La argentina Verónica Perosi es maestra, licenciada en Ciencias de la Educación, magíster en Didáctica y docente de la maestría de Tecnología Educativa de la Universidad de Buenos Aires. Fue la encargada de inaugurar el espacio #EnlaceVivo de la Red Global de Aprendizajes de Plan Ceibal: todos los días a las 15.00 la docente Ana Laura Pérez conversa con un especialista en una transmisión en vivo de Instagram e interactúan con quienes escriben en el momento.
Perosi habló sobre la educación virtual y brindó consejos mientras desmenuzaba algunos desafíos a los que se enfrentó la educación argentina en las últimas semanas, cuando, al igual que Uruguay, la pandemia de Covid-19 hizo que las clases se suspendieran.
Cuando se tomaron medidas a nivel del sistema educativo, Argentina, como otros países, se vio obligado a “pensar formas de enseñar en escenarios digitales, con relaciones mediadas por lo virtual, con estudiantes autorregulando procesos, todos temas propios de la educación a distancia pero que no habían interpelado a los centros educativos hasta ahora”, describió Perosi.
Así las cosas, un primer desafío al que se enfrentaron fue “no perder el sentido común” de lo que hace a la tarea docente: “Revolear actividades y contenidos no tiene sentido; tuve que llegar a pedir que no usaran más la palabra ‘tarea’, para que sea más una propuesta hacia los estudiantes”.
Según explicó, “recuperar el sentido común tuvo que ver con pensar la mediación y la construcción de esa relación en el marco de un entorno digital. También con hacer una propuesta y después hacer una devolución; con ponerle voz y cara a lo que hacíamos, mostrarnos, escucharnos, porque aunque la relación está mediada tenemos que estar cerca. Y se relaciona con pensar lo que hacemos; no podíamos tirar actividades de Matemática, Lengua, Inglés, Sociales o varias en el mismo día, sino pensar la semana, o tomar un período de tiempo”.
“Nos encontramos con un desafío que es el mismo que antes, pero en otro marco”.
Para Perosi estos aspectos son “de sentido común” porque “es lo que hacemos todo el tiempo, pero algo pasó en esos primeros días, esas primeras sensaciones, que tuvo que ver con la necesidad de llenar, aunque sabemos que en educación lo importante es hacer foco, cuidar a nuestro estudiantado. Por eso el primer desafío fue recuperar el sentido común”.
Humanizar el vínculo
“Una vez que pudimos recuperar el sentido común en aquello que hacemos, volvimos a pensar en el centro de la pedagogía, la volvimos a humanizar en estos escenarios que son complejos y digitales. En esto nos encontramos con el desafío de aprender otra vez a escuchar a las familias, a los equipos docentes y a los estudiantes”, comentó Perosi. Según la especialista, la escucha es necesaria no sólo para la contención psicológica que requiere estos momentos, sino “para aprender a ser flexibles, albergar diversidad de situaciones y necesidades, y que las propuestas pedagógicas contengan esa diversidad”.
“Los desafíos de estas semanas también se relacionan con la humanización de un vínculo mediado con tecnologías. Volver a hacernos preguntas que tienen que ver con crear propuestas pedagógicas de nuevos tipos, tomar entornos tecnológicos que enriquezcan quién soy yo como docente y mis líneas de trabajo. Usar Instagram porque sus chicos lo usan es una de las estrategias, tienen que poder usar este escenario para demostrar quiénes son como docentes”, aseguró Perosi.
En este sentido, la argentina propone “experimentar propuestas responsablemente”, y eso implica, entre otras cosas, aprender de los estudiantes y sus necesidades, tener una escucha comprensiva y proactiva y construir comunidad educativa “con nuevas propuestas en un escenario complejo y demandante”. Sin embargo, la innovación no requiere “inventar algo extraño”, sino “organizar nuevas rutinas que capturen algo de la presencialidad y pasarlo a la virtualidad, como la canción de bienvenida que hay en la sala de cuatro y cinco años a una canción en casa; lo que hacemos es capturar el valor de esa rutina para generar un vínculo”.
“Nos encontramos con un desafío que es el mismo que antes, pero en otro marco”.
A las familias: paciencia
Durante la charla, los docentes que participaron en el vivo dejaron en claro que su mayor preocupación es lo vincular. Tener contacto con los estudiantes y ayudarlos a pasar por esta situación debería ser una prioridad, explicó Perosi, y aseguró que es clave ayudar a estudiantes y familias a generar una rutina. “Nos encontramos con un desafío que es el mismo que antes pero en otro marco, organizar el ritmo de trabajo, y eso es algo que nos piden sobre todo las familias. Estas orientaciones, que son más psicopedagógicas, tienen que formar parte de lo que ofrecemos a las familias, no sólo preocuparnos por la tarea y la actividad; trabajar lo vincular es construir comunidad educativa en estos tiempos”, puntualizó.
“Algunos padres están disconformes y los motivos pueden ser múltiples. Tener a los chicos en casa es difícil; muchos padres pueden estar preocupados por su situación laboral, a veces no hay suficientes dispositivos en la casa para todos los miembros, o la conexión a internet es compleja. Todo eso tenemos que poder alojarlo en la escucha y en la propuesta didáctica. Un poco de sentido común y mucha construcción didáctica fuerte, sin recetas, trabajando de la forma en la que estábamos, volviendo a la esencia de las propuestas, es la clave”, opinó Perosi.
Una de las propuestas más contundentes, según la investigadora, es la organización de la semana entera para que las familias puedan a su vez organizar los tiempos de actividad, de conexión y de acompañamiento. “Si nosotros podemos transmitir un plan de la semana, para las familias es más fácil acompañar, además hace más fácil que los estudiantes puedan trabajar en grupo, con propuestas combinadas que son más potentes”.
Perosi detalló cinco consejos que le parecen útiles para los docentes (ver recuadro), y como extra insistió en la importancia del sentido común: “No vamos a pedirles a los chicos que hagan un instrumento con arroz, no vamos a pedirles que usen papel higiénico, no vamos a pedirles que usen brillantina, porque no pueden salir a comprarla. Las propuestas tienen que ser bien flexibles en esto y tener en cuenta las capacidades limitadas de conexión de los estudiantes”.
También invitó a los docentes a visitar las páginas de museos, bibliotecas, centros culturales, cines y televisión, que abrieron muchos recursos. “Es la oportunidad de conectar con un montón de experiencias, hay que estar sensibles a cómo podemos integrar propuestas del ámbito de la cultura y otro montón de herramientas, aplicaciones y repositorios. La recomendación es no desesperarse con las herramientas: primero construir la planificación y después ver qué herramientas se necesitan para construir ese objetivo”. Ante todo, Perosi destacó: “Vamos a tener que ser flexibles a lo que está pasando y a los escenarios que se pueden abrir, que son impredecibles”.
Cinco consejos para pasar la pandemia
“Somos docentes, los estudiantes nos tienen que poder reconocer; no puede darnos vergüenza hacer un video o un audio, necesitan escucharnos y vernos para saber que estamos, encarnarnos como docentes en el escenario virtual. Eso, aparte de aportar al vínculo, nos permite trabajar contenidos que nos interesan, lo mismo que hacemos en el aula pero pensándolo en el marco de la colaboración digital”.
“Tomar tópicos o proyectos que nos ayuden a entramar propuestas de distintas áreas. Interpelemos a los estudiantes tematizando las semanas, eso nos va a ayudar a hacer sinergia y a no sentirnos solas en el marco del desarrollo de las propuestas”.
“Pensar tareas en grupos y diversas, tener claro cuáles son las distintas posibilidades –porque nada es obligatorio en este contexto, nadie puede sentir que está en falta si se le cortó la luz en la casa–. Generemos una batería de instancias donde los estudiantes se puedan contactar. No se trata sólo de pararse a dar clase, hay una oportunidad de mirarlo distinto.
“Si proponemos hacer algo, lo tenemos que reconstruir, tomar la producción estudiantil y hacer algo con eso”.
“El aula y el más allá. Busquemos que lo que hagamos sea para otros, para los abuelos que necesitan ser cuidados, para mis compañeros de curso, para mis hermanos más chicos que no saben qué hacer o para los padres. Es la oportunidad de acompañar a esta nueva generación en un momento terriblemente difícil, esta es la oportunidad para educar”.
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