El intendente de Maldonado, Enrique Antía, inauguró un monumento a Francisco Piria en la Rambla de los Argentinos bajo el cuestionamiento de la Comisión Nacional de Patrimonio y de algunos vecinos y actores políticos de la oposición que reclamaban ser consultados sobre la iniciativa.
En agosto pasado, cuando tomó conocimiento de que la Intendencia de Maldonado (IDM) y el Municipio de Piriápolis estaban construyendo el basamento para la estatua en la rambla que fue declarada Monumento Histórico Nacional en 2021, el director de la Comisión Nacional del Patrimonio, William Rey, envió una nota a Antía para reclamarle información sobre las características de la obra.
En la nota, el director manifestó su “preocupación” porque la IDM no remitió ningún informe de la estatua promovida por el Ejecutivo, su basamento y ubicación, a fin de que la Comisión del Patrimonio pudiera evaluarla.
“No quiere decir que no vayamos a aprobarla, capaz que es correcta. Pero si no cumple con determinadas condiciones y estamos a tiempo, trataremos de corregirlo. De lo contrario, hacemos un apercibimiento”, dijo Rey a la diaria.
Antía: “No estamos dispuestos a que el centralismo avasalle”
Este sábado, al inaugurar el monumento, Antía dijo que Rey “se mete en temas de autonomía departamental que no corresponde y tiene la costumbre de hacerlo, no actuó bien con Maldonado”. A modo de ejemplo, recordó que el jerarca “se opuso a la reparación del puente de La Barra, al Paseo de las Américas en Punta del Este y a la reconstrucción del ex hotel San Rafael”.
El gobernante nacionalista reivindicó la defensa de la autonomía departamental y afirmó que no está dispuesto a que “el centralismo montevideano avasalle” y sostuvo que la obra se llevó a cabo por iniciativa de unos 200 vecinos que dieron su firma para solicitarla.
En el mismo sentido se expidió el secretario general de la IDM, Luis Eduardo Pereira, quien remarcó que el homenaje al pionero no se instaló en la zona declarada como patrimonio histórico. “Como gobierno estamos comprometidos. La vereda no tiene nada que ver con el patrimonio, donde está la estatua es un agregado que se hizo”, dijo.
A su turno, el director general de Cultura de la IDM dijo que la obra “no tiene el reconocimiento de la capital del país”, pero sí de las personas que participaron del acto: “Los uruguayos de pura cepa somos los que estamos acá”, sentenció.
Más de 500 vecinos se manifestaron en contra
La obra fue votada con mayoría especial en la Junta Departamental, una semana después de fracasar su tratamiento dado que algunos ediles de la bancada oficialista tenían dudas sobre el procedimiento.
El Frente Amplio votó en contra y denunció que se violó la autonomía de la Junta Departamental, porque la IDM comenzó la construcción antes de ser aprobada por el legislativo. También cuestionó que no se hubiera consultado a la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación.
Por motivos similares, casi 600 vecinos de Piriápolis rechazaron el procedimiento de la IDM; cuestionaron que el gobierno departamental no informó sobre sus planes ni sometió el proyecto a consideración de la Comisión del Patrimonio.
La estatua de “tamaño natural” erigida sobre un basamento fue adjudicada en forma directa al escultor Alberto Morales Saravia y costó 36.000 dólares. “El problema no es el monumento, el problema es la demagogia”, sentenció Martín Márquez, vecino del Cerro de los Burros, en una carta que envió a la diaria.
“No se sabe bien a son de qué y antes de las elecciones tres o cuatro personas decidieron colocar un monumento al fundador de la ciudad, por compra directa y sin ningún consenso social –ni en el hecho en sí, ni en el emplazamiento definido para la figura–, en la rambla de Piriápolis (declarada Monumento Histórico Nacional por la Comisión de Patrimonio en el año 2021)”, cuestionó.
Más allá del monumento en sí, Márquez llamó la atención sobre cómo “actos sociales sencillos, que reunirían amplios consensos debidamente abordados, pueden llevar a la más radical fractura en la opinión pública si no son tratados con la suficiente inteligencia y sensibilidad políticas, o si reciben un tratamiento espurio”.