El debate sobre el aborto legal en Argentina está en las casas, las calles, las escuelas y prácticamente todos los espacios. Nadie está ajeno. Todas y todos saben que hoy se votará un proyecto de ley que podría legalizar el aborto.
Adolescentes y mujeres jóvenes visten con sus pañuelos verdes la ciudad. Algunos institutos superiores, como el Nacional de Buenos Aires, el Pellegrini y otros grandes centros educativos del centro de la capital del país fueron decorados para la ocasión. Aunque se decidió no ocupar los liceos, las adolescentes pasaron largas horas en la puerta y en los alrededores con carteles y cantos que pedían que el aborto sea legal, seguro y gratuito.
Pusieron pañuelos, telas o retazos verdes en todos lados. Intentaron sacar los carteles pro vida con los que se cruzaron, pararon el tráfico, coparon las veredas para hablarle a la gente.
“Aborto legal en cualquier hospital, educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir” son algunas de las frases que se escuchan en los cánticos.
En todos lados se ven los pañuelos verdes: en las mochilas, en los puños, en los cuellos.
Pero no todo es verde en Buenos Aires. En muchas partes hay carteles que piden “por las dos vidas”. Frente al Congreso hay una movilización pro vida constante. No son muchos, algunas decenas. Tienen bombos y redoblantes; sin duda producen mucho ruido, al punto de que se hace difícil entender la letra de sus canciones. Dicen algo así como: “Marchamos por la vida de los dos”. Recitan a ritmo de canción de estadio. Cruzando el semáforo, cortan la calle. Varios autos les tocan la bocina en apoyo, en general son familias con muchos niños.
Hoy esta zona espera recibir dos millones de personas pro aborto legal que, expectantes, participarán desde la calle en la discusión de los senadores.
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