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Laguna de José Ignacio (archivo, enero de 2024).

Foto: Virginia Martínez Díaz

Piletas de tratamiento de aguas servidas en La Juanita contaminan la laguna José Ignacio, afirman vecinos que accedieron a información de OSE

5 minutos de lectura
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“Cuando la laguna no está abierta al mar, nadamos en caca”, dijo Isidoro Felcman tras recibir los datos oficiales y pedir un informe técnico a dos académicos.

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Los vecinos de La Juanita abocados a defender el ambiente y promover la planificación territorial confirmaron lo que casi todos sospechaban desde hace meses: la laguna José Ignacio está siendo contaminada por aguas servidas que se vuelcan desde tres piletones de OSE ubicados al norte del balneario, según reveló la Unidad de Gestión Desconcentrada (UGD) al responder a un pedido de información amparado en la Ley 18.381.

La información oficial sobre el “saneamiento de José Ignacio en general y de La Juanita en particular” fue solicitada por el vecino Isidoro Felcman ante la presunción de que el sistema no puede absorber la demanda generada por el explosivo desarrollo inmobiliario y por una población permanente que también creció y que, según estudios académicos realizados en la zona, “se triplica en los meses de verano”. A su vez, el aumento en la ocupación hotelera y la mayor actividad del sector gastronómico generan un incremento significativo en el volumen de aguas residuales a tratar por el sistema.

Por eso, además de información sobre las características del sistema y los resultados de monitoreos de calidad del agua en los últimos siete años, el vecino quiso saber qué planifica la UGD-OSE a corto, mediano y largo plazo tanto para la red de saneamiento como para el tratamiento final de las aguas servidas. La respuesta que recibió incrementó la preocupación.

Cómo funcionan las piletas

En principio, la UGD informó que el sistema de saneamiento de José Ignacio consta de casi 21 kilómetros de red de colectores y que la totalidad de los efluentes domésticos colectados son conducidos a las tres lagunas (o piletones) que constituyen la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) ubicada en La Juanita.

Esas piletas de “estabilización” están dispuestas “en serie” y reciben agua de “la red de saneamiento colectivo de José Ignacio, La Juanita, Bahía Vick y Arenas de José Ignacio”. Actualmente, la planta “recibe y trata” un caudal medio diario aproximado de 321 metros cúbicos, brindando servicio a una población estimada en 1.900 habitantes, indica el informe al que accedió la diaria.

El “volcado y evacuación de los efluentes depurados” a la laguna José Ignacio se hace “de manera continua a lo largo del año”, a través de una cámara ubicada al final de las piletas. Desde ese punto, los efluentes son conducidos “durante unos metros” por una tubería de 160 milímetros que llega a la zona de bañados, “donde luego escurre hasta la laguna”.

“Algunos apartamientos” relativizados por la UGD

La UGD entregó a Felcman los resultados de los muestreos de la calidad del agua correspondientes al período 2019-2025, obtenidos en el marco del Plan de Monitoreo de Servicios de Saneamiento (PMAS-OSE). Este plan obliga a realizar muestreos mensuales en los efluentes vertidos (en la cámara de salida del sistema de piletas) y trimestrales en la laguna (bajo el puente de José Ignacio).

A partir de esos datos, el organismo sostiene que “fuera de la temporada estival, tanto la calidad de los efluentes como la del cuerpo receptor cumplen con los estándares establecidos” en el decreto sobre vertidos de agua. En cuanto al tiempo de verano, dice que “se registran algunos apartamientos en los parámetros de vertido, no así, en la calidad de la laguna José Ignacio”, donde los parámetros cumplen “mayoritariamente” con los estándares de calidad fijados por la norma.

Aunque reconoció que OSE “no cuenta con estudios que avalen cuál es el recorrido de las aguas residuales” una vez vertidas a la laguna, la UGD consideró que el volumen vertido, en proporción al volumen la laguna, “es significativamente inferior, lo que favorece procesos de dilución y depuración natural”. “Esto se ve reflejado en los muestreos de calidad de aguas realizados debajo del puente”, aseguró.

“Mientras la laguna no se abre, nadamos en caca”, alertó Felcman

En el cúmulo de información, Felcman reparó en el detalle de los muestreos y solicitó a dos académicos del Centro Universitario Regional Este que analizaran el extenso listado de resultados. El informe técnico reveló que “ninguno de los indicadores cumple completamente con los estándares de la norma”, dijo Felcman a la diaria.

“En todos los indicadores se observa que sólo un porcentaje cumple con los estándares; de hecho, en algunos no supera el 30%. Así que, técnicamente, los piletones están contaminando la laguna José Ignacio, un cuerpo de agua destinado a la pesca comercial, las actividades deportivas y el turismo”, lamentó.

A modo de ejemplo, mencionó que “el 40% de las muestras tomadas en estos últimos siete años presenta una contaminación de bacterias coliformes totales y fecales por encima del valor de tolerancia máxima de 5.000 UFC (unidades formadoras de colonias) cada 100 mililitros”. De hecho, “el 68% de las muestras presenta contaminación por encima de 10.000 UFC”, agregó.

En conclusión, a la salida de los piletones el agua presenta “una contaminación severa”. Los técnicos coinciden con la UGD en cuanto a que esa contaminación “se diluye” en la inmensidad del espejo de agua de la laguna José Ignacio, en más o menos 24 horas. Sin embargo, Felcman advirtió que esto ocurre “muy especialmente” en las pocas veces del año que la laguna se abre al mar.

“De no ser porque la laguna se abre cada tanto, estaríamos frente a un gravísimo problema. Además, con los años, van quedando residuos que se acumulan y pueden generar problemas serios si cambian las condiciones, como sequías o la laguna cerrada mucho tiempo. Claramente estamos frente a una situación de potencial desastre ecológico. Y mientras la laguna no se abre nadamos en caca”, graficó.

Soluciones que se dilatan

Felcman aseguró que tanto la Liga de José Ignacio como los vecinos de La Juanita están “en contacto permanente” con OSE, con la IDM, con la Junta Departamental y con el Ministerio de Ambiente para impulsar soluciones.

“La tecnología avanzó un montón y, aunque falta inversión en ingeniería, hoy se pueden hacer cosas efectivas y relativamente baratas en plazos razonables. Después vendrán las megaobras que cuestan un ojo de la cara”, opinó el vecino, convencido de que “mientras no se ataque el fondo del problema, el sistema va a seguir colapsando”.

En setiembre pasado, los vecinos presentaron un petitorio a la IDM y a la Junta Departamental para “frenar por 180 días los permisos de obra nuevos, revisar toda la normativa y crear la Comisión de Patrimonio”, entre otras medidas. También reclamaron la “urgente” intervención de OSE en infraestructura de saneamiento y que el Ministerio de Ambiente “meta mano” con el tema de la contaminación.

Como “dato no menor”, Felcman señaló que “sólo el 35% de las viviendas de la zona de José Ignacio están conectadas a la red de OSE. El resto sigue con pozo negro y camión atmosférico”. Pasados los meses, el petitorio –al que adjuntaron cientos de firmas de residentes y vasta información jurídica para fundamentarlo– sigue sin respuesta.

Planes en ciernes

La UGD aseguró que está analizando, junto con la Intendencia de Maldonado, una planificación a largo plazo que implica “elaborar un proyecto integral que abarque las cuencas ubicadas al este del balneario Buenos Aires, llegando propiamente hasta José Ignacio”.

En cuanto a los planes a corto plazo, la UGD contestó que trabaja en un proyecto que permita “devolver a las condiciones iniciales de diseño las lagunas de tratamiento de la PTAR de La Juanita”, para lo cual se reducirán las cargas que ingresan al sistema. Estas obras se ejecutarían en la primera mitad de 2026.

El organismo reconoció que “la inexistencia” de un plan director de saneamiento para la zona referida y “la premura en definir la viabilidad de emprendimientos urbanísticos millonarios”, en términos de inversión, “exigen la definición de líneas estratégicas en materia ambiental, particularmente en lo referido a soluciones integrales y robustas de saneamiento”.

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