“Otro día terrible en Gaza”, escribió este jueves en su cuenta de X Philippe Lazzarini, el titular de la agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNWRA). Durante la noche, un ataque israelí contra una escuela de esa agencia, que funcionaba como refugio para 6.000 personas desplazadas, dejó 35 muertos y decenas de heridos, según denunció la organización. Más tarde, las autoridades de la Franja de Gaza comunicaron que los muertos fueron 40 –entre ellos 14 niños y nueve mujeres– y los heridos 74, incluidos 23 menores de 18 años.
“Atacar las instalaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o utilizarlas con fines militares no puede convertirse en la nueva norma. Esto debe parar y todos los responsables deben rendir cuentas”, advirtió Lazzarini. Señaló que este tipo de ataque es un “flagrante desprecio del derecho internacional humanitario” y que “el personal, las instalaciones y las operaciones de la ONU deben estar protegidos en todo momento”.
Manifestó que la UNRWA informa al ejército israelí sobre las coordenadas de todas sus instalaciones, y así lo había hecho en este caso también. Sin embargo, desde octubre más de 180 locales de esa agencia fueron atacados.
Lazzarini destacó, además, que en este caso no hubo ningún aviso previo para proteger a los desplazados que se refugiaban en la escuela de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza. “Las afirmaciones de que es posible que hubiera grupos armados dentro del refugio son impactantes. Sin embargo, no podemos verificarlas”, manifestó.
Según el ejército de Israel, su ofensiva en Nuseirat intentó minimizar “el riesgo de herir a civiles no involucrados” y estuvo dirigido contra unos 20 o 30 milicianos de Hamas y la Yihad Islámica que participaron en los ataques del 7 de octubre y que tenían una base en determinados salones de la escuela.
“Lanzamos el ataque cuando nuestra inteligencia nos confirmó que no había ni mujeres ni niños en esas tres clases”, dijo el portavoz militar israelí, Daniel Hagari.
Desde octubre, la ofensiva israelí en la Franja de Gaza dejó 36.650 muertos y 83.300 heridos, según las autoridades locales. “El ejército de ocupación israelí ha cometido estas masacres de forma reiterada, de forma brutal y a pesar de que sabía de la presencia de decenas de miles de desplazados en estos centros”, afirmaron en un comunicado, y enmarcaron estas acciones en “un genocidio”.
A su vez, el Ministerio de Salud de la Franja de Gaza informó que en el hospital Mártires de Al Aqsa, en el que están internadas unas 700 personas, falló uno de los dos últimos generadores eléctricos disponibles, lo que “augura una catástrofe humanitaria de la que pueden ser víctimas decenas de heridos, enfermos y bebés prematuros”, informó Europa Press. En un comunicado, el ministerio pidió una acción internacional para evitar que esto ocurra.
España se sumará a la denuncia por genocidio en La Haya
El involucramiento de otros países ante la situación que viven los habitantes de la Franja de Gaza y los rehenes israelíes en manos de Hamas se ha reflejado en distintas iniciativas que hasta ahora no lograron frenar los ataques militares.
Este jueves España anunció que se sumará a la denuncia por genocidio que Sudáfrica presentó contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia. El canciller español, José Manuel Albares, anunció que su país decidió “dar este paso tras los acontecimientos de los últimos días en los que vemos que las medidas cautelares” de ese tribunal, que ordenó a Israel detener de inmediato su ofensiva contra Rafah, “están muy lejos de cumplirse”.
También este jueves se conoció la renuncia del juez designado específicamente para representar a Israel en este caso en el tribunal de La Haya, Aharon Barak. En su carta de dimisión, Barak, de 87 años, expresidente de la Corte Suprema de Israel y sobreviviente del Holocausto, alega razones “personales familiares”, sin dar más detalles.
Mientras tanto, sigue sin concretarse un acuerdo entre Israel y Hamas sobre el plan para un cese del fuego duradero que presentó la semana pasada el presidente estadounidense, Joe Biden.
Este jueves, los gobiernos de 17 países llamaron a las partes a aceptarlo. Se sumaron a este pedido, además de Estados Unidos, Alemania, Argentina, Austria, Brasil, Bulgaria, Canadá, Colombia, Dinamarca, Francia, España, Polonia, Portugal, Reino Unido, Rumania, Serbia y Tailandia.
“Como líderes de países profundamente preocupados por los rehenes retenidos por Hamas en Gaza, incluidos muchos de nuestros propios ciudadanos, apoyamos plenamente” el plan presentado por Biden para un alto el fuego y la liberación de esas personas, afirman. Agregan que esta hoja de ruta, que incluye un cese del fuego inmediato y la recuperación de Gaza, brindaría garantías de seguridad para israelíes y palestinos, y permitiría “dar asistencia a las familias de nuestros rehenes”, así como a los civiles palestinos.