Fernando Haddad, ministro de Hacienda brasileño, afirmó que Brasil difícilmente podrá prescindir de explotar el petróleo que pueda haber en el denominado Margen Ecuatorial, una región marítima cercana a la desembocadura del río Amazonas, en el norte y noroeste del país, que tiene un largo de aproximadamente 2.200 kilómetros de aguas profundas y ultraprofundas.
En una entrevista con la cadena Bandeirantes, el jerarca dijo que, en las eventuales tareas en la zona, debido a su biodiversidad, debe prevalecer una “posición cautelosa” con el cuidado que requiere el área ambiental.
“En mi opinión, tenemos que dejar de consumir petróleo no por falta de petróleo, ese es el punto. Tenemos que tener petróleo hasta el momento en que ya no lo necesitemos. Entonces tenemos que seguir la otra agenda, pero sin perder de vista que podemos necesitar petróleo del Margen Ecuatorial, con las precauciones que el medioambiente debe imponer a Petrobras”, dijo el ministro.
Durante el gobierno de Jair Bolsonaro, el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ibama) negó a Petrobras el permiso para realizar estudios exploratorios para verificar la existencia de petróleo en el Margen Ecuatorial. Según el organismo, el estudio presentado por la empresa petrolera estatal fue incompleto y no abordó varios temas de protección ambiental que el Ibama considera esenciales.
El tema de hacer estudios o no en la zona generó cruces dentro de la interna del gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien hace algunos días en una entrevista afirmó: “Brasil no dejará de investigar el Margen Ecuatorial. Si encuentras allí la riqueza que supones existe, es decisión del Estado explotarla o no”.
Paralelamente, este lunes apareció publicada en el diario británico Financial Times una nota escrita por Haddad en la que el ministro anunció planes para el futuro de la economía verde de Brasil.
En el texto, el jerarca de la administración del Partido de los Trabajadores explicó que Brasil ya es un líder mundial en la economía verde, porque más de 90% de su electricidad proviene de fuentes renovables y todavía hay mucha vegetación nativa que sigue viva, a pesar de la deforestación que hubo durante el mandato de Bolsonaro. Haddad reconoce que no será fácil alcanzar una economía con cero emisiones netas de carbón, como establece el Acuerdo de París, pero explica que el propósito es reducir las emisiones netas de carbón a cero para 2050. Según Haddad, la descarbonización de Brasil podría crear más oportunidades de trabajo, aumentar los ingresos y mejorar la calidad de vida de millones de personas.
La mayoría de los ingresos producidos por este mercado, de acuerdo a lo que explicó Haddad, se utilizarán para la investigación y el desarrollo y contribuirá a la protección de las comunidades indígenas. El ministro expresó también que el gobierno que integra está mejorando la manera en la que vigila los bosques, mientras está ofreciendo concesiones forestales a organizaciones privadas, con el fin de crear un vínculo más fuerte entre la financiación de la agricultura y la protección del medioambiente. Haddad manifestó estar muy abierto a la idea de inversores privados que quieran reducir el carbón en su cadena productiva e invertir en “innovación limpia”.
En el final de la nota, Haddad remarcó que, como más de una vez expresó Lula, el actual gobierno quiere que Brasil recupere su “posición natural e histórica como líder en la agenda de desarrollo sostenible e inclusivo”.