno de la democracia se registró en 2004, cuando el último decil obtuvo casi 20 veces más ingresos que el primer decil, y la menor estimación se obtuvo en 2018, cuando la relación fue de 11 a 1.
Durante la pandemia desmejoró la desigualdad de ingresos, y en Uruguay esa tendencia se mantuvo en los años siguientes, un fenómeno que no fue exclusivo para el país, pero sí es minoritario en la región. Según el Panorama social de América Latina y el Caribe (2023), de 12 países de la región analizados, nueve lograron alcanzar en 2022 niveles de desigualdad inferiores a los que registraban antes de la pandemia. Uruguay es uno de los tres países analizados que no lograron retornar a los niveles previos. En este caso, además, mantuvo una tendencia creciente.
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Ver Gráfico de la Semana del 11 de marzo de 2024 con base en datos del portal distribuciones.info: https://ladiaria.com.uy/economia/articulo/2024/3/grafico-de-la-semana-como-se-distribuye-el-ingreso-en-america-latina/ ↩