El expresidente panameño Ricardo Martinelli, que se refugió en la embajada de Nicaragua después de haber sido condenado por blanqueo de capitales, celebró desde allí el triunfo electoral de su heredero, José Raúl Mulino, en las elecciones presidenciales realizadas en el país centroamericano este domingo. “Esta es la cara de un hombre feliz y contento”, publicó en X junto a una foto de sí mismo sonriente.
La condena emitida en marzo inhabilitó a Martinelli como candidato a la presidencia y en su lugar fue designado su compañero de fórmula, Mulino. Hasta dos días antes de la elección, la postulación de Mulino estuvo impugnada ante la Justicia por el modo en que fue designado y porque no contaba con candidato a la vicepresidencia.
Pero finalmente el viernes la Suprema Corte de Justicia lo habilitó a competir. En las elecciones del domingo, que se definían en una sola vuelta, Mulino fue el más votado. El postulante derechista alcanzó 34,37% con más de 95% de los votos escrutados.
En segundo lugar quedó Ricardo Lombana, que se presentaba con la promesa de combatir la corrupción. El dirigente del Movimiento Otro Camino logró 24,94%. El tercero fue el expresidente Martín Torrijos, del Partido Popular, con 16,02%, y el cuarto fue Rómulo Roux, de Cambio Democrático, con 11,24%.
“¡Misión cumplida, carajo!”, dijo Mulino al celebrar su triunfo. “¡Misión cumplida, Ricardo!”, agregó aludiendo a Martinelli. “Este que está aquí no es títere de nadie”, dijo, según citó el diario La Prensa, y agregó que nadie lo puso “a dedo”.
Uno de los cuestionamientos que se hacían a su candidatura es que no se había sumado a la fórmula por un proceso de primarias, sino por decisión de Martinelli. “Yo no estoy aquí porque me puso alguien, ni por el dedo de alguien, me puso el voto popular”, dijo. “Trataron cobardemente, con argucias, manipulaciones y chantajes, de torcer la voluntad popular y que una corte suprema pusiera al próximo presidente de la República”, dijo.
Aunque insistió en que no llega a la presidencia con un ánimo de venganza, también afirmó que “se acabó la persecución política, se acabó la manipulación del Ministerio Público, se acabó la manipulación de jueces y magistrados”.
Dijo que a partir de que asuma la presidencia, el 1° de julio, “se recobrarán las llaves de los candados que han tenido presos, dañando reputaciones sin vergüenza”.
En campaña, después de que el gobierno le negara a Martinelli un salvoconducto para viajar a Nicaragua, Mulino dijo que en caso de llegar al gobierno “ayudaría” al expresidente “como corresponde de acuerdo a la ley”, informó la agencia Efe.
Otras declaraciones polémicas del candidato tuvieron que ver con la migración en la selva del Darién, compartida por Panamá y Colombia, por la que pasan muchos migrantes en su camino a América del Norte. En campaña, Mulino llegó a decir: “Para parar la migración esa, yo cierro el Darién”.
El dirigente, exministro de Seguridad, fue consultado acerca de cómo cerraría 266 kilómetros de frontera terrestre, por la que pasaron unos 520.000 migrantes en 2023. “No sé, a lo mejor si gana [en Estados Unidos Donald] Trump, le digo que me eche una paladita de cemento acá, para hacer otro muro”, bromeó.
Después de ganar las elecciones anunció su compromiso a implementar un “gobierno de unidad [...] un gobierno pro empresa privada”, pero “sin olvidar a los que tienen hambre, a los que quieren un empleo y los que necesitan agua potable en todo el país, todos los días”, dijo.
La victoria de Mulino había sido prevista en las encuestas, en las que aparecía en primer lugar, ya fuera solo o empatado con otro de los postulantes. En cambio, la sorpresa electoral la dio la plataforma independiente Vamos, impulsada por el músico Rubén Blades, que obtuvo 19 de los 71 escaños del Parlamento. El partido del presidente electo obtuvo 13.
Juan Diego Vásquez, uno de los promotores de ese movimiento, dijo que sus legisladores buscarán “consensos para resolver los problemas reales de la población” sin favorecer sus propios intereses y que “no son perfectos”, pero no cometerán errores como “encontrarse con un millón de dólares en los bolsillos”. “Ganó la corrupción, pero democráticamente”, dijo Blades.
Según citó La Prensa, para el músico se trata de “una pública demostración de apoyo a la corrupción; un candidato escogido a dedo por un declarado corrupto convicto y prófugo, con sólo el 33% de los votos”, se ha “convertido en el nuevo mandatario de la República de Panamá, a pesar del combinado rechazo de un 67% del resto del electorado”.
Sin embargo, en alusión a los legisladores electos por Vamos, dijo que confirman su “certeza de que Panamá puede crear respuestas honestas e inteligentes con las cuales labrarse un destino honorable y exitoso, a pesar de los pesares y decepciones que hoy muchos experimentamos”.