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Pelota al Medio a la Esperanza, en el complejo polideportivo de Old Christians Club. Foto: Alessandro Maradei (archivo, enero de 2018).

1.300 escolares participan en el proyecto Moña, que apunta a fortalecer la convivencia, con el deporte como excusa

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Surge de un convenio entre Pelota al Medio a la Esperanza y el Consejo de Educación Inicial y Primaria.

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Antonio Tony Pacheco, referente de Peñarol; Sebastián Papelito Fernández, de Nacional; Juan Manuel Gaminara, capitán de Los Teros; y Bruno Fitipaldo, capitán de la selección uruguaya de básquetbol, tienen en común su desempeño en el deporte nacional y su compromiso con el proyecto Moña. Pelota al Medio a la Esperanza, el programa del Ministerio del Interior (MI), hizo un convenio con el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) para trabajar, al menos dos veces por semana, con estudiantes de 21 escuelas de Montevideo en las que actúa la Policía de Alta Dedicación Operativa (PADO). El coordinador del programa, Agustín Iparaguirre, comentó a la diaria que el objetivo es reforzar la buena convivencia en las zonas que más lo necesitan: “Con el deporte como excusa, como actividad que convoca a los niños, queremos trabajar en torno a la convivencia y la prevención de la violencia”.

El proyecto Moña se propone complementar las actividades deportivas y de recreación con talleres culturales, de cocina, de comunicación y salidas didácticas, además de charlas con los referentes deportivos. La idea es trabajar con los estudiantes de cuarto y quinto año de primaria, “porque se busca generar una continuidad, trabajar con ellos al menos dos años para generar un mayor impacto”, destacó el coordinador. Algunas de las escuelas ya comenzaron con las actividades, y después de la Semana de Turismo se integrarán las restantes; Iparaguirre aseguró que por el momento los estudiantes que participan “la están pasando muy bien: a los niños les gusta jugar, se motivan mucho y son muy receptivos con las actividades”.

Las 21 escuelas que entraron en el convenio con el CEIP son de tiempo completo o de tiempo extendido; las actividades deportivas y de recreación entran en la grilla como parte de los talleres que tienen a contraturno de las actividades curriculares de aula. Está previsto que dos veces por semana tengan una hora de recreación y deporte, que pueden alternarse con alguno de los talleres o con salidas didácticas. El coordinador mencionó, a modo de ejemplo, las recorridas en el teatro Solís, los paseos a los complejos polideportivos con los que tienen convenio, los clubes cercanos a la rambla e incluso viajes a Piriápolis.

El programa Pelota al Medio a la Esperanza trabaja desde 2010 con adolescentes. Su participación en las escuelas comenzó en 2016 en Malvín Norte, y ahora, que ya pasaron dos años de actividades con el mismo grupo, Iparaguirre puede ver un cambio en el barrio: “Hubo una integración más familiar gracias a las actividades de los niños con los padres. También vemos niños más integrados entre ellos, y las maestras nos dicen que han levantado su rendimiento. Es algo que nosotros les pedimos, es necesario que trabajen en el aula. Sobre todo, se ve una mejora en su autoestima, están mucho más fortalecidos porque ven que otra realidad es posible. Ese es un logro”. El coordinador resaltó que “lo importante es poder trabajar con ellos en talleres y hacer actividades fuera de la escuela, incluso fuera del barrio, como forma de integrarse y para que tengan otras posibilidades”.

El proyecto Moña no se podría definir como una política deportiva, porque su objetivo central es fortalecer la convivencia. Buscan también que los niños sean promotores de convivencia y que logren “apropiarse del espacio público, desarrollar actividades saludables” y que también se pueda “retenerlos en las escuelas, que logren un buen pasaje por esa etapa”, señaló Iparaguirre. El equipo de trabajo está compuesto por 15 profesionales de distintas áreas: profesores de educación física, recreadores, psicólogos y talleristas, muchos de los cuales ya trabajaban con Pelota al Medio a la Esperanza.

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