El vice primer ministro ruso, Alexander Novak, dijo que su país no exportará petróleo sujeto a un tope de precios impuesto por las potencias occidentales, incluso si Rusia tiene que aceptar una caída de la producción de petróleo.
“Estamos trabajando en mecanismos para prohibir el uso de un instrumento de limitación de precios, independientemente del nivel que se establezca, porque tal interferencia podría desestabilizar aún más el mercado”, dijo Novak, en declaraciones recogidas por la agencia Reuters.
El viernes los países del G-7 y Australia acordaron un límite de precio de 60 dólares por barril que regirá a partir del lunes para el crudo ruso transportado por mar. La presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, aseguró que este tope global al crudo ruso “reforzará el efecto de las sanciones” contra el gobierno de Vladimir Putin que el bloque adoptó desde el comienzo de la guerra en Ucrania y “reducirá aún más los ingresos de Rusia”. Además, agregó la jerarca del bloque comunitario, esta medida tendrá importantes implicaciones a medio y largo plazo porque es un límite “que beneficiará directamente a las economías emergentes y en desarrollo y será ajustable en el tiempo para que podamos reaccionar a los acontecimientos de los mercados”.
También el domingo, y con esta medida resonando en el ambiente, representantes de los estados miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) junto a Rusia, naciones que conforman el organismo que se conoce como OPEP+, decidieron mantener sin cambios el plan actual de producción de petróleo que implica reducir la producción a dos millones de barriles por día desde noviembre. “El plan es el mismo. Sin cambios”, dijo una fuente cercana a la entidad, citada por la agencia rusa TASS.
“Los países participantes reiteraron su disposición a reunirse en cualquier momento y tomar medidas adicionales inmediatas para abordar la evolución del mercado y apoyar el equilibrio del mercado petrolero y su estabilidad si es necesario”, se expresa en el documento publicado este domingo luego del encuentro virtual por el organismo.
Trascendió además que el comité de seguimiento de la OPEP+, que abarca a ocho de los 23 países que participan en el acuerdo (Rusia, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Kuwait, Argelia, Venezuela y Kazajistán), se reunirá el 1º de febrero para seguir evaluando la situación a nivel mundial.
La cuestión energética está siendo una de las claves en este momento en el que Rusia está atacando en forma permanente infraestructuras hidroeléctricas en Ucrania, a la vez que los precios en alza preocupan a muchos países del norte, que en este momento están entrando en el invierno, el momento de mayor consumo.
Esta situación está pasando en un momento en el que altos funcionarios estadounidenses aseguraron que la guerra en Ucrania entró en una etapa de “estancamiento” que puede durar meses, debido a la situación climática. En este contexto, algunos líderes siguen manejando la posibilidad de un acuerdo de paz.
Tal es el caso del mandatario francés, Emmanuel Macron, quien dijo que Rusia podría recibir algún tipo de “garantía de seguridad” si decide sentarse a negociar para poner fin al conflicto. “En las próximas semanas tendremos que ayudar a Ucrania a resistir, a los ucranianos a aguantar, seguir ayudando militarmente y a intervenir con mucha precisión para proteger las centrales eléctricas”, remarcó Macron en una entrevista emitida el sábado por la cadena local TF1, consignada por el portal 20minutos.es. El presidente galo dijo también que quiere “seguir preparando el diálogo” para cuando las partes se sienten a la mesa, aunque esto actualmente no parezca nada cercano.