Sí, el título quedó medio largo. Pero no tan largo como el sentimiento de crispación que provocaba en los usuarios de Windows, el popular sistema operativo de Microsoft, la aparición del cartel que advertía que podían ser víctimas de una falsificación de software, afortunadamente discontinuado a partir del pasado lunes.
“Qué carajo me importaba, hermano; al contrario, me aparecía tanto el cartelito ese, que hasta me daban ganas de ser víctima de una falsificación de software”, explicó Bill Gates, dueño del gigante de la computación y que tampoco pagaba Windows, aun siendo quien lo inventó: “Sí, ni yo lo pago. Vamos a dejar de mentirnos entre nosotros mismos, vamos a sacarnos las caretas, así sea un rato”, agregó.
“Mirá si con todos los problemas que tiene la gente, alguno se va a preocupar por si en una de esas es víctima de una falsificación de software, jajajajajajaja, se me ríen las bolas, no seas malo”, siguió un jocoso Gates, quizás algo borracho, no lo sabemos. “Aguante la falsificación de software, caretas”, concluyó Bill, quien acto seguido se tomó la entrepierna y se retiró por donde vino.