De la ultraderecha chilena fueron emergiendo en los últimos años liderazgos y escisiones cada vez más radicales y con discursos más abiertamente pinochetistas. Esos dirigentes relegaron a los sectores derechistas más clásicos, como los que respondían al expresidente Sebastián Piñera, que murió en 2024.
Es así que en cada elección una nueva figura aparece como la representante de la extrema derecha. Esta vez es Johannes Kaiser, que se presenta como una novedad y una figura “libertaria” pero reivindica el pinochetismo más clásico.
La extrema derecha de Chile estuvo representada desde 1983 por la Unión Demócrata Independiente (más conocida como UDI), que fue fundada por Jaime Guzmán, un político y abogado que colaboró con la dictadura de Augusto Pinochet, especialmente en la redacción de la Constitución de 1980.
Durante las primeras décadas de este siglo, la UDI fue parte de una coalición de partidos de derecha que primero se llamó Alianza por Chile, después Coalición por el Cambio y, más tarde, Chile Vamos, y por la que fue electo presidente dos veces Piñera, del partido Renovación Nacional.
Para las elecciones presidenciales de este año, fijadas para el 16 de noviembre, es la UDI la que cuenta con una de las figuras mejor posicionadas para quedarse con la candidatura común de la alianza derechista y competir con otros partidos: la exalcaldesa Evelyn Matthei.
Esta dirigente moderó su discurso con los años, pero en el pasado supo ser demasiado confrontativa y extremista incluso para la UDI. Defendía públicamente a Pinochet, se oponía al aborto incluso si era necesario para salvar la vida de la persona embarazada, despreciaba el matrimonio igualitario y más de una vez insultó a sus oponentes políticos. Todo esto, en tiempos en que ese tipo de discurso era muy marginal.
Eso cambió con la llegada al poder de Donald Trump en Estados Unidos, de Jair Bolsonaro en Brasil y de Javier Milei en Argentina. En Chile también surgieron nuevas figuras de la extrema derecha.
En las últimas elecciones, las de 2021, la UDI fue eclipsada por José Antonio Kast, un dirigente que se había ido de ese partido en 2017 para presentarse como candidato independiente, lo que le evitó tener que competir en primarias con los demás socios de la alianza. El discurso de Kast mantuvo los temas clásicos de la ultraderecha chilena, pero le agregó, por ejemplo, posiciones antiglobalistas que lo emparentaban con la llamada alt-right, o derecha alternativa, que encarnó el presidente estadounidense.
Kast se postuló por primera vez a la presidencia cuando Trump transitaba su primer año de gobierno, y en 2019 fundó su propio Partido Republicano. “Atrévete a hacer de Chile un gran país” fue una de sus frases de campaña, una versión chilena del “Make America Great Again”.
Volvió a competir en las elecciones de 2021, en las que fue el candidato más votado en primera vuelta, con casi 28% de apoyo, pero perdió en el balotaje, en el que Gabriel Boric fue electo presidente con casi 56% de respaldo. En noviembre, Kast se propone volver a postularse.
“¿Quién es Johannes Kaiser?”
Así como Kast logró competir con la UDI, a la que había pertenecido, desde una posición más extremista, ahora hace lo mismo Johannes Kaiser, un escindido del Partido Republicano que ahora fundó su propia organización política, el Partido Nacional Libertario chileno. Si bien este nombre remite a Milei, con quien busca emparentarse, Kaiser también comparte con Trump y la extrema derecha europea su discurso de “inmigración ilegal cero”.
En su página web oficial aparece bajo ese título un texto en el que responsabiliza al Estado, y en particular al gobierno de Boric, por la llegada de migrantes a Chile. Este cambio poblacional ha sido muy vinculado, sobre todo por la derecha, con el ingreso al país de bandas criminales internacionales, como el Tren de Aragua, surgida en Venezuela.
Kaiser, cuyo abuelo paterno llegó como refugiado a Chile desde Alemania (también Kast viene de una familia de migrantes alemanes), afirma que es demasiado fácil para un extranjero recibir un certificado de tramitación de la residencia chilena para permanecer en el país. En su opinión, “ante un complejo escenario nacional de inseguridad, violencia y delincuencia desatada, muchas veces protagonizada por extranjeros que ingresaron de manera ilegal, es imperativo conocer cuáles son los tratados que ha suscrito Chile, que nos llevan a tener una política pública tan nociva y contradictoria”.
Al igual que Kast, Kaiser incorporó a su retórica puntos comunes con los discursos de la ultraderecha internacional: el rechazo a la Agenda 2030, a los llamados “woke” y al movimiento feminista.
Su página web no incluye planes de gobierno, sino una variedad de titulares que conducen a entrevistas o declaraciones públicas. Por ejemplo, “¿Cómo sacar a tu hija del feminismo?” lleva a una galería de fotos de su participación en una conferencia con ese nombre y a un cuestionario para que los lectores dejen propuestas.
Aparece también una intervención de Kaiser con el título “¡Los burócratas tienen estancada la economía chilena!” y recortes de entrevistas titulados “Hay que recortar el gasto fiscal” y “¿Cuáles son nuestras diferencias con el Partido Republicano?”. En esta última cuestiona el “apoyo que dio Chile Vamos a leyes de género y leyes indigenistas” y acusa a esa alianza de “entregar cosas que son esenciales, como es la igualdad ante la ley”, en referencia a las políticas afirmativas contra la discriminación de la mujer, y de enfocarse sólo en la economía.
Acerca del Partido Republicano de Kast, dice que fue una respuesta a lo que considera una ausencia de derecha política y filosófica. Pero afirma que cometió los mismos errores que el resto de la derecha en el último intento de elaborar una nueva Constitución, y explica que por eso se creó el Partido Nacional Libertario, que “va más allá” tanto en los “cambios institucionales” como en la apertura a privatizar y a desregular actividades económicas.
Menciona la posibilidad de abrir la exploración y entregar concesiones de explotación de petróleo y gas a privados, y rechaza “la permisología” en el área del hidrógeno verde. En su opinión, las regulaciones que protegen el medioambiente frenan el desarrollo de ciertas zonas de su país.
Si bien Kaiser destaca que su partido es más radical que los demás de la derecha chilena, dice que está dispuesto a aliarse con otros que estén determinados a avanzar en la misma dirección.
En otra entrevista que publica en su web, con el título “¿Quién es Johannes Kaiser?”, el entrevistador recuerda que el político nació en Santiago, pero después vivió en Alemania y pasó por Austria. En su respuesta, Kaiser dice que en Chile no terminó sus estudios universitarios y que en el exterior trabajó en varios oficios, que se casó y tuvo tres hijos. También creó un canal de Youtube “muy exitoso” que se llama “El nacional libertario”, y dice que “en algún momento tuvo tanto éxito que la gente empezó a presionar para que volviera a Chile” y se dedicara a la política. Así fue como regresó y llegó a ganar una banca como diputado.
Según informó el medio chileno El Ciudadano, en su trayectoria legislativa sólo prosperó uno de los 73 proyectos elaborados y presentados por Kaiser. La iniciativa se limitaba a devolverle la nacionalidad chilena a la religiosa María Slaughter, que tuvo que renunciar a esta para cumplir funciones en Alemania, que no reconocía la doble nacionalidad en su caso.
La página web de Kaiser también incluye el segmento de una de varias entrevistas en las que causó reacciones de repudio por defender la dictadura chilena. En esta define a Pinochet como “la persona que terminó tomando la decisión de terminar con un gobierno como el de Maduro en Chile” y “el que reconstruyó nuestra economía y nuestra institucionalidad”. Sobre las violaciones de derechos humanos, dice que son “absolutamente condenables”.
En otra entrevista, con CNN, dijo que ya se violaban esos derechos antes del golpe de Estado porque existía el “terrorismo”. En ese intercambio afirmó que Pinochet habría incurrido en una violación de los derechos humanos si no hubiese combatido al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (el MIR), un grupo político y guerrillero chileno.
Raíces en Youtube
También Kast, como Kaiser, ha defendido a Pinochet al tiempo que se muestra inflexible ante el feminismo, la inmigración o el matrimonio igualitario. Pero el líder nacionalista libertario marca ciertas distancias: “Yo soy más libertario que Kast. Nuestro proyecto busca un Estado mínimo, que no se meta en la vida de la gente ni en la educación de los niños”, dijo a la radio Pauta, de Chile. También cuestionó a algunos conservadores y consideró que “no podemos seguir diciendo a la gente cómo vivir su vida. Cada uno es dueño de sus decisiones, y el Estado debería meterse lo menos posible”.
Su discurso pone más énfasis que el de otros ultraderechistas en la voluntad de permitir la explotación de recursos naturales sin regulaciones y privatizar nuevos sectores de la economía (aunque en el fondo todos estén de acuerdo), pero, además, Kaiser es mucho más agresivo. En particular desde su canal de Youtube.
En 2022, la Justicia le ordenó eliminar videos a partir de la denuncia presentada por Leila Nash, hermana de Michael Nash, desaparecido durante la dictadura. La medida fue dispuesta porque Kaiser, que ya era diputado, se refirió a un grupo de personas ejecutadas en la localidad de Pisagua por agentes del terrorismo de Estado y dijo que “estaban bien fusilados” y que “la inmensa mayoría estaba metida o en grupos opositores subversivos o era parte de carteles de drogas”.
“Me arrepiento de haber escrito cosas descriteriadas”, dijo Kaiser el año pasado. Pero no se refería a su defensa de la dictadura, sino a sus dichos misóginos que comenzaron a circular en las redes cuando fue electo diputado, en 2021. “Hay una especie de esquizofrenia. Las mujeres dejan de ir al parque a trotar porque tienen miedo a inmigrantes que las pueden violar, pero siguen votando por los mismos partidos que están trayendo a esa gente y tú realmente te preguntas si el derecho a voto fue una buena idea”, dijo, según recordó el diario La Tercera. Antes, en 2018, Kaiser cuestionó el discurso feminista y agregó que en Chile “hay un grupo de mujeres especialmente feas” y que si un hombre las viola merecería una medalla.
También se refirió a la senadora Fabiola Campillai, que durante la represión a las protestas de 2019 recibió el impacto de una bomba lacrimógena en la cara y perdió la vista, el olfato y el gusto. “Si era parte de la subversión y de la destrucción de Santiago de ese momento, disculpe señora Campillai, pero la lacrimógena está bien recibida”, dijo Kaiser.
Camino a las elecciones
A comienzos de marzo se conoció la primera candidatura de la izquierda oficializada este año en Chile, la de Carolina Tohá, del Partido por la Democracia, que integra la coalición de gobierno pero no es parte del Frente Amplio chileno.
Una encuesta de intención de voto de la consultora Cadem publicada el 10 de marzo, que midió el apoyo a distintos candidatos, mostró a Tohá en el cuarto puesto, con 10% (7% más que en su anterior medición). Pero los primeros lugares los ocupaban ultraderechistas: Matthei, con 18%, Kaiser, con 13%, y Kast, con 11%. De estos tres últimos, Kast había crecido 3%, Kaiser se había mantenido estable y Matthei había caído 8%.
Según el estudio, si hoy toda la oposición de derecha se uniera y celebrara primarias –algo a lo que Kast se opone–, las ganaría Matthei con 42%, seguida por Kaiser, con 32%, y Kast, con 21%. Detrás aparecen Rodolfo Carter y Ximena Rincón, con 2% cada uno.
A su vez, si hubiera primarias en el oficialismo, el ganador sería hoy el alcalde de Maipú, Tomás Vodanovic, con 30%, seguido por Tohá, con 29%, Marco Enríquez-Ominami, con 12%, Daniel Jadue, con 7%, Jeannette Jara, con 6%, Paulina Vodanovic, con 2%, y Vlado Mirosevic, con 1%.
El estudio sondea la posibilidad de una segunda vuelta electoral, en la que Matthei aparece como la vencedora ante cualquier candidato.
Sin embargo, la campaña todavía tiene mucho que recorrer hasta el 16 de noviembre y varios postulantes quedarán por el camino. En el caso de Kaiser, ante especulaciones de que finalmente retiraría su candidatura para apoyar a Kast, descartó esta posibilidad.
Según informó Radio BioBio, los dos dirigentes dialogan sobre un pacto por el cual ambos se postularían a la presidencia en primera vuelta, pero presentarían una lista común de candidatos al Parlamento.
Esta semana, los dos ultraderechistas volvieron a generar reacciones de repudio cuando agregaron a sus discursos de mano dura en seguridad imágenes de ellos utilizando armas y un discurso a favor de que la población civil tenga acceso a ellas.
El líder del Partido Republicano, que defendió la tenencia de armas Taser para defenderse de personas “de mal vivir”, publicó en su cuenta de X un video en el que practica el tiro al blanco con una pistola. El fundador del Partido Nacional Libertario hizo lo mismo, pero con un fusil y afirmó: “La gente honesta tiene la capacidad y voluntad de defenderse de delincuentes, terroristas y narcos”.
Nuevo liderazgo en la izquierda
Tomás Vodanovic, el alcalde de Maipú, una región del área metropolitana de Santiago, fue uno de los grandes ganadores de las elecciones municipales de octubre. El dirigente del Frente Amplio chileno obtuvo la reelección con más de 70% de apoyo y se convirtió en el alcalde más votado de la historia de Chile.
Por entonces, el dirigente ya se perfilaba en las encuestas como un posible candidato de la izquierda. “Si las elecciones presidenciales fueran el próximo domingo, ¿por quién votaría?”, preguntó en octubre Cadem. En primer lugar apareció la ultraderechista Evelyn Matthei, con 31%, y en el segundo, Vodanovic, con 19%. La misma encuestadora midió este mes quién ganaría una supuesta elección primaria entre los partidos de izquierda y concluyó que Vodanovic quedaría en el primer lugar.