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Vinculación con el medio a 50 años del Inco: De dónde venimos y a dónde queremos ir

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El objetivo de esta nota no es develar ningún misterio relacionado con el origen o destino del universo, sino tratar de transmitirle al lector algo de la rica e interesante historia de la vinculación con el medio del Inco en sus primeros 50 años de vida, así como brindar un panorama de lo que podemos y queremos hacer actualmente en lo que respecta al relacionamiento externo del instituto.

El Inco de la Facultad de Ingeniería (Fing) cuenta, desde su nacimiento en 1967 como Centro de Computación de la Universidad de la República (CCUR), con una rica historia de relacionamiento con organismos e instituciones públicas y privadas, mediante convenios y proyectos de distinta índole. Incluso antes de la llegada en 1968 de la primera computadora, la ahora legendaria IBM 360/44, los investigadores de la Fing brindaban asesoramiento computacional, utilizando la computadora científica que el Instituto de Cálculo de la Universidad de Buenos Aires ponía a disposición de los uruguayos, por medio del contacto con el matemático argentino Manuel Sadosky, quien luego tendría un papel fundamental en el desarrollo de la informática en Uruguay. También usaban un equipo instalado en las oficinas de Montevideo de la empresa IBM. Algunos ejemplos de vinculación con el medio llevados a cabo en esos años: el procesamiento de modelos de optimización para el sistema hidroeléctrico de la cuenca del Río Negro para UTE, la liquidación de sueldos para la Udelar y para el Casmu, estudios estadísticos para las facultades de Agronomía y Medicina, y los sistemas de bedelías para las facultades de Derecho y Ciencias Económicas y UTU. Quizás el proyecto más emblemático y conocido llevado a cabo en la IBM 360/44 en esos tiempos fue el procesamiento para el Instituto Nacional de Estadística (INE) de los datos del Censo de Población y Vivienda de 1963. Dicho procesamiento requirió el ingreso de alrededor de 2,6 millones de tarjetas perforadas y se pudo hacer en 150 horas de cómputo, lo que hubiera llevado la friolera de 587 años de trabajo de una persona.

La máquina de IBM contaba con un poder de cómputo muchísimo menor que la de cualquier computadora personal de nuestros días, incluso la de una computadora de bolsillo como la de los teléfonos celulares actuales, a pesar de que sus dimensiones eran similares a las de un gran refrigerador y que su costo, a valores actualizados, fue de tres millones y medio de dólares estadounidenses.

Este período de la historia de la computación en Uruguay se vio interrumpido por el advenimiento de la dictadura cívico-militar de 1973. Finalizada la dictadura, en 1985 comenzó lo que hoy denominamos la “refundación” del Inco. En este período de reconstrucción del instituto, el objetivo fundamental era atender a los aproximadamente 1.000 estudiantes que ingresaban cada año a las carreras de computación que brindaba la Fing, luego de haberse eliminado el cupo de inscripción del período dictatorial. Hasta bien entrada la década del 90, la vinculación con el medio se daba de manera informal mediante el asesoramiento a diversas reparticiones públicas (ministerios, entes autónomos, ANEP, Udelar, etcétera), como describe el profesor Juan José Cabezas, por entonces director del Inco: “Te llamaban por teléfono y luego venían o vos ibas”. En los años 90 se realizó un convenio con UTE, por medio del Centro de Cálculo (Cecal) y en conjunto con el Instituto de Ingeniería Eléctrica de la facultad. Se firmaron también convenios con los bancos Hipotecario, Central y de Seguros del Estado, y con la empresa Conaprole, con el fin de minimizar el total de kilómetros recorridos para la recolección de leche. En los convenios con Conaprole de estos años, además de docentes del Inco y de técnicos de la empresa, participaron docentes del Instituto de Agrimensura, del Cecal y técnicos del Instituto Geográfico Militar y del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, con el fin de desarrollar la infraestructura necesaria tanto de equipamiento como de datos, para el apoyo en la toma de decisiones. La viabilidad inicial del proyecto estaba planteada en obtener un ahorro de 5% en kilómetros recorridos por litro de leche recolectada, respetando ciertos requerimientos, por ejemplo, de cantidad máxima de camiones cisternas, de horarios, tiempos y distancias, entre otros. Luego de dos años de puesta en marcha del proyecto en una de las áreas de la empresa, el resultado fue de un ahorro mayor a 15% en kilómetros recorridos por litro de leche, superando ampliamente las expectativas iniciales, y generando capacidades en la empresa para mantener y ampliar el trabajo realizado.

Los años 2000 pueden considerarse como los comienzos de un período de consolidación del instituto. El plantel docente había crecido considerablemente desde su refundación, contando con varios doctores formados en el exterior y los primeros formados en el medio local mediante el Programa de Desarrollo de Ciencias Básicas. Esto, junto a una penetración cada vez mayor y sostenida de la informática en las diversas áreas de la industria, lleva a que la cantidad de convenios y proyectos de vinculación con empresas del medio se incremente. En esta última etapa, el Inco ha llevado a cabo convenios con organismos públicos y privados de diversa índole, por ejemplo: Administración Nacional de Puertos, Aduanas, AN- CAP, ANEP, BPS, BROU, Consejo de Educación Secundaria, COPSA, Genexus, Intendencia de Maldonado, Intendencia de Montevideo, Instituto de Colonización, Instituto Pasteur, Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, Plan Ceibal, entre otros. A manera de ejemplo, en 2017 se celebró un convenio específico con la Corte Electoral para hacer un diagnóstico y proponer medidas para la actualización de su Centro de Cómputos, y están previstas otras actividades a futuro en esta dirección. Además de trabajos de asesoramiento e investigación mediante convenios, existen otras formas de vinculación con el medio, por ejemplo los proyectos de fin de carrera que llevan a cabo los estudiantes de grado con la supervisión de docentes del instituto. Un buen ejemplo de ello es el desarrollo de una herramienta computacional basada en programación matemática para la distribución de unidades habitacionales en cooperativas de vivienda, optimizando la satisfacción de los socios, realizado en 2016.

En la actualidad, el Inco cuenta con distintos grupos académicos de investigación, que trabajan e investigan en diferentes líneas de tecnologías de la información, por ejemplo: seguridad de la información, mejora de procesos en el desarrollo y pruebas de software, inteligencia artificial, robótica, sistemas de información geográfica, análisis predictivos, modelado y optimización de problemas de planificación y transporte, computación de alto desempeño, análisis de opiniones en redes sociales, integración e interoperabilidad de sistemas, diseño centrado en usuarios, informática en salud y muchos otras más. Uno de nuestros objetivos es consolidarnos como un referente en la transferencia tecnológica de la informática de la academia a la industria, impulsando el relacionamiento con empresas tanto del sector público como privado. Para ello creemos que la generación de vínculos estables, de cooperación a largo plazo, mediante convenios y proyectos, es una buena forma de generar capacidades de ambos lados, y lo que nos va a ayudar a destacarnos en un entorno cada vez más dinámico en materia de tecnologías de la información.

Pedro Piñeyro | Profesor adjunto del Instituto de Computación (Inco), Fing, Udelar. prodirector de relacionamiento con el medio del Inco.

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