Desde la creación del Estado de Israel en 1948, el pueblo palestino ha resistido y resiste en desigual enfrentamiento un cruento proyecto de colonización territorial, ocupación militar y apartheid. Israel, con un arsenal armamentista de última generación, cuenta con el apoyo expreso de Estados Unidos, el gendarme hegemónico mundial desde la caída de la Unión Soviética en diciembre de 1991.
Tras el atentado terrorista de Hamas el 7 de octubre de 2023 en territorio israelí, que culminó con cerca de 1.200 personas muertas y unos 250 rehenes, el gobierno sionista de extrema derecha y supremacista judío del primer ministro Benjamin Netanyahu inició una ofensiva de campaña genocida contra el indefenso pueblo semita de Palestina. Su acción criminal y devastadora en la Franja de Gaza y Cisjordania transgredió todos los principios y acuerdos de derecho internacional y crímenes contra la humanidad.
Netanyahu reconoció que financió a Hamas para destruir a la Autoridad Palestina y aniquilar Gaza. Es más, en una entrevista en 2001, creyendo que la cámara estaba apagada, sin rodeos, expresó: “Lo principal es ante todo golpearlos duro [a los palestinos], no una vez sino muchas, tan dolorosamente que el precio sea insoportable […] el mundo no dirá nada, dirá que nos estamos defendiendo”. La agresión del gobierno de Israel tiene sus modelos en el apartheid sudafricano y en la política nazi-fascista. Así lo atestigua la historia. La condena a su política de exterminio crece en el mundo. En la actualidad varios países europeos han pedido revisar los acuerdos comerciales con Israel, y gobiernos de otros continentes que permanecían indiferentes al genocidio comienzan a observar de perfil la masacre.
En los últimos días, el ex primer ministro israelí Ehud Olmert señaló: “Israel está cometiendo crímenes de guerra. La banda criminal encabezada por Netanyahu ha sentado un precedente sin igual en la historia de Israel. Lo que estamos haciendo ahora en Gaza es una guerra de devastación: el asesinato indiscriminado, ilimitado, cruel y criminal de civiles”. Agregó: “Hemos estado negando a los habitantes de Gaza alimentos, medicinas y necesidades básicas como parte de una política explícita”.
Delito de genocidio: el Estatuto de Roma y Uruguay
Aprobado en 1998, el Estatuto de Roma entró en vigencia el 1º de julio de 2002. Los delitos tipificados como graves se dividen en cuatro bloques: genocidio, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y agresión, este último incorporado en 2012 con la presencia de Uruguay en la Conferencia de Revisión realizada en Kampala (Uganda). En consonancia, el primer gobierno frenteamplista del doctor Tabaré Vázquez con fecha 26 de setiembre de 2006 promulgó la Ley 18.026, la norma específica de cooperación con la Corte Penal Internacional (CPI). La norma aprobada, precedida por el trabajo del doctor Óscar López Goldaracena, es percibida como una ley modelo en el mundo académico. Uruguay ha subrayado en los foros internacionales que “no se puede construir democracia verdadera, ni plena vigencia de los derechos humanos, sobre la base de la impunidad en general y en especial sobre el genocidio, los crímenes de lesa humanidad, los crímenes de guerra y el de agresión”. 125 países lo han ratificado, convirtiéndose en estados partes de la CPI. No es un dato menor recordar que Estados Unidos, Israel, Rusia, China e India no lo ratificaron.
Genocidio es el término empleado por primera vez en el juicio de Núremberg a los jefes de la Alemania nazi al final de la Segunda Guerra Mundial por el asesinato de más de seis millones de judíos y minorías étnicas. La Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948 aprobó el Convenio sobre Genocidio, sancionándolo como “delito contra la humanidad” y definiéndolo como una serie de actos con la intención de destruir, en todo o en parte, un grupo nacional, étnico, racial o religioso. Sobre el genocidio, el Estatuto de Roma establece textualmente en su artículo 6: a) matanzas de miembros del grupo; b) lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; c) sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; d) medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo; e) traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.
En los ataques de Israel a Cisjordania y Gaza, se contabilizan más de 54.000 muertos y varias decenas de miles de heridos graves, principalmente mujeres y niños. Sus habitantes sobreviven en condiciones inhumanas, entre la destrucción y la hambruna.
FA, gobierno y Coalición Republicana: visiones distintas
El genocidio en Gaza ha sido condenado por el Frente Amplio (FA, incluidos los Partidos Comunista, Por la Victoria del Pueblo y Socialista, Seregnistas, Vertiente Artiguista, Izquierda en Marcha y Fuerza Renovadora) y también por Identidad Soberana, Asamblea Popular y el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros). Sin embargo, de manera sorpresiva, el gobierno aún no ha tenido palabras de condena al genocidio. En sus comunicados, el Ministerio de Relaciones Exteriores ha expresado su “seria preocupación” y no la condena por la dramática situación. Su canciller, en una nota periodística, afirmó: “No hablamos de genocidio”. En una entrevista con la diaria, Mario Lubetkin expresó: “No queremos nunca más lo que pasó el 7 de octubre de 2023. Queremos que termine esta situación también de masacre en el mundo de Gaza. No aceptamos la cantidad de muertos, de mujeres, de niños asesinados”.
A la vez que descalificó lo que llamó “carrera de declaraciones”, intentó justificar su posición cuando dijo que “una cosa es la fuerza política y otra el gobierno”, haciendo referencia al documento aprobado por el Plenario Nacional del FA el 19 de abril de 2004. Olvidó, o quizás le haya pasado inadvertido en su lectura, que “la relación fuerza política-gobierno debe sostenerse sobre tres grandes pilares” y que el primero habla de autonomía relativa (el subrayado es nuestro) cuyo término “ayuda a entender que no estamos hablando de disociación o ajenidad. Se trata de expresar un mismo proyecto en ámbitos y en tiempos de acción distintos”.
Decepcionante e inadmisible en un canciller de la República. ¿Acaso el programa de gobierno del FA y sus documentos fundacionales son una tira de papel para el canciller? El FA merece respeto. Tal vez no supo valorar que el FA es una fuerza política “pacífica y pacificadora”, que condena toda forma de violencia. Siempre será preferible hacer una declaración comprometida antes que guardar silencio ante hechos tan atroces. Como Artigas, aunque sea defenderemos nuestros principios “con perros cimarrones”. Corresponde preguntarse qué significación tienen para el canciller las órdenes de arresto que la CPI emitió contra Netanyahu por “crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio”?
¿Acaso el programa de gobierno del Frente Amplio y sus documentos fundacionales son una tira de papel para el canciller? El Frente Amplio merece respeto.
En tanto, la cancillería uruguaya del gobierno multicolor presidido por Luis Lacalle Pou, en jaque por hechos escandalosos durante los cinco años de su administración, se abstuvo ante la resolución de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que exigió a Israel poner fin a su presencia ilegal en Palestina. Aunque parezca increíble, también en octubre y diciembre de 2023 Uruguay se abstuvo de votar un “alto el fuego y tregua humanitaria en Gaza”. Tardíamente, el 11 de diciembre de 2024 votó por primera vez a favor de la propuesta del cese del fuego inmediato e incondicional en Gaza. No puede llamar la atención que, ahora en la oposición, los partidos de la Coalición Republicana guarden un “ruidoso silencio” ante el genocidio en la Franja de Gaza y Cisjordania. A la extrema derecha, más derecha.
Relacionamiento entre la fuerza política y el gobierno
El extenso documento aprobado en 2004 lleva el título “Fuerza política, gobierno, trabajadores y organizaciones sociales”. Define los principios para una política de relacionamiento entre el gobierno y la fuerza política, aspecto sustancial para Uruguay y para el FA. En sus pautas generales, establece que “hay que tener definidas las reglas de relacionamiento entre el gobierno y la fuerza política. Estas reglas deben estar dirigidas a dotar de racionalidad y eficiencia a la relación entre ambos ámbitos, que, obviamente, comparten los mismos objetivos estratégicos. Si no está claro esto y –lo que es aún más importante– no se respetan las reglas de juego acordadas oportunamente, se verá dificultada la posibilidad de establecer un diálogo que permita cumplir los objetivos antedichos”.
Allí establece que “lo primero que hay que tener presente es que se trata de ámbitos distintos, tanto por su composición, por sus reglas de toma de decisiones, por sus tiempos y por sus responsabilidades ante la sociedad”. Y subraya: “La relación entre la fuerza política y su gobierno para cumplir con los objetivos planteados, debe encararse estableciendo un adecuado equilibrio entre la función de orientación global que ejerce la fuerza política, y la necesaria autonomía de gestión que debe existir para gobernar eficientemente”.
Testimonios y denuncias ante la ONU
Entre numerosas y crecientes protestas a la acción terrorista israelí en Cisjordania y Gaza, la ONU y la Cruz Roja denunciaron los asesinatos selectivos de ocho médicos, seis rescatistas y un integrante del personal de la ONU a manos de tropas israelíes. Fueron atacados uno a uno y enterrados en una fosa común. Videos muestran que la zona ha sido convertida por el gobierno de Israel en turismo de guerra. Personas con prismáticos presencian los bombardeos en Gaza, desde lugares privilegiados y exteriorizan su odio visceral a los semitas palestinos.
El cirujano estadounidense doctor Feroze Sidhwa, voluntario en Gaza, en su testimonio ante el Consejo de Seguridad de la ONU, manifestó que “en cinco semanas no traté a ningún combatiente sino a niños con metralla en el corazón y balas en el cerebro”. “Carros de Gedeón”, la operación sin precedentes de Israel para ocupar Gaza, que implica una nueva distribución falaz de “ayuda humanitaria” a fin de conquistar totalmente la zona, y los disparos sobre una delegación de diplomáticos en Cisjordania entre quienes se encontraba el embajador uruguayo Fernando Arroyo, son ínfimas pruebas condenatorias de la barbarie y crueldad impulsadas con mano ajena por Netanyahu, como antes el Tercer Reich del siglo XX contra el pueblo judío.
Ante el negacionismo, un histórico grito de rebeldía
Las acciones terroristas del Estado de Israel nos hacen volver la mirada a una memorable portada del semanario Marcha titulada “No es dictadura”, cuando el golpe de Estado de 1973 en nuestro país. En esa tapa, Marcha denunció con genial ironía el decreto que prohibía atribuir intenciones dictatoriales al Poder Ejecutivo golpista. Hoy, ética y moralmente, el mundo civilizado debe multiplicar las expresiones de denuncia al genocidio en Cisjordania y la Franja de Gaza y exigir el cese de los bombardeos a los hospitales, escuelas y población civil, en forma indiscriminada. No es aceptable la neutralidad y el silencio ante estos hechos deleznables violatorios de todos los tratados internacionales sobre la defensa de los derechos humanos.
Agencia Nacional de Investigación e Innovación en Jerusalén
El pasado gobierno de la Coalición Republicana, presidido por el expresidente Luis Lacalle Pou, poco antes de finalizar su mandato, firmó un acuerdo con la Universidad hebrea de Jerusalén “con la finalidad de promover el crecimiento de la innovación y el emprendimiento en instituciones académicas y científicas”. Deplorable, desde todo punto de vista. A esta altura, resulta inadmisible mantener abierta la oficina de innovación de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación. No es posible convivir con una institución de un país genocida dándole miel. Apoyamos la posición de la Universidad de la República (Udelar), que pidió el cierre de la oficina. Está en el manual de frenteamplismo. Con el admirable legado de Mario Cassinoni, Juan José Crottogini y Óscar Maggiolo, insignes rectores de la Udelar.
Martí, siempre Martí
“Es hora ya de que las fuerzas de construcción venzan en la colosal batalla humana a las fuerzas de destrucción. La guerra, que era antes el primero de los recursos, es ya hoy el último de ellos. Mañana será un crimen”, escribía José Martí, el “apóstol de la independencia” de Cuba, muerto en combate en su lucha contra el colonialismo español.
Por la justicia, con el corazón y la razón, nuestra solidaridad con el pueblo palestino. El FA en sus Bases Programáticas del 17 de febrero de 1971, en su título II ya marcaba a fuego “su solidaridad con todos los pueblos que luchan por liberarse de la opresión colonialista, neocolonialista e imperialista”. Un gobierno que se sustente en el poderío de Estados Unidos será, inevitablemente, expansión del poder norteamericano, pero no podrá salvarse de otro Waterloo. En ciertos pasajes de toda vida –y tal vez siempre–, no atreverse a llamar a las cosas por su nombre es fatal e imperdonable.
Miguel Aguirre Bayley es periodista y escritor.