Los sindicatos de la educación plantearon su preocupación sobre más de 3.000 estudiantes de la educación media que la UTU no puede albergar y, por lo tanto, deben ser reconducidos a Secundaria. En el marco de los planteos sobre la elección de horas docentes al inicio del año lectivo, la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay (CSEU) reclamó que Secundaria cree los grupos de antemano con base en datos de años anteriores, ya que es un fenómeno que se repite.
En diálogo con la diaria, el coordinador de la CSEU y presidente de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (Fenapes), José Olivera, dijo que el director general de la UTU, Juan Pereyra, admitió en una reunión bipartita que la institución no puede recibir a muchos estudiantes porque no tiene condiciones de infraestructura o inscripciones suficientes para abrir más grupos en algunas escuelas técnicas.
Según estimó Olivera, en años anteriores, la Dirección General de Educación Secundaria (DGES) recibió anualmente entre 3.000 y 4.000 estudiantes que no pudieron ingresar a la UTU. En la misma línea, dijo que la directora general de Educación Secundaria, Jenifer Cherro, manifestó en la reunión bipartita que es un secreto a voces que en muchas localidades del interior la UTU no puede albergar a todos los estudiantes que piden la inscripción en ese subsistema.
El presidente de la Fenapes reclamó que lo que las autoridades reconocen en privado sea planteado en público, ya que siempre son los trabajadores quienes deben informar a las familias de la falta de cupos.
Según planteó, no se trata de un problema surgido en el actual gobierno, sino que tiene al menos ocho o nueve años, cuando “se le vendió” a la gente que podía anotar a sus hijos en cualquier centro educativo. El sindicalista indicó que una cuenta sencilla permite reparar en que ello no es así: en el país hay 2.000 escuelas públicas, pero apenas 400 centros de educación media.
De todas formas, señaló que el año pasado la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) dejó sin ejecutar 83 millones de dólares de su presupuesto que, por ejemplo, se podrían haber utilizado para atender esta y otras problemáticas que a diario enfrentan los centros educativos. Sobre este punto, el presidente de la Fenapes analizó que la ANEP dejó sin utilizar recursos para poder volcarlos este año a la aplicación de la reforma curricular, para lo que no obtuvo fondos adicionales en la pasada Rendición de Cuentas.
En particular, Olivera se mostró preocupado porque la DGES sea el único subsistema que desde 2020 “fue bajando sistemáticamente su participación en el presupuesto global de la ANEP”. El sindicalista relacionó ese proceso con la proyección de grupos que al finalizar el año la DGES hace para el siguiente. Según amplió, en esa instancia el organismo ha recortado 150, 160 y hasta 180 grupos, cifra que después se revierte parcialmente cuando, por distintos motivos, como el traspaso de estudiantes de la UTU, se deben crear nuevos grupos. Al propósito, Olivera dijo que este año ya se crearon casi 100 –y van a tener que crearse más– con relación a la primera proyección de grupos, de noviembre del año pasado.
El presidente de la Fenapes descartó que esa situación se deba a falta de planificación, y dijo que tiene que ver con la necesidad de “ajustar”, algo que desde el sindicato ven especialmente en liceos de bachillerato. Olivera lamentó que, ante este tipo de escenarios, muchos estudiantes se terminan desvinculando del sistema. Por ejemplo, mencionó que en el caso de los estudiantes que ahora sean anotados en Secundaria después de no tener lugar en la UTU, en el mejor de los casos van a empezar las clases después de Turismo, ya que primero se tienen que crear los grupos, luego se llama a la elección de horas y se coordinan los horarios entre los profesores designados, proceso que lleva tiempo.
2024 y más allá
Esta semana, la regional de Montevideo de la Asociación de Funcionarios de UTU reportó que sólo en la capital había cerca de 600 estudiantes anotados en lista de espera, aguardando la creación de grupos para poder iniciar las clases. Consultado por la diaria, el consejero docente en la ANEP, Julián Mazzoni, compartió su preocupación por la situación de esos estudiantes y apuntó que se trata de una cifra “no menor”. Según dijo, el tema fue abordado en la sesión del Consejo Directivo Central de esta semana y el director general de la UTU dijo que estaba en vías de solucionarse.
En diálogo con la diaria, Pereyra dijo que la institución ya abrió muchos de los grupos que reclamaba el sindicato y que a este viernes los estudiantes de la capital que siguen en lista de espera son menos de 100. Al respecto, señaló que para crear un grupo la institución espera a tener una cifra base de inscriptos, la que varía según el contexto del centro educativo.
Según dijo, la demora en la creación de los grupos en algunos casos se debe a que los estudiantes se anotaron en forma tardía y otras veces un estudiante que quiere cursar una propuesta educativa y no encuentra lugar en una escuela técnica se anota en otra, lo que genera que se engrosen los números de las listas de espera. En otros casos, que por lo general se suelen dar en el interior, los grupos tienen la cantidad de estudiantes necesaria, pero no se encuentra un profesor que pueda dar la materia, por lo que el inicio del curso queda en pausa hasta que se encuentre a un docente.
No obstante, reconoció que existió una demora innecesaria en la creación de algunos grupos, que se originó porque la persona responsable de crearlos estaba en el interior. Pereyra señaló que esa situación “no fue correcta” y generó un atraso de una semana para que se pueda formar el grupo.
Consultado sobre la cifra de entre 3.000 y 4.000 estudiantes que, según los sindicatos, Secundaria recibe anualmente porque no se pudieron anotar en propuestas de la UTU, Pereyra respondió que no tiene certeza de ello porque no maneja los números de la DGES. De todas formas, aseguró que todos los estudiantes que se anotaron en la institución “van a tener un lugar en la educación pública”, más allá de la propuesta de la que se trate.
Entre 2011 y 2020 la matrícula de la educación técnico-profesional registró un marcado aumento, hasta una leve caída en 2021 y una estabilidad en los últimos dos años. Sobre esto, Pereyra señaló que la caída se explica por la baja de la matrícula en ciclo básico, que se asocia a motivos demográficos; en tanto, dijo que se está registrando un “desplazamiento” de alumnos hacia bachillerato y las propuestas de educación terciaria de la institución, que registraron un importante aumento y llevaron a que el ingreso a muchos cursos deban sortearse porque superan los cupos disponibles.
De todas formas, planteó que, según estimaciones de la institución, este año la matrícula general crecerá entre 5% y 10%. Para enfrentar ese escenario, Pereyra detalló que se plantean crear nuevos grupos donde las condiciones edilicias lo permitan y, al mismo tiempo, construir nuevos centros educativos. Según detalló el jerarca, en la actual administración se llevan inauguradas 42 nuevas sedes y proyectan construir unas diez más, de forma de llegar a localidades donde actualmente no están presentes y mejorar el acceso en zonas donde ya existen propuestas.